Melendi: ¡°Fui mi peor enemigo¡±
El cantante, que ha evolucionado de artista maldito a ejemplo de la infancia en su papel de jurado en 'La Voz Kids', se confiesa m¨¢s ni?o que nunca a sus 39 a?os.
Aparece, alt¨ªsimo y flaqu¨ªsimo, con algo de m¨ªstico en el cr¨¢neo rapado y los ojos hundidos, y se antoja bastante m¨¢s joven que los 39 a?os que ha cumplido. Hemos quedado en la sede de su disquera, uno de esos espacios ultramodernos para adultos que se creen pos adolescentes. Un sitio m¨¢s refractario a las confidencias, imposible. Hechas las presentaciones, se dispone una a intentar exprimir al t¨ªpico artista en promoci¨®n despejando balones, pero el susodicho empieza a cantar ¨¦l solito sin que nadie le pregunte. Su disco se llama Ahora. Quiz¨¢ habr¨ªa que empezar por el principio.
Y ahora, ?qu¨¦?
Ahora es, parad¨®jicamente, lo que est¨¢ pasando en mi vida y que hab¨ªa ido postergando o condicionando siempre para m¨¢s tarde, como un burro que iba detr¨¢s de una zanahoria que nunca acababa de morder. Ahora es la vida.
?Postergaba los placeres?
No, el placer est¨¢ en bastante contraposici¨®n con el ahora. Es, de hecho, una distracci¨®n para no vivir el ahora. Yo viv¨ªa distra¨ªdo, s¨ª, entretenido, pero inconsciente.
El arrepentido
"Hay que mirar pa dentro". Esa frase de la canci¨®n que interpreta con Carlos Vives en su disco Ahora es el mantra de Ram¨®n Melendi (Oviedo, 1979). Autorrescatado de un pasado de excesos, el ex ni?o terrible es hoy ejemplo para la infancia en su rol de jurado en La voz kids
?En una ficci¨®n permanente?
Todos vivimos en ella. Somos eternos adolescentes que nos generamos unas creencias para ingresar en el hip¨®crita mundo de los adultos, y te van dise?ando a ti mismo. Est¨¢ bien no revisarlas, siempre que te hagan feliz. Pero yo ten¨ªa unas creencias de mierda que me llevaron a vivir una vida de mierda, porque quise, pero igual si no hubiera llegado hasta aqu¨ª sin llevar esa vida de mierda.
Me da que es su peor enemigo.
?Y qui¨¦n no lo es? Yo lo fui. Es m¨¢s, no era mi peor enemigo, sino el ¨²nico. Todo lo que crees que te han hecho, te lo has hecho t¨².
?No era el 'sexo, drogas, rock and roll' la esencia del rockero?
Esa es otra creencia absurda, y yo la ten¨ªa. Cre¨ªa que si dejaba de ponerme se me iba a ir la creatividad. Ahora, desde fuera de ese mundo donde viv¨ªa, y organizando la vida nada m¨¢s y nada menos que con sentido com¨²n, no creo en el talento, sino en el trabajo.
?No se considera un artista?
No, soy un obrero de la m¨²sica. Si oyes mis primeras canciones, pat¨¦ticas, lo ten¨ªa que haber dejado. Trabajo cuatro horas al d¨ªa con el pianoy la guitarra. El talento es un 90% de obsesi¨®n.
?Cu¨¢ndo se cay¨® del burro?
A los 35 a?os empec¨¦ a darme cuenta de que todo era mentira. Estaba en barrena, al l¨ªmite de mis fuerzas. El velo se me cay¨® porque las creencias que me hab¨ªa hecho sobre el mundo y sobre m¨ª hab¨ªan formado un personaje autodestructivo que se odiaba y que tuvo que decidir si seguir con aquello que le iba a matar, o reconocer que se lo hab¨ªa inventado.
?Tuvo que ver la paternidad?
No, los hijos no arreglan nada. Los quieres mucho y, si no eres un buen padre, lo ¨²nico que hacen es a?adir sufrimiento. A t¨ª, que sufres por no serlo, y a ellos, que pagan las consecuencias de tu inconsciencia. Cuando me ca¨ª del burro, lo primero que hice fue sentar a mi hija mayor, que ya pod¨ªa entender, y pedirle perd¨®n. Al final, lo que hacemos es castigar a nuestros padres, proyectando en los hijos lo que nos dec¨ªan.
Pues vaya prepar¨¢ndose porque sus hijos le van a dar lo suyo.
S¨ª, me van a castigar much¨ªsimo, y adem¨¢s tienen pruebas fehacientes en la hemeroteca.
S¨ª, 'hacerse un Melendi' es sin¨®nimo de seg¨²n qu¨¦ excesos.
Bueno, al menos es algo que dejo para la posteridad. Se lo dono a la RAE para que lo use cuando quiera. No es mala herencia.
Est¨¢ cerca de los 40. ?Le teme a la crisis de la mediana edad?
Nunca he sido m¨¢s ni?o en los ¨²ltimos 30 a?os. No es que antes fuera m¨¢s viejo, es que no era yo. Cuando eres ni?o tienes tu esencia, luego la pierdes. No voy a tener crisis de los 40 porque ya tuve la de los 20, los 25, los 30 y los 35.
?Siempre es tan suicidamente sincero en las entrevistas?
?T¨² crees? Se le da demasiada importancia a las apariencias. Todos tenemos miserias. Ni mis canciones ni mis palabras importan. Las palabras no cambian a nadie. Pero s¨ª s¨¦ que mi cambio puede inspirar a personas que vean que no s¨®lo es posible, sino necesario. Y que no se necesita lo mismo a los 20 que a los 30 que a los 40.
Babelia
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