Manuel P¨¦rez Ledesma, historiador contestatario

Nos falta la distancia necesaria para escribir una necrol¨®gica equilibrada sobre nuestro amigo Manuel P¨¦rez Ledesma (Madrid, 1944), que reuni¨® en su biograf¨ªa un buen pu?ado de las experiencias que marcaron a los miembros pol¨ªtica y socialmente m¨¢s comprometidos de una generaci¨®n de historiadores en los ¨²ltimos a?os de la dictadura. Estudiante contestatario en la universidad y profesor ayudante procesado y condenado a cinco meses de arresto por su militancia en Comisiones Obreras, Manolo tuvo que abandonar Salamanca y doctorarse brillantemente en Madrid, para iniciar, de la mano de Javier Pradera, una fecunda carrera como editor en Historia y Ciencias Sociales de Alianza Editorial y, acogido por Miguel Artola, como profesor de Historia en la Universidad Aut¨®noma.

Aunque lo sab¨ªa todo sobre las primeras d¨¦cadas de la UGT, nunca public¨® su tesis: su inteligencia y sentido cr¨ªtico le hizo sentirse a disgusto con los t¨®picos entonces dominantes y dej¨® la publicaci¨®n para mas tarde, cuando tuviera tiempo para reelaborarlo. Nunca lo tuvo, aunque la historia alternativa que llevaba en la cabeza qued¨® plasmada finalmente en algunos art¨ªculos seminales sobre las relaciones de poder y la organizaci¨®n interna del partido y del sindicato socialistas, en sus estudios sobre dirigentes como Garc¨ªa Quejido y Llaneza, incisivos y desmitificadores como aquel??Pablo Iglesias, santo?, o en sus reflexiones sobre la supuesta tendencia revolucionaria del proletariado o el discutible protagonismo obrero en las revoluciones del siglo XX.

Su doble experiencia de editor y profesor durante un tiempo en el que las viejas certidumbres se derrumbaban y la historia elaborada al servicio de una causa dejaba paso a la historia como un saber del pasado siempre en discusi¨®n le equip¨® para abrir nuevos caminos a la investigaci¨®n y nuevos espacios al permanente debate historiogr¨¢fico. Conociendo al detalle y publicando en Espa?a lo mejor de lo que aparec¨ªa fuera, y dotado, como muy pocos, para alentar trabajos en equipo, se convirti¨® en un incansable organizador de encuentros y seminarios, de los que salieron proyectos de obras colectivas sobre los nuevos movimientos sociales, el proceso de conquista de la ciudadan¨ªa o la historia de las culturas pol¨ªticas en Espa?a y Am¨¦rica, que tanto han influido en la renovaci¨®n de la historiograf¨ªa espa?ola. Todo ello apoyado siempre en un gran esfuerzo por conocer y manejar los conceptos fundamentales elaborados por las ciencias sociales, tan importantes para la obra de los historiadores y, sin embargo, tan d¨¦biles a veces en ella.

Manuel P¨¦rez Ledesma, alejado de nosotros a medida que avanzaba su terrible enfermedad, que acab¨® con ¨¦l el pasado d¨ªa 15, fue un autor de excepcional originalidad, iron¨ªa y agudeza en el panorama historiogr¨¢fico espa?ol. Pero fue, adem¨¢s, el amigo que siempre eleg¨ªa el vino para la cena, el devorador de libros que siempre recomendaba la lectura m¨¢s sabrosa, el que se arrancaba con alguna copla o alg¨²n corrido para animar la fiesta. Quienes tuvimos la fortuna de disfrutar durante d¨¦cadas de su amistad, de su ingenio y de su gusto por la vida, y quienes la tuvieron de ser sus disc¨ªpulos, sabemos bien lo que hemos perdido.

Jos¨¦ ?lvarez Junco y Santos Juli¨¢ son historiadores.