Alicia Koplowitz compra para el Prado un ¨®leo clave de Federico de Madrazo
'Josefa del ?guila Ceballos' es un retrato femenino de cuerpo entero pintado en la d¨¦cada de 1850. El lienzo es la obra de corte m¨¢s famosa del artista espa?ol del XIX
Desde que en 1994 el Museo del Prado dedic¨® a Federico de Madrazo y Kuntz una exposici¨®n antol¨®gica por el centenario de su muerte, los expertos del museo ambicionaban ampliar la colecci¨®n de obras del gran retratista del XIX con uno de los m¨¢s bellos cuadros que entonces se exhibieron: el retrato Josefa del ?guila Ceballos, luego marquesa de Espeja,firmado en 1852. Hace unos meses, los propietarios de la obra decidieron ponerla a la venta a trav¨¦s de la firma madrile?a de anticuarios Caylus, momento en que la empresaria y coleccionista Alicia Koplowitz, patrona del Prado, decidi¨® adquirirla y regal¨¢rsela al museo. La entrega se materializ¨® ayer en una sesi¨®n del patronato a la que Koplowitz prefiri¨® no asistir. Los ¨²ltimos propietarios eran los marqueses de Espeja y la obra se ha vendido por una cantidad que ronda los 300.000 euros. La pintura, de 2,20 metros por 1,30, que conserva su marco isabelino original, se podr¨¢ ver en el Prado a partir del 7 de mayo.
Miguel Falomir, director del museo, considera que se ha cumplido un sue?o largamente acariciado. ¡°Desde hace mucho tiempo, cuando hac¨ªamos una lista de las obras que nos gustar¨ªa tener, invariablemente aparec¨ªa esta¡±, explic¨® ayer a EL PA?S. A su parecer, la importancia de este ¨®leo radica en que es, seguramente, la mejor de las que pint¨® Madrazo en la d¨¦cada de 1850, cuando ya era reconocido y su producci¨®n alcanzaba momentos excelsos de calidad.
Y no es que el museo carezca de obras de Madrazo, ya que entre dibujos y pinturas sobrepasan las 80, pero entre los excelentes retratos que posee no hay ninguno de cuerpo entero situado en el exterior.
Falomir no solo reconoce el regalo en s¨ª, tambi¨¦n lo considera important¨ªsimo como ejemplo de generosidad ante quienes tengan posibilidades de contribuir al enriquecimiento art¨ªstico del museo. Adem¨¢s, lo agradece en unos momentos en los que el presupuesto para el pr¨®ximo a?o est¨¢ a cero en la partida destinada a la conmemoraci¨®n del bicentenario del museo: ¡°Tenemos que estar llamando puerta a puerta para conseguir financiar el ambicioso programa que hemos preparado¡±.
Uno de los socios de la sala de anticuarios Caylus, Jos¨¦ Antonio de Urbina, confirm¨® que el lienzo lleg¨® a su establecimiento en las ¨²ltimas navidades procedente de la familia de los marqueses. ¡°La obra nunca ha salido de la familia y se encuentra en muy buen estado de conservaci¨®n. Sab¨ªamos que Alicia Koplowitz pod¨ªa estar interesada y hablamos con ella. Creo que cerramos la operaci¨®n en enero¡±.
Seg¨²n se explica en la ficha del cat¨¢logo de la exposici¨®n de 1994, Mar¨ªa Josefa del ?guila Ceballos ten¨ªa 26 a?os cuando fue retratada. Luce un espl¨¦ndido vestido de seda y encaje blancos. Sobre el pelo negro lleva un tocado de plumas y se adorna el cuello con una gargantilla de perlas. En el pecho luce un pinjante de oro y piedras. De su brazo izquierdo cuelga un mant¨®n bordado que cae hasta el suelo. La mirada de sus fr¨ªos ojos claros marcan distancia con el espectador. Nacida en San Sebasti¨¢n, en 1826, estaba casada con Jos¨¦ Mar¨ªa Narv¨¢ez, sobrino y heredero del famoso general.
La obra est¨¢ considerada como el m¨¢s bello retrato femenino de corte de los muchos realizados por Madrazo. El mayor atractivo de la pieza est¨¢ en el rostro de la retratada y en sus ropajes. Este lienzo recuerda el gusto y la elegancia puesta de moda en la ¨¦poca por el pintor franc¨¦s Jean-Auguste-Dominique Ingres.
Un pintor superdotado en una familia de creadores
Federico de Madrazo y Kuntz (Roma, 1815-Madrid, 1894) fue uno de los m¨¢s grandes retratistas espa?oles de su ¨¦poca. Los Madrazo eran una familia de pintores que marcaron el siglo XIX. Naci¨® en la capital italiana porque su padre, Jos¨¦ de Madrazo, estaba all¨ª al servicio de Carlos IV en el exilio. En 1819, la familia se traslad¨® a Madrid ya que el cabeza de familia fue nombrado pintor de c¨¢mara de Fernando VII. Federico se form¨® en la Academia de San Fernando y en 1831, con 16 a?os, fue nombrado acad¨¦mico de m¨¦rito lo que denota su extraordinario virtuosismo. De su formaci¨®n como pintor cosmopolita fue responsable su estancia en Par¨ªs, donde estuvo en contacto con pintores como Ingres.
Adquiri¨® gran importancia en el panorama art¨ªstico oficial. Fue director del Prado, de 1860 a 1868 y de 1881 a 1894, y adem¨¢s reg¨ªa la Academia de Bellas Artes de San Fernando.
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