Macron, el presidente como personaje de novela
"No soy m¨¢s que la emanaci¨®n del gusto del pueblo franc¨¦s por lo novelesco¡±, dice el presidente franc¨¦s en una entrevista con la hist¨®rica revista literaria ¡®Nouvelle Revue fran?aise¡¯
Es uno de los templos de la alta cultura francesa. La Nouvelle Revue fran?aise, conocida por las siglas NRF y fundada en 1909 por Andr¨¦ Gide y otros escritores, ha publicado a lo largo de m¨¢s de un siglo a los nombres m¨¢s ilustres de las letras modernas. Proust, Sartre y Faulkner, entre otros, firmaron en sus p¨¢ginas.
Ahora es el turno del m¨¢s letraherido de los presidentes franceses recientes, el hombre que guarda en el caj¨®n una novela y que siempre quiso ser un escritor. No firma ning¨²n art¨ªculo, sino que le entrevistan. El director de la NRF, Michel Cr¨¦pu, y el abogado y escritor Alexandre Duval-Stalla conversan en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista a Emmanuel Macron. El presidente despliega su sensibilidad literaria y su talento ret¨®rico, sin eludir el riesgo de la grandilocuencia y la afectaci¨®n.
¡°La pregunta, para m¨ª, es: ?hay todav¨ªa en la pol¨ªtica algo novelesco?¡±, dice Macron. Para ¨¦l el interrogante no es f¨²til: va al coraz¨®n de lo que, en su opini¨®n, constituye lo que ¨¦l define como su doble trabajo, que consiste en ¡°representar a la vez el poder y la naci¨®n¡±. No hay pol¨ªtica verdadera, pol¨ªtica que sea algo m¨¢s que un ejercicio tecnocr¨¢tico y superficial, sin literatura, sin novela, sin ¨¦pica y l¨ªrica, viene a decir el presidente.
¡°Los franceses¡±, argumenta, ¡°son infelices cuando la pol¨ªtica se reduce a una t¨¦cnica, cuando se convierte en politiquer¨ªa. Les gusta que haya una historia. ?Yo soy la prueba viviente!¡± Y es verdad que, cuando Macron lanz¨® la campa?a que le llevar¨ªa la victoria en las elecciones presidenciales de 2017, su historia personal formaba parte del atractivo del candidato. ?l mismo era el mensaje. Un hombre que a los 16 a?os se enamor¨® de su profesora de teatro y contra las convenciones sociales acab¨® cas¨¢ndose con ella; un joven de provincias que, como en las novelas del XIX, conquist¨® Par¨ªs gracias a su inteligencia y encanto; un hombre que sin partido ni experiencia electoral desafi¨® tambi¨¦n las convenciones pol¨ªticas y a los 39 a?os se convirti¨® en presidente.
¡°En realidad, yo no soy m¨¢s que la emanaci¨®n del gusto del pueblo franc¨¦s por lo novelesco¡±, resume en la NRF. Y se lanza en una defensa del lugar central de la literatura en la pol¨ªtica, y en la vida. ¡°Aquellos para quienes la literatura no cuenta no toman la medida de la espesura de lo cotidiano. La literatura lo permite¡±, explica. ¡°No sentir esto significa caer en una relaci¨®n instrumental con la pol¨ªtica. La frecuentaci¨®n ¨ªntima de la literatura permite sentir las cosas en su profundidad¡±. El presidente a?ade que es consciente del espacio que hoy, en tiempos de pol¨ªtica del big data, ocupa la sociolog¨ªa, punto de encuentro, dice, de la filosof¨ªa y la ciencia pol¨ªtica. Pero a?ade: ¡°Considero que el gran escritor sigue y seguir¨¢ siendo un soci¨®logo fuera de serie¡±.
El presidente franc¨¦s cita a autores clave en su formaci¨®n, escritores que le ¡°transmitieron algunas cosas antes de conocerlas¡±. ¡°Conoc¨ª el olor de las flores en Colette y Giono antes de respirarlas yo mismo¡¡± Preguntado por sus autores predilectos ahora, cita dos cl¨¢sicos, uno antiguo, otro contempor¨¢neo: Moli¨¨re y Garc¨ªa M¨¢rquez.
La literatura, seg¨²n Macron, permite salir de la insignificancia que es el signo de la ¡°posmodernidad mal digerida¡± en la que en su opini¨®n vivimos. ¡°Parad¨®jicamente lo que me hace ser optimista es que la historia que vivimos en Europa vuelve a ser tr¨¢gica. Europa no volver¨¢ a estar protegida como lo estuvo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Este viejo continente de peque?o-burgueses que se sienten protegidos en el confort material entra en una nueva aventura a la que se ha autoinvitado lo tr¨¢gico¡±, reflexiona. ¡°Y en esta aventura, podemos retomar un aliento m¨¢s profundo, en el que la literatura no puede estar ausente¡±.
Babelia
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