En la irrealidad de la muerte

A Jean-Pierre L¨¦aud no le apetece morir. En pantalla, se sobreentiende. En un rodaje no lo tiene claro. ?C¨®mo se muere uno? As¨ª arranca El le¨®n duerme esta noche, que se proyect¨® dentro de la secci¨®n Oficial del pasado festival de San Sebasti¨¢n antes de su estreno en Espa?a el pasado viernes. El d¨ªa anterior, el jueves, su director, el japon¨¦s Nobuhiro Suwa (Hiroshima, 1960), explicaba en Madrid su trabajo con L¨¦aud, actor fetiche de Truffaut, rostro de la Nouvelle Vague, y algunas claves de una pel¨ªcula centrada en la muerte: cuando el actor descansa del rodaje, viaja hasta una casa en la que vivi¨® su gran amor de juventud, que se le aparece como un fantasma, y ayuda a unos ni?os a filmar una pel¨ªcula de espectros.

Acostumbrado a rodar en Francia, a Suwa le parece que la muerte se encara de manera casi opuesta seg¨²n la cultura. ¡°El mundo de la muerte es para un japon¨¦s tambi¨¦n el mundo de la vida. No hay diferencias. Por eso albergamos menos miedos ante ese acontecimiento. A m¨ª personalmente no me asusta mucho¡±. Y de ah¨ª El le¨®n duerme esta noche juega a mostrar esa muerte de la cultura oriental ¡°como mero paso de un estado a otro¡± en un entorno occidental ¡°donde la muerte se contempla como un corte¡±. Por eso se escucha en la pantalla: ¡°Hay que ir por la vida de la mano con la muerte¡±.

El le¨®n duerme esta noche. Tr¨¢iler

Por otro lado, insiste el cineasta, el cine actual ha olvidado ¡°¨²ltimamente hablar de la vida, se aleja cada vez m¨¢s de la realidad de los espectadores¡±. Y tras todo lo anterior, Suwa resume: ¡°Al final, he hecho una pel¨ªcula que supera ideas occidentales y orientales. No me importa que el espectador no tenga claro si los personajes son personas o fantasmas¡±.

En ese terreno al japon¨¦s, que ya hab¨ªa rodado en Francia en 2005 Un couple parfait y en 2009 Yuki & Nina, le gusta comparar su estilo con la ¡°escritura existencialista de Albert Camus¡±, en contraposici¨®n con ¡°la literatura realista de autores como Honor¨¦ de Balzac¡±. El director apuesta por un empe?o en lograr la libertad creativa ¡ª¡°que no haya una organizaci¨®n jer¨¢rquica en mis rodajes, sino algo m¨¢s parecido a un orden horizontal¡±¡ª, por los juegos de luces y los espejos, y en realidad, por todo lo que sume para que la pel¨ªcula sea ¡°fantas¨ªa dentro de la realidad¡±.

Y aqu¨ª entr¨® Jean-Pierre L¨¦aud, 73 a?os de real irrealidad, de leyenda del cine, de presencia imponente en la cultura occidental. ¡°Yo solo quer¨ªa rodarle. Su rostro, su presencia ya dice mucho por s¨ª solo. Desde el primer d¨ªa que nos conocimos supe que ten¨ªa que filmar algo con ¨¦l. Intent¨¦ no pensar en su pasado cinematogr¨¢fico, y ayudarle en su trabajo con los ni?os, que improvisaban mucho para desesperaci¨®n de Jean-Pierre. ?l es tan ni?o como ellos. F¨ªsicamente no es muy grande, pero llena la pantalla¡±. Y c¨®mo, el espectador solo le ve a ¨¦l. ¡°T¨² puedes contratar a un actor para que haga de panadero, y ser bueno y hacer cre¨ªble ese oficio. Sin embargo, solo hay un Jean-Pierre: ¨¦l mismo. Inimitable. Como todo lo que le rodea. Porque el espacio y el tiempo cambian a su alrededor y da igual que sea una conversaci¨®n banal que una charla escrita en el guion. Me fascina ese hecho, esa conversi¨®n de su medioambiente en un mundo po¨¦tico, y mi ¨²nico objetivo fue plasmar en pantalla esa alteraci¨®n¡±.