Galer¨ªa cooperativa
No Place es un proyecto entre galer¨ªas que busca en la exposici¨®n colaborativa conquistar al nuevo p¨²blico, entre ellos el coleccionista
El momento que viven las galer¨ªas es complicado. Qu¨¦ duda cabe. No hay mal fario ah¨ª, sino un alud de realidad con la que todas se pelean a diario. ?Por qu¨¦? La generaci¨®n de coleccionistas que adquir¨ªa a?os atr¨¢s, cuando funcionaban con br¨ªo las grandes galer¨ªas en Madrid, ha dejado de comprar y, lo peor, de sentir ese entusiasmo por descubrir cosas nuevas. Y en ese vac¨ªo, se espera a una nueva generaci¨®n de coleccionistas que parece llegar pero que se resiste a aterrizar del todo. Un agujero que ha afectado mucho a la generaci¨®n que hoy tiene cuarenta, la que lidera esa nueva generaci¨®n que aglutina el mapa de galer¨ªas en Madrid. El problema es econ¨®mico, s¨ª, pero no s¨®lo. Justo hace diez a?os ya de la ca¨ªda global y del Lehman Brothers, que ha bajado no s¨®lo los ingresos sino tambi¨¦n el pulso de la ciudad. El disentimiento y el desapego con lo institucional es m¨¢s que latente, tambi¨¦n en el arte. Algo hay ah¨ª de crisis de representaci¨®n democr¨¢tica, de sentir el futuro tan a contrapelo y tan pegado al desinter¨¦s. No es extra?o que varias instituciones art¨ªsticas (centros, museos, ferias...) miren ese tiempo por venir arrojando una mirada cr¨ªtica. Y todo eso en un momento en que el debate del papel de las galer¨ªas en ese corpus institucional est¨¢ m¨¢s abierto y cuestionado que nunca.
Con este panorama, no es extra?o que la galer¨ªa media busque maneras de aliarse, entre similares y con el p¨²blico, con inauguraciones conjuntas, el desayuno expandido o los conocidos Gallery Weekends. Hay quien da un paso m¨¢s y entabla colaboraciones internacionales buscando otro tipo de posici¨®n. Ah¨ª est¨¢ Condo, por ejemplo, un proyecto basado en el intercambio: una galer¨ªa en un determinado pa¨ªs acoge a otra de origen distinto. Despu¨¦s de celebrarse en S?o Paulo, Londres y Nueva York, estos d¨ªas llega a M¨¦xico con 22 espacios compartiendo exposiciones con 49 galer¨ªas internacionales. No es mala idea y, adem¨¢s, renueva un poco la escena art¨ªstica en cuesti¨®n. Aunque tiene algo en el formato que recuerda a una feria, ellos la llaman ¡°exposici¨®n colaborativa¡±.
La idea es entender las din¨¢micas de la cultura comunitaria y experimental, algo parecido a lo que busca No Place, un proyecto similar que tiene un punto de arraigo en Espa?a. La cabeza pensante est¨¢ formada por Nerea e Idoia Fern¨¢ndez, N/F desde que Nieves Fern¨¢ndez, su madre, dejara su galer¨ªa en manos de sus hijas. Del cambio generacional hace ya dos a?os, y 40 desde que este m¨ªtico espacio abriera en Murcia bajo el nombre de Yerba. En aquellos a?os, se editaba, se hac¨ªan debates y se hu¨ªa de la idea de galer¨ªa como mero espacio comercial. Su virtud fue recuperar a los nombres que silenci¨® la dictadura, por aquel entonces los j¨®venes Alexanco, Albacete, Teixidor, Equipo Cr¨®nica... Y el debate contin¨²a hoy buscando respuestas fuera.
