La pasi¨®n entre el joven actor y la antigua estrella de cine
Una pel¨ªcula recrea el ¨²ltimo amor entre Gloria Grahame, la ganadora del Oscar por 'Cautivos del mal', y expulsada de Hollywood envuelta en esc¨¢ndalos, y un int¨¦rprete de Liverpool
La historia podr¨ªa resumirse en el t¨®pico chico conoce chica, chica conoce chico y se enamoran. "En realidad, solo ¨¦ramos eso", recuerda el chico de la pareja, despojando a aquella relaci¨®n de todo lo que le rode¨®, lo que hizo que aquel amor tan fascinante inspirara una pel¨ªcula, Las estrellas de cine no mueren en Liverpool, que se estrena en Espa?a el 18 de mayo.
En 1978, Peter Turner, el chico, era un actor de Liverpool de 26 a?os que intentaba ganarse la vida en Londres con muy poco ¨¦xito. En la pensi¨®n en la que viv¨ªa lleg¨® un d¨ªa una actriz veterana estadounidense de 54 a?os, que hab¨ªa sido repudiada de Hollywood, y se hab¨ªa pasado al teatro. "Recuerdo la primera que la vi. Yo ocupaba una de las habitaciones superiores y ella el apartamento principal de abajo", rememora Turner en Madrid. "Un segundo que lo visualizo". Para un momento. "No era como yo me la esperaba. Me hab¨ªan hablado de una estrella de Hollywood, y recuerdo que abri¨® la puerta como escondi¨¦ndose, con pinta de haber llegado cinco minutos antes". Ella necesitaba 4 libras y 75 peniques; ¨¦l se los prest¨®. "Nunca supe para qu¨¦, pero me lo devolvi¨® en un cheque que a¨²n conservo". Un par de d¨ªas despu¨¦s se pusieron a bailar juntos en la casa Saturday Night Fever, y semanas m¨¢s tarde se hicieron amantes.
Aquella rubia era Gloria Grahame, la actriz de ?Qu¨¦ bello es vivir!, Oklahoma, Encrucijada de odios, En un lugar solitario -en la que se hizo amiga de Bogart-, y ganadora del Oscar por Cautivos del mal. "Era espont¨¢nea y muy directa, hasta parecer a veces maleducada. Irradiaba encanto. Ten¨ªa una cosa maravillosa y era que preguntaba mucho, haci¨¦ndote dejar claro que le importabas". Y recuerda algo especial: "Su cara reflejaba al instante lo que pensaba o sent¨ªa. Sus movimientos eran r¨ªtmicos, resbaladizos".
A Grahame el nuevo Hollywood y el triunfo del color en el cine la hab¨ªan abandonado en un pie de p¨¢gina de la Historia. Adem¨¢s, corr¨ªan muchos rumores sobre ella. Se hab¨ªa casado cuatro veces -y tenido cuatro hijos-, el segundo matrimonio, con el director Nicholas Ray, se rompi¨® cuando el cineasta asegur¨® hab¨¦rsela encontrado con su hijastro Tony en la cama. "Algo completamente falso"; cuenta Turner. Pero s¨ª es cierto que su cuarto esposo fue Tony, con el que llevaba cuatro a?os divorciada cuando conoci¨® a Turner. "Otro detalle fascinante es que conoc¨ªa a un mont¨®n de gente. Recuerdo que hablaba del presidente Nixon, dec¨ªa de ¨¦l que era un grano en el culo. ?Y era cierto!".
Turner cay¨® enamorado. "Lo bonito es que era una relaci¨®n de iguales, jam¨¢s de una estrella con un aspirante joven. Disfrutamos 18 meses de amor entre Reino Unido, California y Nueva York, donde pose¨ªa un apartamento en el Manhattan Plaza". All¨ª, en un altillo, guardaba el Oscar. "Se vino hasta de vacaciones a Gales con mi hermano, mi cu?ada y mis sobrinas; te lo cuento para que te hagas una idea de c¨®mo se acoplaba a lo que hab¨ªa". Un d¨ªa se volvi¨® hura?a. Turner no sab¨ªa el porqu¨¦. Rompieron y ¨¦l se volvi¨® a Liverpool.
Pas¨® un a?o. Hasta que Grahame se desmay¨® en un hotel en Lancaster, y Turner la recogi¨® y la llev¨® a su casa en Liverpool, con sus padres. Entonces comprendi¨® qu¨¦ hab¨ªa pasado: un c¨¢ncer devoraba el cuerpo de la actriz, que por ello se hab¨ªa alejado de ¨¦l. Durante tres semanas estuvo bajo sus cuidados, hasta que uno de sus hijos se la llev¨® a Nueva York. A las tres horas de aterrizar en EE UU, el 5 de octubre de 1981, Gloria Grahame falleci¨®.
Ahora empieza la segunda parte de la historia. En 1986 Turner escribi¨® Las estrellas de cine no mueren en Hollywood, un libro a coraz¨®n abierto. "No fue f¨¢cil, desde luego, sino cat¨¢rtico y recordar alg¨²n momento me doli¨®". En 1990 Annette Bening actu¨® en Los timadores, de Stephen Frears, y el director le dijo: "F¨ªjate en Grahame en Los sobornados". As¨ª es como Bening ley¨® el libro, copi¨® en pantalla a Grahame, conoci¨® a Turner y pens¨® en llevar aquel amor al cine. "Pero Annette era muy joven". Pasaron los a?os, y finalmente el proyecto cuaj¨®. "Yo dej¨¦ aquello de lado, no pod¨ªa obsesionarme con si me iba a encarnar Daniel Craig o Ewan McGregor, nombres que se barajaron. Cuando me dijeron Jamie Bell, me choc¨®, solo me acordaba de Billy Elliot". Hasta que se conocieron y descubrieron muchas cosas en com¨²n. "Estoy feliz con la pel¨ªcula, no se ha eliminado ning¨²n buen o mal momento, obviamente resume mucho el libro, pero no cae ni en el ternurismo ni en la mentira". ?Se arrepiente de algo de aquella relaci¨®n? "No haber viajado con ella en aquel avi¨®n. No esper¨¢bamos que muriera tan r¨¢pido. El resto lo recuerdo como un privilegio que me dio la vida".
Documentando el viejo Hollywood
En el a?o 2000, producido por Barbara Brocoli, Peter Turner entrevist¨® a una treintena de actores y actrices de la ¨¦poca del cine mudo, I Used to Be in Pictures. "Fue un encargo entre amigos, nada que ver con mi anterior relaci¨®n con Gloria Grahame". Turner recuerda con cari?o lo que aquellos int¨¦rpretes -"que viv¨ªan casi todos en un asilo de la Academia de Hollywood"- le contaron. Pero guarda un lugar especial para Anita Page. "Casi todos superaban los 90 a?os y hab¨ªan sido estrellas del cine mudo. Sin embargo, Page las superaba. Fue m¨¢s que una estrella en su momento, y a su lado me sent¨ª como si charlara con el personaje de El crep¨²sculo de los dioses. Apareci¨® en una limusina blanca y hablaba con los aspavientos que te puedes imaginar. Me lo pas¨¦ muy bien dirigiendo aquellas entrevistas".
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