Los dos rostros de Gloria

Isaki Lacuesta abr¨ªa su documental La noche que no acaba (2010) buscando una rima entre dos rostros: el de la esplendorosa Ava Gardner de Pandora y el holand¨¦s errante (1951) y el de la misma estrella en Harem (1986), con la mirada crepuscular de quien acaba de ¡°beberse la vida¡±, como dir¨ªa Marcos Ord¨®?ez, autor del libro que inspiraba ese brillante trabajo. Las estrellas de cine no mueren en Liverpool es, tambi¨¦n, una pel¨ªcula que bascula entre los dos rostros de una misma mujer, aunque, en este caso, la distancia temporal que separa a la Gloria Grahame vital y veterana que seduce (o, m¨¢s bien, enamora) al joven actor brit¨¢nico Peter Turner y la actriz enferma que busca el calor del afecto familiar en un hogar de Liverpool es mucho m¨¢s corta: apenas dos a?os.

Partiendo del libro de memorias de Turner, Paul McGuigan ha firmado la pel¨ªcula m¨¢s emotiva, delicada y compleja de su carrera: un trabajo que se beneficia de la propia saturaci¨®n de significados que una figura como la Gloria Grahame cargaba ¨Csu temprana participaci¨®n en ?Qu¨¦ bello es vivir! (1946) parec¨ªa anticipar la inquietante cercan¨ªa entre la luz y la sombra- y que tiene en una soberbia Annette Bening a una lujosa m¨¦dium para canalizar tanto el fulgor como la fragilidad de la actriz.

Con sus arriesgados y elegantes saltos temporales resueltos en la propia continuidad de la escena, la pel¨ªcula de McGuigan no juega a la mitoman¨ªa necr¨®fila, ni se muestra interesada en hurgar en las heridas de la decadencia. Su inter¨¦s primordial es descifrar una historia de amor sin pasar por alto ninguno de sus matices: que la escena de la ruptura merezca dos puntos de vista supone, as¨ª, una transparente declaraci¨®n de principios en un trabajo donde el estilo sublima y no emborrona.