El veneno del triunfo
El Juli solo pudo dar una vuelta al ruedo con el p¨²blico a favor, y el viento y los toros en contra
Jandilla / Ferrera, El Juli, R. Rey
Toros de Jandilla-Vegahermosa, correctos de presentaci¨®n, mansurrones, blandos, sosos y descastados.
Antonio Ferrera: pinchazo y estocada (silencio); estocada (silencio).
El Juli: estocada ca¨ªda (petici¨®n y vuelta); media ca¨ªda (silencio).
Roca Rey: estocada (ovaci¨®n); pinchazo -aviso- estocada (ovaci¨®n).
Plaza de la Maestranza. D¨¦cima corrida de la Feria de Abril. 19 de abril. Lleno de 'no hay billetes'.
Dio la impresi¨®n de que Roca Rey se tom¨® la corrida como un asunto personal contra s¨ª mismo y contra El Juli. Quer¨ªa triunfar contra viento y marea, y superar, c¨®mo no, a su compa?ero, competidor, adversario¡ Pero no pudo ser porque los toros no se lo permitieron.
Pero es una gozada ver a un torero con el veneno del triunfo en los labios, dispuesto a todo para superar todas las circunstancias por muy adversas que sean.
Despu¨¦s de una media monumental de El Juli en un quite al segundo toro de la tarde, Roca le respondi¨® con ajustadas chicuelinas, adornadas con caleserinas, y volvi¨® el veterano con otro manojo de chicuelinas que pusieron la plaza al rojo vivo.
Esa no fue m¨¢s que su carta de presentaci¨®n. Esper¨® a su primer toro de rodillas en los medios y despu¨¦s de dos largas cambiadas, la segunda en el tercio, otra vez lance¨® por chicuelinas. Volvi¨® a la genuflexi¨®n en el inicio del tercio de muleta y se jug¨® el tipo -siempre acelerado, eso s¨ª- ante un toro con genio, soser¨ªa y poca clase, que no le permiti¨® alcanzar el ansiado triunfo.
Brind¨® la faena del sexto al respetable, comenz¨® por estatuarios, y continu¨® con una merit¨ªsima tanda con la derecha y un largo pase de pecho. Pero cuando la esperanza volv¨ªa a brillar en la plaza, el animal se raj¨®, huy¨® despavorido de los terrenos del torero y se acab¨® la pelea. Aun as¨ª, Roca Rey pudo robarle un par de naturales largos y hondos que supieron a poco. Las bernardinas finales parec¨ªan la antesala de un trofeo ganado a pulso, pero un pinchazo lo emborron¨® todo. Quede constancia, no obstante, que con media docena de toreros con este pundonor, este arrojo, esta ilusi¨®n y otros toros -otros encastes, se entiende-, quiz¨¢ la fiesta tendr¨ªa un color diferente.
El color del ¨¦xito, por ejemplo, que acompa?¨® toda la tarde a El Juli. Fue obligado a saludar al romperse el pase¨ªllo, y toda su actuaci¨®n estuvo presidida por la confianza y la tranquilidad que ofrece el triunfo. No pic¨® a su primer toro -la moda imperante parece que se convierte en norma-, y lo tuvo todo a favor menos el viento y sus oponentes de cuatro patas. A pesar de ello, a pesar de que su primero era parado y descastado, dibuj¨® dos tandas de naturales hermosos, perfectamente hilvanados con obligados pases de pecho. Un largo muletazo con la derecha que deriv¨® en un circular y un natural seguido que supo a grandeza predispusieron a los tendidos para ondear los pa?uelos; y as¨ª fue a pesar de que la estocada cay¨® muy baja, motivo suficiente para que el presidente, al que le dijeron de todo, dejara el suyo en el bolsillo.
Acudi¨® con presteza el quinto de la tarde al caballo y al cite de los banderilleros, pero se neg¨® a embestir en el tercio final, y todo el gozo qued¨® en el pozo de la decepci¨®n.
No ha tenido suerte Ferrera con sus toros en esta feria. Quiz¨¢, qui¨¦n sabe, es que no ha elegido bien. Con estas ganader¨ªas tan comerciales se le ve desdibujado, como fuera de ambiente y gallina en corral ajeno, y no por falta de calidad, sino porque su toreo luce m¨¢s, mucho m¨¢s, con el toro encastado.
Inv¨¢lido total fue su primero, que se ech¨® a mitad de faena, y sos¨ªsimo el cuarto. Pero a este ¨²ltimo lo recibi¨® con cuatro ver¨®nicas templad¨ªsimas, de aut¨¦ntica categor¨ªa. Y no hubo m¨¢s.
Nota final: Si es cierto aquello de que un periodista se debe a la verdad, se impone una aclaraci¨®n: en el ¨¢nimo de destacar la entrega de Jos¨¦ Garrido el pasado mi¨¦rcoles, qued¨® en un segundo plano el juicio sobre la corrida de El Pilar. Quede constancia ahora de que fue un encierro anovillado, pobre de cara e indecoroso de trap¨ªo; un encierro gatuno, una burla y una sinvergonzoner¨ªa impropia del prestigio de esta plaza. Am¨¦n.
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