Repensar M¨¦xico
La necesidad de terminar con la desigualdad, la corrupci¨®n y la violencia marcan la campa?a presidencial, que arranca este viernes bajo el signo de la indignaci¨®n y el recambio generacional. Varios libros ahondan en el desencanto cr¨®nico de un pa¨ªs con un Estado grande pero d¨¦bil
M¨¦xico vive enclaustrado en un presente eterno. Sumido en un diagn¨®stico cr¨®nico de las fallas del sistema, este evidencia la necesidad de revocar las soluciones y dar un giro para no seguir abocado en una repetici¨®n incesante. El hartazgo y el desencanto con la clase pol¨ªtica que se expande sin freno por el mundo conviven con males de anta?o tan actuales: corrupci¨®n, impunidad, violencia¡ En el horizonte cercano, un escenario de catarsis electoral que agita de nuevo debates y la urgencia de que algo cambie.
Ante la cita del 1 de julio, en la que el pa¨ªs elegir¨¢ nuevo presidente y m¨¢s de 3.000 cargos p¨²blicos, las publicaciones m¨¢s recientes, sean ensayos, compilaciones, novelas o manifiestos, urgen a buscar una salida a la actual situaci¨®n con la que encaminar el paso definitivo a la modernidad en todos sus ¨¢mbitos. Repensar el M¨¦xico que surgir¨¢ a partir del pr¨®ximo verano se ha vuelto ineludible. ¡°Nada de lo que tiene irritada a la gente tiene remedios f¨¢ciles o r¨¢pidos, y el hartazgo no incluye la paciencia. El ant¨ªdoto m¨¢s a la mano son las elecciones mismas¡±, opina el escritor y periodista H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn, coordinador de una treintena de ensayos que, agrupados bajo el t¨ªtulo de?Y ahora qu¨¦? M¨¦xico ante el 2018 (Nexos, Debate y la Universidad de Guadalajara), aportan ¡°el remedio y el trapito, como se suele decir en M¨¦xico: el diagn¨®stico y la enfermedad¡±. ¡°Lo que tenemos que pensar con rigor es c¨®mo transformar institucionalmente el pa¨ªs, c¨®mo mejorarlo en todos los ¨®rdenes con cambios precisos¡±, ahonda el director de la revista Nexos.
El pr¨®ximo julio, 14 millones de personas podr¨¢n votar por primera vez y uno de cada tres potenciales electores ser¨¢ menor de 29 a?os
En su texto, Aguilar Cam¨ªn disecciona el panorama actual sin titubeos: ¡°El pa¨ªs que ir¨¢ a elecciones en 2018 es inferior al que so?aron estos a?os sus Gobiernos y sus ciudadanos y al que ambos hubieran podido construir equivoc¨¢ndose menos. La frustraci¨®n y el desencanto de estos a?os han echado sobre nuestros problemas una mirada cr¨ªtica que impide hacerse ilusiones y obliga a encontrar respuestas, porque el solo diagn¨®stico no alcanza: estamos tambi¨¦n fatigados, aburridos si no hartos de diagn¨®sticos sin salida, de denuncias sin consecuencias y de soluciones m¨¢gicas, demag¨®gicas o providenciales¡±.
Los problemas son recurrentes. La corrupci¨®n, la impunidad, la violencia, la violaci¨®n de los derechos humanos son asuntos que recorren las decenas de ensayos publicados en el ¨²ltimo a?o; tambi¨¦n las novelas: la devastadora Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor (Literatura Random House); el conjunto de relatos La superficie m¨¢s honda, de Emiliano Monge (Literatura Random House), o la m¨¢s reciente Una novela criminal, de Jorge Volpi (Alfaguara), en la que documenta la farsa del encarcelamiento de Florence Cassez, son apenas algunos ejemplos.
Lecturas para el cambio
?Y ahora qu¨¦? M¨¦xico ante el 2018. H¨¦ctor Aguilar Cam¨ªn, Luis de la Calle, Mar¨ªa Amparo Casar, Jorge G. Casta?eda, Jos¨¦ Ram¨®n Coss¨ªo D¨ªaz, Eduardo Guerrero, Santiago Levy y Jos¨¦ Woldenberg (editores). Nexos / Debate / Universidad de Guadalajara.
