?Es el ¡®Guernica¡¯ un retrato familiar de Picasso?
Un sorprendente estudio mantiene que la obra nada tiene que ver con el bombardeo de la localidad vasca en la Guerra Civil
De Pablo Picasso y su obra m¨¢s famosa, el mural Guernica, parec¨ªa que ya estaba dicho todo. Son decenas los estudios firmados por especialistas de todo el mundo que han analizado cada detalle de la pieza y la han ensalzado como la obra m¨¢s antibelicista creada nunca. Su propio museo parisiense le dedica estos d¨ªas una gran exposici¨®n, en la que se recuerda que el artista se inspir¨® en la matanza de civiles ocurrida en la villa vasca el 26 de abril de 1937 por la Legi¨®n C¨®ndor alemana y la aviaci¨®n de la Italia fascista. Pero resulta que, cuando se cumple el 81? aniversario de la obra, la ¨²ltima investigaci¨®n publicada desmiente hechos considerados hist¨®ricos, asegurando que el mural nada tiene que ver con lo acontecido en la localidad vizca¨ªna y, entre otras cosas, que se llama as¨ª por el oportunismo de un artista apol¨ªtico y ambicioso.
El Guernica no ser¨ªa m¨¢s que un retrato de familia, seg¨²n mantiene el catedr¨¢tico Jos¨¦ Mar¨ªa Juarranz de la Fuente (Fuentemolinos, Burgos, 1949) en el libro Guernica. La obra maestra desconocida (ediciones Rodrigo Juarranz), presentado hoy martes en un hotel madrile?o. Vicente Verd¨², autor del pr¨®logo, destaca "la valent¨ªa ins¨®lita que despliega el autor para esclarecimiento de la verdad". El estudio parte de la idea de que la obra de Picasso es autobiogr¨¢fica, como por cierto ya se?al¨® Daniel-Henry Kanhweiler, uno de sus marchantes y sus m¨¢s importantes bi¨®grafos.
Cabe recordar que Picasso pint¨® el mural a petici¨®n del Gobierno de la Segunda Rep¨²blica espa?ola para la Exposici¨®n Universal de Par¨ªs de 1937, un encargo por el que cobr¨® 150.000 francos franceses (unos 300.000 euros). Los historiadores han coincidido hasta el momento en que inicialmente el artista no ten¨ªa claro el planteamiento. Vivi¨® d¨ªas atascado, d¨¢ndole vueltas. La iluminaci¨®n le lleg¨® al conocer el arrasamiento de la ciudad. Fue entonces cuando la tela se fue poblando de personajes agonizantes cuya carga simb¨®lica la convirti¨® en un icono mundial contra las guerras.
"Oportunista"
Pero Juarranz de la Fuente explica en las 261 p¨¢ginas, profusamente ilustradas, que culminan 14 a?os de investigaci¨®n, que el mural nada tiene que ver con la guerra. Juarranz examina la cronolog¨ªa que va desde el encargo del cuadro hasta el bombardeo para demostrar que la tem¨¢tica la hab¨ªa iniciado antes de conocerse el ataque a la ciudad vasca. "Cuando se produjo el bombardeo, ¨¦l estaba fuera de Par¨ªs con su entonces amante Marie-Th¨¦r¨¨se Walter y la hija de ambos, Maya. La guerra de Espa?a no le preocupaba. No ten¨ªa ning¨²n inter¨¦s por los asuntos pol¨ªticos". Y a?ade el autor del libro que la idea de poner el nombre de Guernica a la obra surgi¨® durante una visita al estudio del pintor en des Grands-Augustins de Par¨ªs con varios amigos, entre otros el poeta Paul ?luard, autor del poema La victoria de Guernica. En el grupo se encontraba el tambi¨¦n poeta Juan Larrea quien, seg¨²n Juarranz, cont¨® que uno de ellos grit¨®: "?Guernica!", al ver la tela. "Oportunista y gran vendedor de s¨ª mismo", cuenta el autor, "Picasso pill¨® la idea al vuelo y as¨ª contribuy¨® a la confusi¨®n que la izquierda y los republicanos se encargaron de extender. El cuadro fue utilizado como elemento de propaganda, distorsionando as¨ª su significado y haciendo muy dif¨ªcil su lectura".
?Por qu¨¦ ning¨²n otro historiador ha defendido hasta ahora esta tesis? "Porque no se han atrevido", responde sin pesta?ear Juarranz. "Tienen miedo a decir que esta obra no es un alegato contra la guerra porque a Picasso le importaban pocas cosas salvo ¨¦l mismo. No estuvo nunca en Guernica y no le afect¨® lo ocurrido". Juarranz, catedr¨¢tico de geograf¨ªa e historia, es licenciado en Filosof¨ªa y Letras por la Universidad Complutense de Madrid.
En la obra (de 3,5 metros de alto y 7,8 metros de ancho) hay seis personas y tres animales, tambi¨¦n reinterpretados por Juarranz. Para ¨¦l, no hay duda de que el toro simboliza al propio Picasso. "?l es el protagonista absoluto de la composici¨®n. Se ve a s¨ª mismo como a un rey, y por eso quer¨ªa que la obra estuviera en el Prado junto a Las Meninas de Vel¨¢zquez y La familia de Carlos IV de Goya¡±.
La mujer con el ni?o desmayado representar¨ªa a su amante Marie Th¨¦r¨¨sse Walter y a su hija Maya en el momento de su nacimiento, cuando estuvo a punto de morir; el caballo har¨ªa alusi¨®n a su mujer Olga Koklova. "Para ¨¦l, las mujeres suponen tensi¨®n, peligro. Por eso oculta su vida privada", asegura el autor, dejando de lado los numerosos testimonios gr¨¢ficos de la ¨¦poca en los que se certifica que Picasso escond¨ªa muy poco sus relaciones.
El guerrero tirado en el suelo es su interpretaci¨®n m¨¢s pol¨¦mica, reconoce el autor. No alberga dudas de que se trata del pintor Carlos Casagemas, al que considera que Picasso traicion¨® durante un viaje a M¨¢laga. "Casagemas ten¨ªa un problema de impotencia sexual", estaba deprimido. Picasso le invit¨® M¨¢laga, su ciudad natal, y le llev¨® de burdeles. En un momento dado, Casagemas se enfrent¨® a otros amigos de Picasso porque le ridiculizaron llam¨¢ndole independentista y nacionalista. Entonces, Casagemas se fue a Barcelona y Picasso a Par¨ªs. Despu¨¦s, el artista catal¨¢n se suicid¨® peg¨¢ndose un tiro en la cabeza y Picasso comenz¨® su etapa azul.
Babelia
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