Confusi¨®n moral en la guerra
El director y guionista reflexiona sobre la verg¨¹enza de huir, de dejar atr¨¢s a los tuyos, y sobre las terribles situaciones en las que no caben la solidaridad y el hero¨ªsmo
Nadie sale indemne de una guerra. Quiz¨¢ s¨ª en lo f¨ªsico, pero nunca en lo moral. Y las mejores pel¨ªculas de la historia del cine relacionado con las contiendas b¨¦licas siempre son las que se acercan a las decisiones m¨¢s cotidianas, pero m¨¢s complejas, en las que los personajes dudan, cometen errores, y no las que mantienen a sus criaturas y a la propia historia en un irreprochable ideal moral tan estimable como, en casi todos los casos, poco convincente. Y en esa zona de nobleza y de verdad se sit¨²a la notable pel¨ªcula belga Alma mater, segundo trabajo de Philippe Van Leeuw, ambientada en la guerra civil siria.
ALMA MATER
Direcci¨®n: Philippe Van Leeuw.
Int¨¦rpretes: Hiam Abbass, Diamand Bou Abboud, Juliette Navis, Mohsen Abbas.
G¨¦nero: drama. B¨¦lgica, 2017.
Duraci¨®n: 87 minutos.
Los bombardeos, la destrucci¨®n, la muerte, y junto a ellos, en el extremo m¨¢s depravado de la naturaleza humana, los saqueos y las violaciones. Alma mater ofrece dilemas perturbadores, huye de lo melifluo y, entre el sonido de las bombas y los disparos de los francotiradores, est¨¢ ambientada en un escenario ¨²nico: un piso de un edificio a¨²n en pie, en el que se han refugiado varios vecinos, con el dominio de esa madre coraje del t¨ªtulo. Un ecosistema imposible que ahora es zona de guerra, en el que se intenta mantener una cierta organizaci¨®n. Aun a costa de la ¨¦tica.
Van Leeuw, tambi¨¦n guionista, reflexiona sobre la verg¨¹enza de huir, de dejar atr¨¢s a los tuyos, y sobre las terribles situaciones en las que no caben la solidaridad y el hero¨ªsmo. O quiz¨¢ s¨ª, aunque se trate de un coraje que no se pueda reclamar, porque nadie est¨¢ preparado para semejantes disyuntivas, y porque, si en todo caso se ejercita, seguramente tenga mucho m¨¢s que ver con un impulso natural que con una decisi¨®n razonada.
En un emplazamiento asfixiante y limitado, el director aplica una puesta en escena ¨¢gil pero sin aspavientos ni temblores de c¨¢mara. Y, de un pasillo a otro, de una habitaci¨®n a la siguiente, convierte una vivienda y a un pu?ado de personajes en el centro del universo m¨¢s espinoso de la conducta humana.
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