La sociedad dolida. El malestar ciudadano. Juan Ram¨®n de la Fuente. Pr¨®logo de Elena Poniatowska. Grijalbo.
Cartas a una joven desencantada con la democracia. Jos¨¦ Woldenberg. Sexto Piso.
Inventar lo posible. Manifiestos mexicanos contempor¨¢neos. Compilaci¨®n de Luciano Concheiro. Taurus.
Pensar M¨¦xico. Maruan Soto Antaki. Taurus.
Los de adelante corren mucho. Desigualdad, privilegios y democracia. Carlos Elizondo. Debate.
Temporada de huracanes. Fernanda Melchor. Literatura Random House.
La superficie m¨¢s honda. Emiliano Monge. Literatura Random House.
Una novela criminal. Jorge Volpi. Alfaguara.
En ning¨²n caso se vislumbra un horizonte alentador y, si este se atisba, siempre resulta brumoso. La particularidad, si acaso, reside en que lo que en muchos otros lugares se volver¨ªa un hiperb¨®lico dictamen, en M¨¦xico se asume como una secuencia de adjetivos calificativos de la realidad actual. ¡°Lo que m¨¢s se ha visto ¨²ltimamente es un M¨¦xico exaltado, irritado, encolerizado, convulsionado, que se siente enga?ado, agraviado, amenazado y perseguido¡±, escribe Juan Ram¨®n de la Fuente en La sociedad dolida (Grijalbo), una radiograf¨ªa del momento, que M¨¦xico comparte con el mundo. ¡°No es tarea f¨¢cil examinar, con las luces de la raz¨®n, lo que est¨¢ ocurriendo en el pa¨ªs. Pero parece que lo que predomina en la esfera p¨²blica son las sombras de un discurso mal construido, con justificaciones que no impactan porque no mitigan el da?o¡±, prosigue el exrector de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), la m¨¢s grande de Am¨¦rica Latina. De la Fuente, m¨¦dico, advierte en su diagn¨®stico que ¡°la pol¨ªtica ya no es lo que fue. El problema es que el descontento social no se agota en una reflexi¨®n nost¨¢lgica. El malestar sale a la calle y se expresa de muchas maneras¡±. Con los consiguientes riesgos: ¡°El peor escenario es, como siempre, despertar al M¨¦xico bronco y luego querer domarlo a garrotazos. Eso no funciona. La violencia no es creativa, es destructiva. Nada resuelve¡±.
El temor a que todo salte por los aires sacude casi los textos. Uno de los acad¨¦micos m¨¢s respetados de M¨¦xico, Jos¨¦ Woldenberg, alerta de ello en un particular epistolario a una joven an¨®nima, Cartas a una joven desencantada con la democracia (Sexto Piso). ¡°Nuestra democracia es joven. Muy joven, dir¨ªa yo. Tiene apenas 20 a?os y ya ha dejado un poderoso reguero de desencanto¡±, admite Woldenberg. ¡°Ojal¨¢ ese malestar ¡®en¡¯ la democracia no se convierta en un malestar ¡®con¡¯ la democracia¡±.
Inspirado en Cartas a un joven disidente, de Christopher Hitchens, el libro es el resultado de un encuentro con su editor, Eduardo Rabasa, de 40 a?os, y una de las pocas obras que ponen el acento en una generaci¨®n que siente la pol¨ªtica como algo ajeno a su cotidianeidad, un fen¨®meno universal que en M¨¦xico se acent¨²a este a?o. El pr¨®ximo julio, 14 millones de personas podr¨¢n votar por primera vez y uno de cada tres potenciales electores ser¨¢ menor de 29 a?os. Woldenberg, de 65 a?os, defiende ante estas generaciones la necesidad de reforzar el sistema actual, en tanto la no participaci¨®n pol¨ªtica se vuelve un acto pol¨ªtico per se. ¡°Contra aquellos que creen que entre Estado y sociedad civil existe una especie de juego de suma cero, es decir, que lo que gana uno lo pierde el otro, la verdad es que entre Estado democr¨¢tico y sociedad civil (ciudadan¨ªa organizada) se da, en principio, un juego de mutuo fortalecimiento: para que exista una sociedad civil fuerte y expresiva se requiere un Estado democr¨¢tico asentado, y ¨¦ste ser¨¢ m¨¢s din¨¢mico si se despliega en un contexto de exigencia marcado por una robusta sociedad civil¡±.
