El tormento y el ¨¦xtasis

¡°No s¨¦ lo que me pasa en el escenario. Algo m¨¢s parece ocupar mi lugar¡±, afirm¨® Mar¨ªa Callas, sintetizando la naturaleza casi sobrenatural de la relaci¨®n entre todo artista aislado en la c¨²spide de la excelencia y un lenguaje art¨ªstico que se le manifiesta casi como arrebato o posesi¨®n, lejos de todo espejismo en torno al control de lo inexpresable por parte de la t¨¦cnica. Ana Mar¨ªa Cecilia Sof¨ªa Kaloyer¨®pulos fue una mujer, con sus vulnerabilidades y contradicciones, con la infancia arrebatada por un r¨¦gimen disciplinario materno que buscaba reconvertir al patito feo en gallina de los huevos de oro y con una agitada vida sentimental que alimentar¨ªa a la prensa rosa. Mar¨ªa Callas fue, por el contrario, un enigma, una cifra encerrada en la campana de vac¨ªo ¨Co en la c¨¢psula de tiempo- de las arias oper¨ªsticas que interpretaba: parece significativo que su pieza emblem¨¢tica fuera esa Casta Diva que, con su naturaleza de invocaci¨®n lunar, puede entenderse como asunci¨®n de lo irracional e incontrolable ¨Clo que se manifiesta en el reverso de la luz diurna- en tanto que condici¨®n esencial del genio art¨ªstico. Maria by Callas, documental de Tom Volf que concede a la artista la voz solista de su propio recorrido vital, tiene clara esa dualidad entre la persona y la diva desde su mismo t¨ªtulo: el objetivo de la pel¨ªcula es, pues, que la Callas (el mito) alumbre ¨Cy ayude a descifrar- a la mujer. Y viceversa.

En su planteamiento, el trabajo de Volf se acerca a las estrategias desarrolladas por Asif Kapadia en dos trabajos tan sobresalientes como Senna (2010) y Amy (2015): a excepci¨®n de las palabras de su profesora espa?ola Elvira de Hidalgo, la pel¨ªcula evita los bustos parlantes y esas molestos testimonios en clave de ext¨¢tica ex¨¦gesis que condicionaban la por lo dem¨¢s brillante Pina (2011) de Wim Wenders. La materia prima esencial es la abundante documentaci¨®n de archivo, as¨ª como las palabras de Maria Callas que la artista verti¨® en su correspondencia privada y que aqu¨ª, en afortunado gui?o cin¨¦filo, desgrana la voz de Fanny Ardant, que encarn¨® a la soprano en Callas Forever (2002) de Franco Zeffirelli. En el conjunto se desliza alguna peque?a trampa ¨Cunas im¨¢genes sugieren registrar el justo momento del flechazo entre Onassis y la Callas-, pero el documental logra articular un s¨®lido discurso sobre el tormento y el ¨¦xtasis de ser un monstruo, una identidad ¨²nica.