Mira que si os quitan lo bailao...

Mucho antes de que el cine espa?ol comenzara a aburrir, o sus pel¨ªculas a no divertir al p¨²blico, ya se rodaron varias pel¨ªculas que ironizaban sobre las man¨ªas, obsesiones y defectos del cine espa?ol. Por ejemplo, el que dirigi¨® con enorme talento Eduardo Garc¨ªa Maroto, que se ri¨® en sus pel¨ªculas no solo del hambre o de la miseria de su ¨¦poca, sino de las pel¨ªculas que se hac¨ªan para tratar de encubrirlas ya en los a?os treinta. Y fue en 1954 cuando con?Tres eran tres hizo las mejores parodias hasta entonces conocidas. Poco a poco se levant¨® la veda.

Por ese motivo TV2 ofrecer¨¢ la semana que viene, en su programa Historia de nuestro cine, una selecci¨®n de pel¨ªculas par¨®dicas, bien sobre cine espa?ol o sobre cine mundial. Se atreven nada menos que con?La pandilla de los once, parodia del cine americano de g¨¢nsters, o con?Yo hice a Roque III, una s¨¢tira sobre las de Stallone. Menos mal que ironizan sobre obras propias.

No obstante, lo mejor y m¨¢s destacado de esta precipitada propuesta es la inclusi¨®n de una divertida falla valenciana titulada?Que nos quiten lo bailao, que Carles Mira rod¨® en 1983, en aquellos a?os en que el maestro Berlanga andaba por la s¨¢tira de la historia del franquismo con sus escopetas nacionales, y hasta de la Guerra Civil. Citar a Berlanga siempre viene a cuento por s¨ª mismo, y aqu¨ª particularmente por ser uno de los primeros que satirizaron al cine espa?ol, ironizando sobre el t¨ªtulo clave del cine espa?ol Locura de amor, ya en su primera pel¨ªcula,?Esa pareja feliz.

Quiz¨¢s no pasen a la historia de nuestro cine por su sentido autocr¨ªtico algunas pel¨ªculas que tienen el aura innegable del talento de Garc¨ªa Maroto, Carles Mira o del mismo Berlanga. Se trata de pel¨ªculas imprescindibles o muy aconsejables para un ciclo dedicado a la historia del cine espa?ol. Lamentables ausencias.

El reconocimiento al maestro Berlanga llev¨® a que se le nombrara presidente honorario de la Academia de Cine, el ¨²nico hasta hoy. Este honor recae merecidamente ahora sobre la querida ¨²ltima gran presidenta Yvonne Blake, que entre otros valores tiene el de haber sabido ironizar sobre el cine de su pa¨ªs con el mismo desparpajo que sobre el cine espa?ol.