?Qu¨¦ sustenta una voz?
L¨²a Coderch presenta en Madrid 'Shelter', un ensayo videogr¨¢fico en forma de correspondencia que parte de la desorientaci¨®n
Narrar la vida a partir de an¨¦cdotas te coloca muchas veces en el reverso de cualquier relato. Los peque?os detalles se convierten en puntos cardinales capaces de reorientarnos en el m¨¢s adverso de los terrenos, hasta en el origen de todo. L¨²a Coderch (Iquitos, Per¨², 1982) habita ah¨ª desde hace tiempo, cuando empez¨® a tantear con el lenguaje art¨ªstico ese lado inmaterial que tienen las cosas: asimilar una idea, asentarse en un sitio, mudar de piel, poseer el tiempo. Confiesa que se mueve bien ah¨ª por su alta capacidad de conectar con el lado abstracto del mundo y las peque?as revelaciones que circulan por ¨¦l. Cuesta un poco verlas, pero ah¨ª est¨¢n. Situaciones que tienen un ancla en la realidad y otra en la memoria, y que funcionan como una br¨²jula.
Hay una que cuelga de la pared de la sala Multiverso de la Fundaci¨®n BBVA en Madrid. Es un espacio, pero tambi¨¦n un proyecto y una serie expositiva que re¨²ne cada a?o el resultado de la beca que esta entidad ofrece a la videocreaci¨®n. Laura Baigorri, bien conocedora de los nuevos medios, se ocupa de comisariarlo. L¨²a Coderch acaba de presentar el proyecto resultante de la suya, titulado Shelter, merodeando tambi¨¦n por el lado inmaterial de ¡°lo expositivo¡±: la expectativa, el entusiasmo, el miedo a equivocarse, la necesidad de hablar de algo que has visto. Toda esa vivencia que est¨¢ en suspense. En sus obras es habitual encontrar un di¨¢logo interno que a menudo lanza correspondencias entre im¨¢genes e ideas. Funcionan como un texto nuevo que vuelve sobre una idea que apareci¨® antes de puntillas.
Hacer eso, pasar de la abstracci¨®n de una idea a la materializaci¨®n de una forma, le viene de su formaci¨®n en derecho, que no lleg¨® a terminar. Luego vio en el arte un gran ejercicio de investigaci¨®n y la oportunidad de generar situaciones para encontrarnos. Es justo lo que hace en cada uno de sus proyectos. L¨²a Coderch forma parte de aquellos artistas que, m¨¢s que presentarnos obras concretas, nos dan herramientas para interrogar la realidad. Las suyas son precisas, profundas, rigurosas, subversivas. Tambi¨¦n se inscribe entre esos artistas volcados en pensar la escritura, la palabra y lo narrativo, seg¨²n la artista, el material m¨¢s cercano, port¨¢til y econ¨®mico. Desde hace tiempo, es una de las indispensables de la escena art¨ªstica m¨¢s joven, especialmente desde que en 2013 plantara su Monta?a m¨¢gica en Espai 13 de la Fundaci¨®n Mir¨®, a petici¨®n del comisario Oriol Fontdevila y su idea de pensar Montj¨¹ic, un gran almac¨¦n que pon¨ªa en cuesti¨®n al turista como int¨¦rprete, pero no s¨®lo al extranjero que recorre habitualmente Barcelona, sino al que transita los museos, extranjero a la mayor¨ªa de los mensajes que codifica la obra de arte. Tambi¨¦n cuestionaba la propia obra de arte. Cada d¨ªa de los 72 que dur¨® la exposici¨®n, exhibi¨® una obra diferente, de manera que resultaba casi imposible ver su propuesta en totalidad.
Esta es una artista que, m¨¢s que ofrecer obras, da herramientas para interrogar la realidad
Aunque L¨²a Coderch trabaja con varios formatos, como esculturas, instalaciones, eventos, reuniones, v¨ªdeos o piezas de audio, lo que m¨¢s le interesa es el proceso, parasitar formatos y estructuras, desapareciendo en ellas. Shelter es un ensayo videogr¨¢fico en forma de correspondencia cuyo punto de partida es la desorientaci¨®n, un momento de duda. Se compone de 15 c¨¢psulas filmadas en localizaciones tan diversas como un paisaje glaciar, la laguna de un cr¨¢ter volc¨¢nico, el neoyorquino Central Park o Walden Pond, la morada donde transcurre Walden, el conocido libro de Thoreau. No es azaroso que aparezca aqu¨ª. Tambi¨¦n ¨¦l escrib¨ªa cartas sobre la carga de lo existencial. En cada una de esas localizaciones, la c¨¢mara se recrea en la construcci¨®n de peque?os refugios, precarios e inestables, hechos con materiales b¨¢sicos y extra¨ªdos de cada contexto, que buscan hacerse un sitio en ¨¦l. Apenas dan para una noche al semirraso. Las cartas ponen la banda sonora con una voz en off que habla de esas cosas que en momentos de incertidumbre son los anclajes de la vida. Ese abrigo: el afecto, la ni?ez, el amor, los recuerdos¡ Porque Shelter trata de eso: de c¨®mo nos orientamos y habitamos este mundo. ?C¨®mo se sustenta esa voz?
Su mirada se detiene en esas cosas que en momentos de duda surgen como los anclajes de la vida
En The Girl With No Door On Her Mouth, t¨ªtulo tambi¨¦n de la magn¨ªfica exposici¨®n que cerr¨® hace s¨®lo unos d¨ªas en su galer¨ªa, ?ngels Barcelona, va m¨¢s all¨¢ en eso de la incontinencia verbal y la posibilidad o no de hablar sinceramente a los dem¨¢s. Recupera un personaje que invent¨® en 2012 con el que ya exploraba cuestiones relativas a la voz y al habla. Beckett, claro, tambi¨¦n estaba invitado a este di¨¢logo interno con su pieza para boca Not I, desde la que part¨ªa un v¨ªdeo. Hab¨ªa una concatenaci¨®n de tubos, simulando un aparato de fonaci¨®n que solamente puede emitir un sonido inarticu?lado, lo anterior a una palabra, y un herbario de plantas que sirven para tratar afecciones en la boca y en la garganta. Tambi¨¦n un vinilo lleno de discursos banales gastados y una colecci¨®n de cojines te?idos a lo tie-dye a modo de silencios o capitulaciones. Algunos de ellos, los que tienen versos de Sylvia Plath, estar¨¢n la semana pr¨®xima en la Twin Gallery. Tambi¨¦n Plath escrib¨ªa cartas que habitaba como refugios y donde hab¨ªa br¨²julas, como Thoreau y como la artista. Una chica sin puerta en la boca, pero con una voz de oro.
¡®Shelter¡¯. L¨²a Coderch. Multiverso. Fundaci¨®n BBVA. Madrid. Hasta el 6 de mayo.
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