Putin, la precuela
Martin ?sterdahl firma un thriller que enlaza la nostalgia estalinista con la nueva agresividad de Rusia
El nazismo dej¨® y sigue dejando un reguero de libros y pel¨ªculas fascinantes para continuar ahondando en una historia que a¨²n no podemos comprender. El estalinismo, sin embargo, que tambi¨¦n sum¨® millones de muertos, desplazados y una devastaci¨®n humana que no se ha superado, qued¨® envuelto en una distancia y un silencio aplastantes, el silencio de los ganadores, que pocas obras se animan a romper. No pidas clemencia, un thriller de Martin ?sterdahl que publica Plaza y Jan¨¦s, es una especie de nave perfecta para sobrevolar el pasado imperial y comunista, la ca¨ªda de la URSS y, en el aterrizaje final, quedar depositado en la pista en la que arranca la era de Putin, la era de la aparente democracia que esconde modos mafiosos y el salto a la guerra tecnol¨®gica que ha dado Mosc¨². Es la precuela perfecta de esta etapa en la que Rusia ha vuelto a tomar protagonismo por sus cr¨ªmenes fuera de sus fronteras y por la apuesta por influir pol¨ªticamente en el adversario a trav¨¦s del control de la informaci¨®n en Internet.
¡°Mientras Alemania trabaja con su conciencia d¨ªa a d¨ªa, dentro del pa¨ªs y en sus relaciones internacionales, Rusia nunca ha renegado de la era de Stalin, del terror. Stalin a¨²n logra una valoraci¨®n del 15 o 20% en las encuestas sobre los mejores l¨ªderes hist¨®ricos. Para m¨ª es incre¨ªble¡±, cuenta ?sterdahl. ¡°Sent¨ª que es una situaci¨®n con la que yo puedo hacer algo. Es una historia que debe ser contada. Por eso cre¨¦ esta red de viejos estalinistas, halcones de incre¨ªble brutalidad y l¨ªnea dura sovi¨¦tica que protagoniza mi libro. A¨²n existen¡±.
Martin ?sterdahl habla en un moderno hotel de Estocolmo, su tierra, a donde regres¨® despu¨¦s de largas etapas en Rusia, Londres y Nueva York. El autor sueco beb¨¦ caf¨¦ en una blanqu¨ªsima zona chill out. Tiene 44 a?os, corte de pelo actual y el aspecto de reci¨¦n salido de una de sus reuniones de ejecutivos de televisi¨®n. Ha sido director de la televisi¨®n sueca, de Eurovisi¨®n, directivo de telecomunicaciones y empresario de estudios musicales, pero abandon¨® todo para escribir una historia que le obsesionaba desde que tom¨® contacto con Rusia.
¡°Rusia hoy me da miedo¡±
Era muy ni?o cuando, como estudiante de una escuela musical y cantante de ¨®pera, empez¨® a viajar al otro lado del tel¨®n. ¡°Yo crec¨ª temiendo la tercera guerra mundial, la guerra nuclear, Rusia ha sido siempre el archienemigo de Suecia, mucho antes del comunismo, pero cuando empec¨¦ a viajar por ah¨ª descubr¨ª que hab¨ªa gente estupenda, interesante, generosa, hospitalaria, cari?osa¡ tuve experiencias fant¨¢sticas al otro lado del muro¡±, cuenta despacio, disfrutando por un momento del par¨¦ntesis en su vida de aislamiento actual. ¡°Quer¨ªa entender c¨®mo pod¨ªamos tener dos mundos diferentes en un solo continente y a la vez personas tan parecidas, como t¨² y como yo: les gustaba su vida, quer¨ªan a sus hijos, ten¨ªan sue?os y esperanzas como nosotros y eso me impresion¨®¡±.
Por eso decidi¨® estudiar la historia y el idioma ruso, y lo hizo en la universidad de Uppsala, donde se apunt¨® a todos los cursos extra sobre Europa del Este. ¡°Eso se convirti¨® en mi v¨ªa de escape¡±. As¨ª pudo aprender, por ejemplo, c¨®mo la divisi¨®n de la cristiandad entre ortodoxos por un lado y cat¨®licos y luteranos por otro marc¨® la evoluci¨®n hist¨®rica en todas partes. ¡°El comunismo nunca habr¨ªa prendido en el Este de Europa como lo hizo si no hubiera sido por la fe ortodoxa. ?sta sit¨²a el foco en lo m¨ªstico, lo colectivo, lo misterioso, lo ic¨®nico, mientras el luteranismo es mucho m¨¢s individualista¡±. Por eso ¨Crazona¨C la percepci¨®n de los derechos humanos es tan diferente en Occidente, donde adquiere una dimensi¨®n prioritariamente individual, del Este, donde prima desde hace siglos lo que creen mejor para la colectividad.
