Didier Eribon: ¡°Milagros sociol¨®gicos como yo existen pocos¡±
En ¡®Regreso a Reims¡¯, el fil¨®sofo y soci¨®logo se toma a s¨ª mismo como objeto de estudio para entender por qu¨¦ reprimi¨® sus or¨ªgenes obreros para convertirse en un gran intelectual
Al fallecer su padre, Didier Eribon (Reims, 1953) sinti¨® un extra?o malestar. No por haber perdido a su progenitor, por el que este reputado fil¨®sofo y soci¨®logo jura que nunca sinti¨® ning¨²n aprecio. M¨¢s bien porque su muerte le record¨® de d¨®nde ven¨ªa: de una clase obrera y provinciana a la que dio la espalda cuando se march¨® a Par¨ªs para estudiar en la universidad. ¡°Era un espacio social del que me hab¨ªa distanciado, un espacio mental contra el cual me hab¨ªa construido¡±, escribe en Regreso a Reims (Libros del Zorzal). En este influyente ensayo, a medio camino entre la autobiograf¨ªa y el ensayo sociol¨®gico, Eribon se toma a s¨ª mismo como objeto de estudio para intentar comprender por qu¨¦ reprimi¨® esos or¨ªgenes humildes en el proceso que lo llev¨® a convertirse en uno de los grandes intelectuales franceses de la actualidad, te¨®rico de la cuesti¨®n gay, autor de una biograf¨ªa de referencia de Michel Foucault y tal vez el mejor disc¨ªpulo de Pierre Bourdieu.
Eribon tambi¨¦n es el mentor de ?douard Louis, ¨²ltimo prodigio de la literatura francesa, quien le dedic¨® su debut literario, Para acabar con Eddy Bellegueule (Salamandra). El ¨¦xito internacional de este joven escritor ha arrojado luz sobre la obra de Eribon, lo que explica que Regreso a Reims sea editado ahora en todo el mundo, nueve a?os despu¨¦s de su publicaci¨®n en Francia. ¡°En pa¨ªses como Reino Unido e Italia, ?douard me cit¨® en las entrevistas, lo que llam¨® la atenci¨®n respecto a mi obra¡±, relata Eribon en un caf¨¦ de la rive gauche parisiense. ¡°En Alemania, en cambio, dir¨ªa que prim¨® la lectura pol¨ªtica. Es un libro que ahonda en muchos de los problemas sociales que hoy nos ocupan: un sistema escolar convertido en m¨¢quina de reproducci¨®n de las desigualdades, el auge de la extrema derecha, el transfuguismo de clase, la homosexualidad o el destino de las mujeres de clase obrera, como lo fueron mi madre y mi abuela¡±.
¡°El exilio social es muy distinto del pol¨ªtico. Se vive con una relativa felicidad: te permite dejar atr¨¢s a una familia que no te entend¨ªa para poder reinventarte en otro lugar¡±
Regreso a Reims habla del precio que uno paga al someterse a un cambio de clase social. ¡°El exilio social es muy distinto del pol¨ªtico. No es como huir de la guerra, de la miseria o de un desastre medioambiental. Es un exilio deseado, que se vive con una relativa felicidad: te permite dejar atr¨¢s a una familia que no te entend¨ªa para poder reinventarte en otro lugar¡±, afirma Eribon. ¡°Sin embargo, tras la muerte de mi padre, entend¨ª que esa felicidad reprim¨ªa, en realidad, una profunda melancol¨ªa. La ruptura con mi entorno hab¨ªa dejado una huella, un malestar profundo¡±. Al autor le cost¨® entender los motivos de ese desarraigo. ¡°No comprend¨ªa c¨®mo era posible que yo, militante de izquierdas y soci¨®logo especialista en la desigualdad social y los mecanismos de dominaci¨®n, hubiera sido capaz de sentir verg¨¹enza por mi familia e incluso mentir sobre mis or¨ªgenes¡±, expone Eribon. ¡°Pero la violencia social es tan fuerte que siempre logra instaurar fronteras entre las distintas clases. Cuando cambias de clase, te resulta muy dif¨ªcil mantenerte comunicado con la anterior¡¡±.
