La imaginaci¨®n desobediente
En 2018, a?o electoral, se?cumple medio siglo de 1968. Seguramente los estudiantes de entonces no imaginaban el futuro que vivimos hoy
Nos anuncian que el gran arrecife de coral ha muerto, que las capas de hielo polares se derriten a un ritmo sin precedente, el presidente de una de las potencias mundiales tiene un dedo en el gatillo nuclear y el otro tecleando en Twitter su pol¨ªtica exterior; en M¨¦xico, espec¨ªficamente, nos enteramos de que las compa?¨ªas mineras contaminan los r¨ªos y violentan a las poblaciones que se les oponen, que estudiantes desaparecen y siguen desapareciendo, no dejamos de leer acerca de los millones y millones de pesos que han desviado entre algunos gobernadores impunes, y vivimos con rabia y terror cotidiano al escuchar que asesinan a siete mujeres al d¨ªa. En pocas palabras, estamos sumergidos, si no es que hundidos, en una crisis.
Supongo que cada generaci¨®n tiene su crisis y esta es la nuestra. Y nos toca pensarla. Este deber no es coincidencia: la palabra ¡°crisis¡± y la palabra ¡°cr¨ªtica¡± tienen la misma ra¨ªz, del griego krinein, separar, decidir, juzgar; de la ra¨ªz krei, tamizar o cernir, es decir, discernir. ?Y c¨®mo, justamente, discernir en plena crisis? ?C¨®mo podemos ver el bosque sin perdernos entre los ¨¢rboles? O quiz¨¢ lo que hay que hacer es enfocarnos en un ¨¢rbol, cada quien el que le toca, el m¨¢s cercano, y de all¨ª deducir o colectivamente entender el bosque.
Aqu¨ª surgen varias publicaciones que buscan, desde el pensamiento cr¨ªtico, pensar la situaci¨®n que atravesamos. Pero si crisis y cr¨ªtica tienen la misma ra¨ªz, c¨®mo hacer para no quedarnos en el mismo c¨ªrculo ret¨®rico; es decir, tratando de salir del problema desde la ra¨ªz misma, con el riesgo de quedarnos all¨ª: criticando sin proponer. Me parece que, adem¨¢s del pensamiento cr¨ªtico, hay algunas publicaciones que hacen llamado a la imaginaci¨®n, y este me parece el giro de tuerca necesario para no quedarnos estancados en el pesimismo que suele caracterizar mucha de la cr¨ªtica pol¨ªtica, sobre todo en a?o electoral. La imaginaci¨®n es lo que requerimos para escribir y posicionarnos desde la esperanza, algo que va m¨¢s all¨¢ del pesimismo de siempre o del optimismo est¨²pido.
Supongo que cada generaci¨®n tiene su crisis y esta es la nuestra
Como apunta Rebecca Solnit, autora y editora de pensamiento filoso y matizado, ¡°la esperanza se ubica en la premisa de que no sabemos qu¨¦ pasar¨¢ y que en el espacio de la incertidumbre hay holgura para actuar. Cuando reconoces la incertidumbre, reconoces que puedes influenciar los resultados ¡ªt¨² solo o en concierto con una docena o varios millones m¨¢s de personas¡ª. La esperanza abraza lo desconocido y lo que no puede llegar a conocerse, una alternativa a los pesimistas y a los optimistas. Los optimistas piensan que todo estar¨¢ bien sin que haga falta involucrarse; los pesimistas se posicionan desde el lado opuesto; ambos se eximen de actuar. Es la creencia de que lo que hacemos importa, aun si el cu¨¢ndo y el c¨®mo importe y a qui¨¦n y qu¨¦ impactar¨¢ no es algo que podamos saber de antemano. Tal vez no lo sabremos despu¨¦s tampoco, pero importa de igual forma¡¡±.
Los pol¨ªticos viven, justamente, en el eterno presente de la falta de imaginaci¨®n y de esperanza, y nos venden en cambio programas baratos para ahoritita. Nuestra labor como autores, siento, est¨¢ en buscar hablar desde fuera del poder, adentrarnos en la imaginaci¨®n desobediente. No ser¨¢n solamente entonces los polit¨®logos o analistas de la coyuntura quienes escriban los textos m¨¢s interesantes, sino historiadores, abogados, artistas, ling¨¹istas, narradores, poetas, como lo demuestran los autores antologados en El futuro es hoy: ideas radicales para M¨¦xico, colecci¨®n de ensayos a la cual me invitaron y a la cual acept¨¦ enviar un texto, no s¨®lo porque los compiladores, Humberto Beck y Rafael Lemus, me parecen autores y editores interesantes de mi generaci¨®n (Beck reci¨¦n public¨® un importante libro sobre Iv¨¢n Illich), sino adem¨¢s porque su invitaci¨®n me pareci¨® clave: justamente pensar el futuro, es decir, necesariamente posicionarnos ante lo desconocido (el territorio de la esperanza, de la posibilidad), o, como dec¨ªan ellos, apelar a la imaginaci¨®n pol¨ªtica, una suerte de ox¨ªmoron que me pareci¨® esencial explorar.
2018: a?o electoral, pero tambi¨¦n a?o que marca ya medio siglo cumplido desde las sublevaciones estudiantiles de 1968. ?Qu¨¦ futuro imaginaban esos estudiantes? Seguramente no el que vivimos hoy. O en algunas cosas tal vez s¨ª. Las cosas no siempre han sido iguales, y no siguen iguales desde ese entonces. Ser¨¢ que las semillas que se plantaron afloren ahora. O que las que plantemos ahora, alg¨²n d¨ªa devendr¨¢n bosque.
Gabriela Jauregui, escritora y editora mexicana, es autora de ¡®La memoria de las cosas¡¯ (Sexto Piso).
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