Ni siquiera el instituto es tan importante
La segunda mujer que dirige una serie para Disney le planta cara a Kelly Kapowski
Daron Nefcy es una nerdie de Los ?ngeles. Creci¨® obsesionada con Sailor Moon. Estaba tan obsesionada con Sailor Moon que lleg¨® a convencerse de que, cualquier d¨ªa, al volver a casa despu¨¦s del colegio, su gato le hablar¨ªa. Daron naci¨® en 1985, as¨ª que apenas ten¨ªa un a?o cuando se estren¨® La chica de rosa, el cl¨¢sico de John Hughes que, como dir¨ªa Michael O¡¯Shea, la suerte de Robert Smith acomplejado que dirigi¨® la dur¨ªsima The Transfiguration¡ª la historia de un vampiro adolescente que odia ser vampiro y ser adolescente pero sobre todo odia haber perdido a sus padres¡ª, tiene m¨¢s aspecto de pel¨ªcula de ciencia ficci¨®n (para ¨¦l, incluso, de terror) que de lo que pretende ser, una comedia de instituto. Un melodrama de instituto, en realidad. La clase de cosa que no solo hurga en la herida de la adolescencia inadaptada de cualquiera ¡ªporque, admit¨¢moslo, la adolescencia es desencaje existencial¡ª sino que puede llegar a expulsarte de este, nuestro querido planeta azul.
Sin pretenderlo, Daron, la segunda mujer en la historia que logra escribir y dirigir una serie para Disney ¡ªajaj¨¢, pensemos un segundo en eso, pensemos (LA SEGUNDA) y (EN LA HISTORIA)¡ª, le planta cara a la idea del instituto (y la adolescencia) como ¨²ltimo refugio de la libertad ¡ªtal vez lo fuera para guionistas de ¨¦pocas pret¨¦ritas, a los que, despu¨¦s del instituto, les esperaba el matrimonio, un pu?ado de facturas, cr¨ªos, la aburrida vida adulta de la que solo escaparon, al parecer, los beatniks¡ª con una serie, Star contra las Fuerzas del Mal, en la que a una ni?a de 14 a?os, una estudiante de intercambio, en realidad de otra dimensi¨®n, le trae sin cuidado todo lo que pase en los pasillos de ese lugar en el que todo pasa ¡ªel instituto¡ª porque su vida est¨¢ fuera. Es decir, que para la desacomplejada y list¨ªsima y divertid¨ªsima Star, la vida no se limita a lo que cuelga del interior de la puerta de su taquilla porque no es Kelly Kapowski y su vida no consiste en suspirar por Zach Morris.
S¨ª, Star tiene un amigo, y es su ¨²nico amigo. Se llama Marco y le echa una mano cuando puede, en realidad, la previene todo el rato, porque ella es la temeraria, ella es la aventurera, ¨¦l, el aguafiestas. Sobre el asunto, Daron Nefcy dice que, m¨¢s all¨¢ de la varita m¨¢gica que Star ha heredado de su madre ¡ªen su dimensi¨®n, las ¨²nicas con varita, las ¨²nicas con poder, son las mujeres¡ª, todo lo dem¨¢s es un reflejo de su propia adolescencia. A Daron nunca la volvi¨® loca el instituto. Nunca intent¨®, dice, encajar. Llevaba faldas a las que cos¨ªa todo tipo de cosas, cosas que les quitaba a sus peluches. Tambi¨¦n llevaba un sombrero de los a?os 30 que le hab¨ªa comprado su madre. Le tra¨ªa sin cuidado todo. No ten¨ªa que ser nadie igual que nadie all¨ª dentro porque ya era alguien fuera. Y eso quer¨ªa dejarlo bien claro. Quer¨ªa dejar claro a los adolescentes del futuro que nada es tan importante, ni siquiera el instituto. Especialmente, el instituto. Bravo, Daron.
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