Su libro persigue una reconciliaci¨®n con ese entorno y tambi¨¦n consigo mismo. ¡°Tras el entierro de mi padre, empec¨¦ a ver m¨¢s a mi madre. En ese sentido, s¨ª hubo un apaciguamiento. Aunque, por otra parte, se abrieron nuevos puntos de fractura... Mi madre me confes¨® haber votado por el Frente Nacional, cosa que ya sospechaba, pero que nunca me hab¨ªa dicho abiertamente. Y mis hermanos, tambi¨¦n. ?Qu¨¦ habr¨¢ sucedido en nuestra historia social y pol¨ªtica para que una familia de tradici¨®n comunista acabe votando por la ultraderecha?¡±, se pregunta Eribon. Esa es otra de las claves de su libro: reflexionar, a partir de su caso familiar, sobre la trashumancia ideol¨®gica de los votantes del comunismo franc¨¦s, que hoy apuestan por el partido encabezado por Marine Le Pen. ¡°De entrada, mencionar¨ªa la traici¨®n de los ideales de la izquierda por parte de la socialdemocracia. Pienso en Blair, en Schroeder y los l¨ªderes del socialismo franc¨¦s, c¨®mplices todos ellos de una revoluci¨®n conservadora. Hace 20 o 30 a?os que se nos dice que ya no existen las clases sociales, que todo depende de la responsabilidad individual. Un grupo social como la clase obrera, que tanto pes¨® en t¨¦rminos sociales y demogr¨¢ficos, ha dejado de tener sentido cuando se acepta que todo reposa sobre el individuo. Seguramente ya no se puede hablar de clases sociales como en los tiempos de Marx, pero est¨¢ claro que siguen existiendo¡±.
En sus escritos sobre la homosexualidad, como Reflexiones sobre la cuesti¨®n gay (Anagrama), Eribon explica que uno toma conciencia de su homosexualidad a trav¨¦s del insulto. En el caso del obrero, el proceso de subjetivaci¨®n es algo distinto. ¡°No es un insulto tan expl¨ªcito. Se trata, m¨¢s bien, de un desprecio social generalizado. En realidad, uno nunca se da cuenta espont¨¢neamente que est¨¢ siendo v¨ªctima de la dominaci¨®n. En realidad, las dominaciones m¨¢s violentas nunca son percibidas como tales¡±, opina el autor. Si no le cost¨® afirmar y escribir sobre su orientaci¨®n sexual, ?por qu¨¦ fue tan dif¨ªcil que lo hiciera respecto a sus or¨ªgenes sociales? ¡°La homosexualidad tambi¨¦n es motivo de verg¨¹enza y estigmatizaci¨®n, que algunos gais logran superar pese a tener conciencia de ser individuos abyectos respecto al orden social. Yo super¨¦ esa verg¨¹enza y, por eso, puede analizarla. En cambio, mi verg¨¹enza social no desapareci¨® hasta que volv¨ª a Reims y me di cuenta de que la segu¨ªa sintiendo. Qu¨¦ violencia tan grande, la del mundo social, para que alguien como yo no la supere hasta pasados los 50 a?os¡¡±, responde.
Su libro es un estudio sobre las f¨¦rreas estructuras de reproducci¨®n del determinismo social. Aunque su propia trayectoria vital demuestre que, a veces, es posible esquivarlo
Su libro es un estudio sobre las f¨¦rreas estructuras de reproducci¨®n del determinismo social. Aunque su propia trayectoria vital demuestre que, a veces, es posible esquivarlo. ¡°S¨ª, pero que exista una excepci¨®n no significa que la regla no exista. Yo creo que habr¨ªa que hacerse la pregunta al rev¨¦s: ?c¨®mo es posible que alguien como yo, viniendo de donde vengo, haya terminado teniendo la vida que he tenido? Milagros sociol¨®gicos como yo existen pocos¡±, opina Eribon. ¡°E, incluso en ese caso, nunca escapamos del todo al determinismo: yo fui a la universidad, pero no a un centro de ¨¦lite. No pude terminar mi tesis porque no ten¨ªa dinero y deb¨ªa trabajar. Cuando encontr¨¦ trabajo fue en la Universidad de Amiens, por la que tengo gran respeto, pero que no deja de ser un centro universitario perif¨¦rico. Se me describe como uno de los intelectuales m¨¢s importantes de mi pa¨ªs, pero ninguna instituci¨®n parisina ha querido contratarme por no tener el itinerario cl¨¢sico. Dentro del r¨ªgido sistema franc¨¦s, sigo siendo un hijo de obrero¡±.
Regreso a Reims. Didier Eribon. Traducci¨®n de Georgina Fraser. Libros del Zorzal. 256 p¨¢ginas. 16,50 euros
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