Don Eloy, el jubilado que convirti¨® a sus hijos en estrellas del barroco
En plena crisis en Langreo, este hombre lider¨® la construcci¨®n de un clavicordio e instrumentos de ¨¦poca. Hoy, sus hijos, son estrellas de la m¨²sica antigua a nivel mundial
Al jubilarse, don Eloy Zapico se encontr¨® con mucho tiempo libre¡ Y decidi¨® emplearlo en beneficio de sus paisanos. Se retir¨® en Langreo (Asturias) como empleado de Endesa antes de los sesenta y ten¨ªa tres hijos adolescentes. Una noche acudi¨® a un concierto de m¨²sica antigua y qued¨® fascinado por el clave que tocaba la interprete Pilar Tom¨¢s, acompa?ando la voz de Marta Almajano y con Gerardo Arriaga en la cuerda pulsada. Intrigado por el teclado, les pregunt¨®: ?Cu¨¢nto vale uno de estos? La respuesta sobrepasaba el nada abultado presupuesto de la asociaci¨®n de padres de alumnos del conservatorio en la que ejerc¨ªa de miembro activo. No hab¨ªa dinero pero tampoco se arredr¨®: ¡°Entonces, lo construiremos¡¡±.
Dos de sus tres chavales, los gemelos Pablo y Daniel, destacaban como goleadores en el equipo de hockey. Aunque estudiaban m¨²sica tambi¨¦n con Aaron, el mayor. Lo que no pudo sospechar don Eloy fue que aquella decisi¨®n de construir un clave barroco en su poblaci¨®n de 40.000 habitantes, cambiar¨ªa sus vidas para siempre.
Hoy, los Zapico, son referencia en la m¨²sica antigua en Espa?a y a nivel mundial con Forma Antiqva, su grupo. ¡°Nuestro padre era especial. Muri¨® hace 15 a?os, no paraba quieto. Se meti¨® en todo para transformar la zona en plena crisis. Cuando decidieron construir el clave, organizaron un curso para 40 personas y tres de ellas acabaron como lutieres¡±.
La reconversi¨®n en la cuenca asturiana hab¨ªa ca¨ªdo sobre los hombros tiznados de la miner¨ªa y todo lo que indirectamente viv¨ªa de ella. Tocaba reinventarse. L¨ªderes como Eloy Zapico salvaron en buena medida la mentalidad de la gente. La silicosis de la incertidumbre. Su historia y la de sus hijos parece una mezcla de ?Qu¨¦ bello es vivir! con Bienvenido Mr Marshall. ¡°Bien mirado, as¨ª es¡±, asegura Aaron. Tanto ¨¦l como sus hermanos representaron la pasada semana y este lunes en la Fundaci¨®n Juan March de Madrid la pieza Los elementos, de Antonio de Literes. Una obra estrenada en 1705. Lo hacen liderando Forma Antiqva y con la direcci¨®n esc¨¦nica de Tom¨¢s Mu?oz.
La historia de Eloy Zapico y la de se estirpe parece una mezcla de ?Qu¨¦ bello es vivir! con Bienvenido Mr Marshall. ¡°Bien mirado, as¨ª es¡±, dicen sus hijos
No s¨®lo triunfan en ese ¨¢mbito y destacan en los programas de buena parte de Europa y Am¨¦rica. La labor comprometida del padre les marc¨® y los tres son maestros de referencia en el repertorio que interpretan. Aaron ha ense?ado en el conservatorio de Oviedo. Pablo y Daniel en Madrid y Zaragoza. Graban para el sello Winter & Winter. A punto est¨¢ de aparecer Concierto Zapico Vol 2, ¡°as¨ª, en plan Tarantino¡±, comentan. Ser¨¢ su s¨¦ptimo disco con el sello alem¨¢n.
Pero siguen anclados a esa haza?a de ra¨ªz que inici¨® su padre. La historia del clave en Langreo creci¨®¡ ¡°Construyeron m¨¢s de uno y los alquilaron para dar recitales por todo el norte. Eran buenos. Yo los toco a veces¡±, comenta Aaron, experto en el instrumento. ¡°Aparte de eso se liaron a hacer tiorbas, guitarras barrocas, laudes, violas de gamba. Y crearon un festival de m¨²sica antigua con el nombre de nuestro padre¡±, continua Pablo.
La historia, adem¨¢s, se envolvi¨® en una fascinante paradoja. Gracias a los instrumentos t¨ªpicos de dos y tres siglos atr¨¢s, montaron una especie de laboratorio con programas inform¨¢ticos: ¡°Para edici¨®n de partituras y cosas as¨ª¡±, dice el gemelo. De aquellos tiempos surge tambi¨¦n su ensemble. ¡°Van a cumplirse 20 a?os de Forma Antiqvua. Empezamos cuando Pablo y Daniel ten¨ªan 15 y yo 18¡±, comenta Aaron. ¡°Nos propusieron hacer unas piezas religiosas y dijimos que s¨ª, claro. Luego les metimos repertorio profano, pero, ?qu¨¦ m¨¢s da? El caso era actuar¡±.
Son hermanos y bien avenidos. Su madre, Margarita Bra?a, est¨¢ encantada de verlos triunfar juntos. La condici¨®n no deja escapatoria: ¡°Somos familia, no nos queda otra. Aunque de verdad creo que entre dos hermanos hubiese resultado m¨¢s dif¨ªcil que al ser tres. Siempre alguno de nosotros media¡±, comenta Aaron. ¡°Cuando nos echamos contra ¨¦l, los gemelos somos como velociraptors¡±, a?ade Pablo. Pero como Daniel ensaya mientras ellos hablan, no habr¨¢ manera de enterarse. Salta a la vista que forman una pi?a. Barroca, en su caso.
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