Desde ah¨ª hay que entender No Place, que definen como ¡°una plataforma experimental para la exhibici¨®n de arte contempor¨¢neo¡±. El nombre est¨¢ vinculado al concepto de utop¨ªa de Tomas Moro, que desde su ra¨ªz morfol¨®gica presenta una contradicci¨®n entre la traducci¨®n habitual que se ha hecho desde el lat¨ªn: ou-topos que significa no lugar, y la tradici¨®n realizada por Quevedo: eu-topos, que significa buen lugar. En ese vaiv¨¦n, el proyecto persigue un espacio ideal imposible, visto casi como el deseo inalcanzable. Naci¨® el a?o pasado en Lima y a finales de abril, el 24, llegar¨¢ a Berl¨ªn, a Glinkastrasse 17. Se trata de un proyecto que N/F firma junto a otras tres galer¨ªas, Nueveochenta de Bogot¨¢, Arr¨®niz de M¨¦xico y Michael Sturm de Stuttgart. En el caso de Lima, fue Wu Gallery la que acogi¨® la propuesta de diez de sus artistas, en una colectiva celebrada los mismos d¨ªas de la feria ArtLima. La intenci¨®n es generar nuevos acercamientos al arte a trav¨¦s de un modo de producci¨®n alternativo. Lo que venden lo comparten a partes iguales y comparten, tambi¨¦n, su lista de contactos. Todas tienen claro que el tama?o, la velocidad y la forma del mercado del arte ha cambiado mucho y que es hora de replantearse qu¨¦ es el mundo del arte y lo que estar¨ªa bien que fuera. As¨ª que empezamos por ah¨ª, por el meollo de la cuesti¨®n para desgranar, con Nerea Fern¨¢ndez, gran parte de los tics de la creaci¨®n contempor¨¢nea.
?Sabemos qu¨¦ es el mundo del arte?
El conjunto de personas involucradas en el fen¨®meno del arte: artistas, galeristas, coleccionistas, cr¨ªticos, instituciones y comisarios. Todos los que participamos de una manea u otra en la creaci¨®n, producci¨®n y difusi¨®n de la creaci¨®n art¨ªstica.
?Funciona ese sistema tal y como est¨¢ montado?
En general s¨ª, pero hay grandes fallos de base. Aunque el arte contempor¨¢neo se ha popularizado mucho a trav¨¦s de las ferias y las bienales, en muchos sentidos e ha reducido el n¨²mero de personas que sienten la necesidad de adquirir obras de arte para que formen parte de sus vidas. Se ha perdido la visi¨®n del arte como motor de cambio social, algo necesario a lo que pertenecer para comprender y formar parte de nuestro entorno. En cambio, ahora se asocia m¨¢s a un producto de lujo. Esto nos afecta directamente a las galer¨ªas. El mercado parece centrarse cada vez m¨¢s en grandes galer¨ªas y grandes coleccionistas, y las peque?as y medianas nos enfrentamos a una crisis de modelo de negocio.
?El cambio de modelo pasa por reformular las exposiciones en la galer¨ªa?
En muchos aspectos, la exposici¨®n en una galer¨ªa ha dejado de ser el evento central y eso, adem¨¢s de crear dificultades para el galerista, crea una falta de profundizaci¨®n y comprensi¨®n del trabajo de los artistas. A la vez, es necesario ver una exposici¨®n para comprender el discurso de un artista. Las galer¨ªas permiten, adem¨¢s, abarcar un espectro en ese sentido que a trav¨¦s de las instituciones nunca ser¨ªa posible. A m¨¢s a m¨¢s, la conversaci¨®n en los ¨²ltimos tiempos se ha centrado casi exclusivamente en las cifras del mercado del arte y ya apenas hay cr¨ªtica y los artistas casi ni figuran siendo la base de la pir¨¢mide. En definitiva, el sistema funciona, pero creo que est¨¢ llegando a un punto muerto y que es necesario un plan de cara al futuro. Un plan que pasa por la simbiosis entre profesionales, entre las grandes y las peque?as galer¨ªas.
No Place busca ser una alternativa a ese lado expositivo. ?Pasa el futuro de las galer¨ªas por una descolonizaci¨®n? ?Hay un no lugar para el galerismo?
No Place es fruto de la globalizaci¨®n y, en cierto modo, de la deslocalizaci¨®n pero, sobre todo, un lugar en el que los artistas puedan desarrollar un proyecto en condiciones de espacio y concentraci¨®n. A veces, adem¨¢s, en lugares donde su obra no es conocida. La falta de audiencia hizo que nos plante¨¢semos qu¨¦ sentido tiene hacer exposiciones en la galer¨ªa que nadie ve. Es una cuesti¨®n compleja y desilusionante, pese a que la galer¨ªa como espacio expositivo es necesaria. Lo que puede ser es que no necesite una sede fija como antes, y el espacio pueda ser cambiante dependiendo de las necesidades de cada momento. Un espacio donde los artistas puedan mostrar la totalidad de sus propuestas, algo que nunca suplantar¨¢ una feria.