?sterdahl trae realmente ganas de hablar y se ve que puede hacerlo largo rato sobre Rusia. Disfruta del inter¨¦s que ha vuelto a despertar tras veinte a?os de olvido. ¡°Despu¨¦s de tantos a?os con todo el mundo centrado en el 11-S, en Bin Laden, en novelas sobre islamistas o asesinatos de mujeres, he tenido mucha suerte¡±, sonr¨ªe. ¡°Rusia vuelve a estar en las portadas a diario. Ha vuelto a interesar¡±.
¡°El comunismo nunca habr¨ªa prendido en el Este de Europa si no hubiera sido por la fe ortodoxa¡±
Pero hablemos de la novela. No pidas clemencia es la historia de un experto en Rusia que trabaja para un think tank sueco cuya novia y compa?era desaparece en San Petersburgo. Hay secuestro, hay crueldad, hay esp¨ªas, hay mafiosos y hay unos tarados spetsnaz (ex miembros de las fuerzas especiales) al servicio de un grupo de estalinistas que quieren recuperar el poder. Con hilos que viajan al pasado de la hambruna y canibalismo en la Ucrania de los a?os veinte, de la guerra mundial y al futuro de guerra tecnol¨®gica que ya es presente.
Su novela, como su obsesi¨®n, naci¨® en los noventa cuando, tras terminar los estudios, ?sterdahl tuvo sus primeros trabajos en Mosc¨² y San Petersburgo: ten¨ªa 22 a?os cuando lidi¨® con personajes como los de su novela para intentar abrir negocios televisivos suecos en la supuesta nueva econom¨ªa de mercado que se abr¨ªa en Rusia. ¡°Recuerdo que me llevaba un exsoldado spetsnaz armenio, empleado por mi compa?¨ªa y que se mov¨ªa con una pistola enorme pagando sobornos decenas de veces en los viajes entre Mosc¨² San Petersburgo. Lo lograba, s¨ª, pero era una locura. Daba mucho miedo pero tambi¨¦n era interesante¡±, r¨ªe ahora al recordar.
Occidente quiso entonces imponer a Rusia una ¡°terapia de choque para forzar una democracia desde arriba¡±, cuenta, sin comprender que lo que era obvio para nosotros no lo era para ellos, que vieron c¨®mo la frontera se mov¨ªa en el mapa en su contra. ¡°Putin capt¨® ese sentimiento de amenaza y cuando Ucrania empez¨® a sugerir su entrada en la OTAN o la UE, dijo basta¡±.
En su libro, el peque?o grupo de estalinistas brutales apuesta ahora por tomar el control inform¨¢tico de Suecia, en una premonici¨®n del Russiagate que se investiga en Estados Unidos. ¡°Rusia no necesita m¨¢s tierra, m¨¢s puertos. No planea invadir con tanques pero s¨ª infiltrase en los sistemas inform¨¢ticos para extraer riqueza de ello. Es un nuevo tipo de guerra¡±. Lo basa en los noventa, precuela de hoy. ¡°Putin ha activado su ej¨¦rcito, hace muchas maniobras en nuestra regi¨®n, pero lo que vimos ya en 1996 fue la emergencia de Internet y que la guerra tradicional iba a cambiar. Pero nunca pude imaginar lo que est¨¢ ocurriendo hoy. Me da miedo¡±.
No pidas clemencia ha llegado a Espa?a dos a?os despu¨¦s, pero sus protagonistas ya han conocido dos entregas m¨¢s en Suecia y otros pa¨ªses. Ser¨¢n seis o siete en total. Un repaso a la historia que le ha aislado de un mundo que, sin embargo, echa de menos. ¡°Para qu¨¦ te voy a enga?ar. Antes pod¨ªa ver a gente divertida todos los d¨ªas en la oficina. Eso ya no ocurre. Escribir es solitario. Ahora son mis personajes los que, cuando hacen algo, me dan una satisfacci¨®n. Pero tambi¨¦n una gran frustraci¨®n¡±. Algo muy diferente, sin duda, a dirigir Eurovisi¨®n.
No pidas clemencia, Martin ?sterdahl, Plaza y Jan¨¦s.
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