¡°Tener un Estado d¨¦bil es una de las razones por las que las ¨¦lites viven tan bien en M¨¦xico. Esa debilidad les permite hacer lo que quieren, ya que permite comprarlo todo, o casi todo", opina el polit¨®logo Carlos Elizondo
Ante la carencia de alternativas, imaginaci¨®n. Inventar lo posible es la premisa de Manifiestos mexicanos contempor¨¢neos (Taurus), en la que decenas de creadores de diversas disciplinas ¨Cnarradores, poetas, artistas, periodistas, activistas, ?chefs¡ª fabulan creativamente, a trav¨¦s de una serie de proyectos compilados por Luciano Concheiro, un futuro colectivo.
Esa urgencia por un parteaguas que plantean los manifiestos se ve reflejada tambi¨¦n en otros ensayos, como Pensar M¨¦xico (Taurus). En ¨¦l, Maruan Soto Antaki cuestiona a un pa¨ªs que se ha dado tantas soluciones a s¨ª mismo. Un debate que se debe extender por encima de la coyuntura electoral. ¡°Hace falta revisar las cosas fuera de sus s¨ªntomas¡±, considera el autor, que destaca, entre esos, la corrupci¨®n. ¡°?Es raz¨®n o consecuencia?¡±, plantea. ¡°?Repensamos esos fundamentos o seguimos, como hasta ahora en muchos de los libros de los que habl¨¢bamos, dando soluciones amparadas en el convencimiento de la raz¨®n propia? Al entrar al ejercicio del solucion¨®logo, arriesgamos a descansar en lo meramente pragm¨¢tico. No. Equilibremos dando un paso atr¨¢s y combinemos con eso que parece ocioso, casi filos¨®fico: mientras no acortemos la inmensa inequidad de este pa¨ªs, no podremos hablar de futuros compartidos. Entonces tampoco de ciudadanos iguales. Si la inequidad no es nuestra principal preocupaci¨®n, estamos siendo unos verdaderos irresponsables¡±, opina Soto, para quien M¨¦xico carece de espacios de discusi¨®n que incomoden. ¡°Aqu¨ª los que m¨¢s hemos fallado al pa¨ªs somos las ¨¦lites. No solo las pol¨ªticas o financieras, tambi¨¦n las period¨ªsticas, acad¨¦micas o culturales. Todas, que relativizamos nuestras responsabilidades al infinito¡±.
¡°Mientras no acortemos la inmensa inequidad, no podremos hablar de futuros compartidos ni de ciudadanos iguales¡±, dice Maruan Soto Antaki
Entre corrupci¨®n, impunidad y violencia, la desigualdad que lo permea todo y que complica cualquier cambio inmediato. En Los de adelante corren mucho (Debate) el polit¨®logo Carlos Elizondo Mayer-Serra traza una radiograf¨ªa de los privilegios de las ¨¦lites en Am¨¦rica Latina, con claro aterrizaje para su pa¨ªs. ¡°En M¨¦xico, el poder pol¨ªtico ha sido un mecanismo para hacerse rico. Esto no s¨®lo es ilegal e inmoral, sino que hace al gobernante menos capaz para atender los asuntos p¨²blicos a su cargo¡±, escribe Elizondo. ¡°Tener un Estado d¨¦bil es una de las razones por las que las ¨¦lites viven tan bien en M¨¦xico y en otros pa¨ªses de la regi¨®n. Esa debilidad les permite hacer pr¨¢cticamente lo que quieren. Una de las cosas que m¨¢s quieren es mantener ese Estado d¨¦bil, ya que permite comprarlo todo, o casi todo¡±.
Dibujar un horizonte meridianamente claro se ha vuelto imperioso aunque para muchos resulte quim¨¦rico. ¡°Hay que dibujar con claridad el futuro posible, volverlo un lugar no solo deseable, sino alcanzable, pr¨¢ctico y ut¨®pico a la vez¡±, sostiene Aguilar Cam¨ªn. O a?adir, como recuerda Woldenberg en una de sus cartas, lo que escrib¨ªa Jorge Ibarg¨¹engoitia en 1976: ¡°Para percibir cambios con claridad, no hay como alejarse por un tiempo y despu¨¦s regresar¡±.
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