Una tabernera mod¨¦lica para un fin de ciclo

La serie de huelgas del Teatro de la Zarzuela est¨¢ dejando honda traza en un final de temporada que se presum¨ªa importante. El anterior espect¨¢culo, el estreno de la zarzuela Polic¨ªas y ladrones (de Marco y Del Amo), fue ¨ªntegramente suspendido. Ahora le llega el turno a un nuevo montaje de La tabernera del puerto, de Soroz¨¢bal, y al no haber arreglo ni di¨¢logo para ello, la huelga se lleva por delante 10 de las 12 funciones previstas. La que ha hecho de funci¨®n de estreno, la segunda del 6 de mayo, ha contado con el segundo reparto, quedando el primero para otra funci¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 10. Una amarga reposici¨®n para un montaje que se presum¨ªa interesante y que cubre con creces todas las expectativas.

La tabernera del puerto es un t¨ªtulo muy popular, uno de los m¨¢s queridos por el p¨²blico de su autor, y parece que sigue marcada por la historia, ya que se estren¨® tres meses antes del estallido de la Guerra Civil. Ahora la cosa no es para tanto, pero es una pena que el precioso montaje de Mario Gas quede malogrado.

Gas ha propuesto una puesta en escena sobria y de ¨¦poca, lo que ha proporcionado un montaje equilibrado, uno de los m¨¢s sensatos que ha visto este teatro en los ¨²ltimos a?os. El equipo formado por Mario Gas en la direcci¨®n esc¨¦nica, Ezio Frigerio en la escenograf¨ªa y Franca Squarciapino en el vestuario ha comprendido que La tabernera¡­ es una obra clave del realismo l¨ªrico espa?ol y as¨ª la han tratado: excelente reparto, teatralidad como protagonista y una visualidad acorde con el drama marinero que retrata.

Los protagonistas, a¨²n trat¨¢ndose del segundo reparto, creen en lo que hacen y lo transmiten. La Marola de Marina Monz¨® tiene cuerpo vocal y homogeneidad, y as¨ª lo comunic¨® en el aria punta ¡°En un pa¨ªs de f¨¢bula¡±. Naturalmente, se queda uno con ganas de ver a Sabina Pu¨¦rtolas, pero Monz¨® es una figura a seguir, tiene que progresar en teatralidad pero posee un bello y seguro instrumento vocal como soprano. El bar¨ªtono Javier Franco hace un Juan de Egu¨ªa solvente y cre¨ªble. El tenor Alejandro del Cerro defiende bien su Leandro, aunque tiene que lidiar con la memoria que todos tienen de grandes tenores que cantan habitualmente su aria principal, ¡°No puede ser, esa mujer es buena¡±, y su agudo queda algo delgado. El bajo Rub¨¦n Amoretti (Simpson) es el ¨²nico del primer reparto que ha cantado el d¨ªa 6 por indisposici¨®n de David S¨¢nchez; conoce los entresijos de un personaje l¨ªricamente entra?able y el p¨²blico lo agradeci¨®. No se puede dejar de lado el cuarteto de secundarios que hubieran cantado (o hablado) ???todas las funciones!!! ?ngel Ruiz (Due?o del caf¨¦), Pep Molina (Chinchorro) y la veterana y admirada Vicky Pe?a (Antigua) sacan adelante las partes teatrales con gracia y seguridad. ?Qu¨¦ buenos son nuestros secundarios! Y, por ¨²ltimo, menci¨®n especial para la soprano Ruth Gonz¨¢lez, que lidia con el siempre dif¨ªcil papel de muchacho enamorado (Abel) con excelentes registros de actriz a los que suma su segura vocalidad.

La orquesta de la Comunidad de Madrid, se muestra convincente de la mano de Josep Caball¨¦-Domenech, mientras que el Coro del Teatro de la Zarzuela se reivindica.