As¨ª nace un mundo
'Las aguas de Manhattan' est¨¢ considerada la novela fundacional de la narrativa jud¨ªa estadounidense. Publicada en 1930, por fin ve la luz en castellano
By the waters of Manhattan se public¨® en 1930 y puede decirse que apenas obtuvo eco fuera del grupo de poetas y escritores del movimiento objetivista, descendiente de los imagistes que comand¨® Ezra Pound y formado adem¨¢s por Louis Zukofsky y George Oppen. Reznikoff y Zukofsky eran sobre todo poetas, pero ambos abordaron la narraci¨®n; el segundo con Ferdinand y?rase, ambos editados en un volumen por Barral Editores en 1970, y Reznikoff con la novela breve que ahora publica Siruela. No puede decirse que a su publicaci¨®n Las aguas de Manhattan obtuviera especial repercusi¨®n, pero, como sucede a menudo, su valor como inicio de la novela jud¨ªa integrada en la narrativa norteamericana ¡ªque alcanzar¨ªa su cenit fundacional con Ll¨¢malo sue?o, de Henry Roth (1934)¡ª ha acabado siendo ampliamente reconocido.
La novela se divide en dos partes. La primera cuenta la vida de Sarah Yetta en una peque?a y empobrecida ciudad de la Rusia zarista desde su infancia hasta que se l¨ªa la manta a la cabeza y emigra a Estados Unidos. Sarah es una luchadora que se encuentra ahogada por la pobreza material y espiritual de su vida en Znamenka. ¡°Hab¨ªa jud¨ªos en Znamenka m¨¢s pobres que los Volsky. Un terrateniente le dio a uno tres rublos por besar un atizador al rojo vivo. Como su familia estaba sin comida y la cena de Pascua se aproximaba, el hombre lo hizo¡±. Toda la primera parte parece proceder del objetivismo: es un registro de las idas y venidas, esperanzas y desesperanzas de Sarah hasta que se casa con Saul Rubinov y emigra. No hay un ¨¢pice de psicologismo, los personajes se ven tan solo a trav¨¦s de sus miserables condiciones de vida. Es una escritura directa, demostrativa, enumerativa de formas de subsistencia humana primaria.
La segunda parte trata de Ezekiel, el hijo de Saul y Sarah, en Nueva York y da paso a un relato m¨¢s sentido, pero el autor se mantiene siempre fiel a su c¨®digo literario: cuenta, incluso con una sensualidad que impregna el hambre, los deseos y los planes del chico, pero no personaliza el relato. La sequedad objetiva, enumerativa, de la primera parte contrasta ahora con la sensibilidad del chico y su relaci¨®n con la ciudad. Ezekiel monta una librer¨ªa de la nada, un chamizo con libros prestados y muebles viejos y d¨®lar a d¨®lar empieza a sobrevivir. A poco, establece una relaci¨®n con una joven clienta narrada por la mirada del autor con una gran inteligencia descriptiva. No se cuenta m¨¢s que este inicio de relaci¨®n que, sin embargo, contiene mucho m¨¢s conocimiento de la complejidad de las relaciones amorosas ¨ªntimamente mediatizadas por el entorno social que relatos mucho m¨¢s completos.
La l¨ªnea narrativa de la novela es d¨¦bil, pero muy expresiva, y ah¨ª reside su encanto porque es obra de un poeta. Hay un momento en que ¨¦l le dice a ella, hablando de cierto libro ¡°que carece de comprensi¨®n hacia sus personajes: relata pr¨¢cticamente todo lo que dijeron e hicieron, pero s¨®lo rasgos superficiales, no lo que arde en sus corazones¡±. Reznikoff hace lo contrario: relata lo que arde en los corazones por medio de los rasgos y actos de los personajes.
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Autor: Charles Reznikoff.
Editorial: Siruela (2018).
Formato: tapa dura (208 p¨¢ginas)
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