No Place es, por naturaleza, un proyecto n¨®mada. De hecho, se habla ya de la nueva figura del artist advisor, galeristas que cierran sus espacios f¨ªsicos y trabajan de otro modo y en otros lugares. ?Tiene sentido?
Un buen galerista es un artist advisor desde mi punto de vista. No Place es n¨®mada en tanto que cada edici¨®n se lleva a cabo en una ciudad diferente, buscando adem¨¢s espacios con una identidad concreta con la que los artistas puedan dialogar. Este nomadismo puede parecerse a otras iniciativas como Condo o Ruberta, aunque la diferencia fundamental es que No Place funciona como una cooperativa, de tal manera que la herramientas, los equipos de trabajo y los recursos de cada miembro est¨¢ a disposici¨®n de los dem¨¢s, en un esfuerzo colectivo por producir y financiar un evento donde el foco se traslade al trabajo de los artistas. Digamos que, cuando entras en No Place, los nombres de las galer¨ªas no figuran, s¨®lo los de los artistas, y tanto la producci¨®n como las ventas se comparten por igual entre todos los socios. Por eso es, y esto es muy importante, una colaboraci¨®n en el sentido m¨¢s amplio. En No Place, los recursos y los ingresos benefician a todo el grupo.
El hecho de aliarse con galer¨ªas como Nueveochenta de Bogot¨¢ o Arr¨®niz de M¨¦xico, ?busca poner un pie en Latinoam¨¦rica?
No es su finalidad. No Place se arma con dos galer¨ªas latinoamericanas por afinidad, confianza, admiraci¨®n profesional y por una buen¨ªsima relaci¨®n personal. No seleccionamos los pa¨ªses a priori como una estrategia predefinida. Pero es innegable que el hecho de tener un pie fuera te cambia la perspectiva.
?Tenemos ¨¦xito fuera?
No, a pesar de la buena programaci¨®n que llevamos a cabo las galer¨ªas espa?olas y de la fant¨¢stica calidad de nuestros artistas.
Pero ?estar¨ªamos preparados para el ¨¦xito llegado el caso?
Preparados creo que s¨ª. Honestamente creo que la calidad y profesionalidad de los artistas y las galer¨ªas en Espa?a es muy alta, aunque Espa?a sea un mercado muy peque?o y eso hace que ese buen nivel no acabe de profesionalizarse. Con un mayor apoyo interior podr¨ªamos tener mucho m¨¢s ¨¦xito exterior, pero es un error buscar el reconocimiento s¨®lo fuera.
?Qu¨¦ hacer con el escaso p¨²blico que asiste a las galer¨ªas?
La educaci¨®n es la clave. Las galer¨ªas son una actividad cultural gratuita y la gente debe saberlo. Somos lugares de encuentro entre el artista y el p¨²blico, espacios para el conocimiento. Hay que recuperar esa idea de la galer¨ªa como centro de los debates, en los que se refleja lo que sucede en la sociedad, y hacer comprender a la gente que el arte contempor¨¢neo forma parte de la vida, y que es un motor social. Acercar el arte a la gente sigue siendo el reto fundamental.
Sabemos que el artista no vive del arte. ?Y los galeristas?
S¨ª, pero con recursos m¨ªnimos en la mayor¨ªa de los casos. Gran parte de las galer¨ªas no tenemos suficiente personal para realizar la cantidad de trabajo que hacemos. Creo que todos somos capaces de vivir de esto a pesar de las dificultades, porque le dedicamos una enorme parte de nuestra vida personal o porque directamente, no hay una l¨ªnea que separe ambas.
?Cu¨¢l es la parte buena de este futuro incierto?
Que cada vez m¨¢s decimos lo que realmente pensamos. Ahora mismo hay una conversaci¨®n permanente acerca de la dif¨ªcil situaci¨®n en la que nos encontramos y un replanteamiento de casi todo.
Replantee: ?c¨®mo ser¨ªa el sistema del arte ideal?
Pensando en Espa?a, me gustar¨ªa que se prestase m¨¢s atenci¨®n a los artistas espa?oles, y que las instituciones y la pol¨ªtica tuvieran en mente el deber de promocionar el arte espa?ol fuera de nuestras fronteras. Pensando en general, que el arte fuese un elemento cotidiano, presente, y que se pudiera vivir de ello de forma justa. Que dedicarse al mundo del arte no suponga una renuncia.
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