La conjura del mis¨®gino
Philip Roth mantuvo una relaci¨®n turbulenta con las mujeres
El titular gritaba: ?Por qu¨¦ odian estos hombres a las mujeres?¡±. En las p¨¢ginas del semanario The Village Voice en 1976, la afilada cr¨ªtica Vivian Gornick pon¨ªa el dedo en la llaga y denunciaba la misoginia latente en los libros de Saul Bellow, Norman Mailer, Henry Miller y Philip Roth. A las feroces cr¨ªticas que este ¨²ltimo hab¨ªa recibido por parte de la comunidad jud¨ªa tras la publicaci¨®n de El lamento de Portnoy, se sumaron entonces las furiosas voces de las feministas de la segunda ola. Este coro nunca se apag¨®, y a lo largo de los a?os demostr¨® la fuerza del pegamento que sostuvo la etiqueta de recalcitrante mis¨®gino que acompa?¨® a Philip Roth. En 2001 las cr¨ªticas a su novela El animal moribundo le acusaban de paternalista en su acercamiento al personaje femenino, e incluso hablaban del ¡°complejo de vagina dentata¡± que supuestamente recorr¨ªa toda la tem¨¢tica del sexo en sus obras. Roth no s¨®lo ocup¨® un lugar destacado en la categor¨ªa de jud¨ªo que se auto odia, sino que rein¨® durante d¨¦cadas como m¨¢ximo exponente del machismo literario. ?l siempre defendi¨® que sus personajes femeninos no eran planos, ni insustanciales (Drenka de El teatro de Sabath siempre mencionado como uno de sus favoritos), y que sus dardos iban contra ambos sexos, aunque los narradores y protagonistas siempre fueran indefectiblemente hombres.
Gornick se?ala en un ensayo de 2008 que durante 30 a?os las mujeres en los libros de Roth ¡°son monstruos porque para Philip Roth las mujeres son monstruosas¡±. Pero en aquel primer art¨ªculo de The Village Voice alababa las primeras obras de Roth, se?alando que los problemas de Portnoy eran aplicables a hombres y mujeres. La denigraci¨®n femenina arrancaba con Mi vida como hombre. Publicada un par de a?os antes de que apareciera la cr¨ªtica, esta novela cuenta el problema con una mujer en concreto y en ella Roth tir¨® de su propia biograf¨ªa. El escritor hab¨ªa conocido en Chicago a Maggie Martinson, madre de dos hijos, a mediados de los cincuenta, y con ella mantuvo una tormentosa relaci¨®n hasta que acept¨® casarse cuando ella le dijo que estaba embarazada, a cambio de que abortara. Tanto las pruebas de orina que confirmaban el embarazo como el aborto resultaron ser una farsa que acab¨® confesando a Roth a?os despu¨¦s, neg¨¢ndose a darle el divorcio. Martinson muri¨® en un accidente de coche en 1963 pero el amargo sabor que todo aquello dej¨® al joven Roth no se fue y en Mi vida como un hombre, escrita casi una d¨¦cada despu¨¦s, dio rienda suelta a su ira en una escena en la que el protagonista le propina una paliza sobrecogedora.
La biograf¨ªa de Roth y su historial de infatigable conquistador se entrelazan a menudo en sus libros y en el severo juicio que sobre ellos se emite. Con su segundo matrimonio con la actriz brit¨¢nica Claire Bloom el nivel de bronca fue in crescendo. El libro Enga?o plantea un juego de espejos --en el que el narrador Philip mantiene largas charlas con una amante-- que por poco lleva a pique su relaci¨®n en 1990 incluso antes de estar casados. La buena amiga de Roth, la periodista Judith Thurman, le ayuda a salir del paso llev¨¢ndole a comprar un anillo para calmar a Bloom. La actriz se despach¨® unos a?os despu¨¦s tras el divorcio en Adi¨®s una casa de mu?ecas y Roth le dio la r¨¦plica desde la ficci¨®n con Me cas¨¦ con un comunista. Lo cierto es que a Roth no le han faltado defensoras ni amigas. Desde Edna O¡¯Brian hasta Claudia Pierpoint Roth, que en su libro Roth desencadenado aborda la cuesti¨®n feminista de frente y saca una cita del protagonista de Mi vida como un hombre que bien podr¨ªa haber pronunciado el escritor: ¡°?No ve que el problema no es que las mujeres signifiquen poco para m¨ª, sino que significan demasiado? ?Son el campo de pruebas no de mi potencia, sino de mi virtud! ?Cr¨¦ame, si hubiese escuchado a mi polla en lugar de a mis ¨®rganos superiores, no me habr¨ªa complicado tanto la vida!¡±
Complicada o simple lo cierto es que en el ¨²ltimo cap¨ªtulo en la larga historia de Roth con las mujeres, el autor aparece convertido en un personaje de ficci¨®n. Ezra Blazer es el alter ego de Roth en la primera novela de Lisa Halliday (que sacar¨¢ Alfaguara este oto?o en Espa?a) en la que convierte en ficci¨®n el affaire que el afamado escritor con casi 70 a?os mantiene con una joven veintea?era. Otro juego de espejos del gran Roth.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.