¡°Una fotograf¨ªa nunca cambiar¨¢ el mundo¡±
La mirada antropol¨®gica de la gran autora mexicana Graciela Iturbide, reconocida con una exposici¨®n en Alcobendas
Graciela Iturbide (Ciudad de M¨¦xico, 1942) lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas dedicada a la fotograf¨ªa. Reconocida dentro y fuera de su pa¨ªs por su extraordinaria obra en blanco y negro, su trayectoria se define, sobre todo, por haber retratado a comunidades ind¨ªgenas mexicanas y a dos de sus obsesiones, p¨¢jaros y plantas. El pasado 23 de mayo, en Alcobendas (Madrid), recogi¨® el V Premio Internacional de Fotograf¨ªa que otorga esta localidad y llen¨® un auditorio de m¨¢s de 300 personas, que escucharon sus explicaciones. Fue tambi¨¦n agasajada en la multitudinaria inauguraci¨®n de su exposici¨®n, Graciela Iturbide. Fotograf¨ªas, con unas 70 im¨¢genes, en el Centro de Arte Alcobendas hasta el 25 de agosto. A partir del 24 de octubre, la Fundaci¨®n Barri¨¦ (A Coru?a) acoger¨¢ otra muestra con 186 de sus fotograf¨ªas, en colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Mapfre.
Pregunta. ?Estamos ante una retrospectiva?
Respuesta. Se resume mi obra, sobre todo la de M¨¦xico... aunque cuando uno expone, ve las im¨¢genes y se dice 'por qu¨¦ har¨ªa yo esto¡¯. Tambi¨¦n sirve para darte cuenta de tus errores.
P. Su obra ha sido definida como documental, antropol¨®gica¡
R. Tiene algo de todo eso, pero yo solo fotograf¨ªo cuando me sorprendo. En lo que retratas te sale lo que eres, lo que has le¨ªdo, la m¨²sica que has escuchado¡
P. Se ha centrado en las tradiciones de su pa¨ªs, ?quiz¨¢s porque se van perdiendo?
R. Mira, soy ego¨ªsta, lo he hecho porque la c¨¢mara es un pretexto para conocer el mundo, la vida... Y una foto nunca va a cambiar el mundo, he trabajado con emigrantes, con las maras¡ y porque yo tome im¨¢genes de eso no van a cambiar las cosas. En M¨¦xico hay todos los d¨ªas noticias horribles y los periodistas se juegan la vida por dar la noticia. Somos la sociedad, nosotros, los que tenemos que cambiar al mundo, no las fotos.
-Preguntada despu¨¦s por el triunfo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en las presidenciales mexicanas, asegura que le parece "fant¨¢stico". "Por primera vez se respet¨® el voto y empieza, vamos a ver, una democracia".
P. En sus retratos de ind¨ªgenas, sobre todo de mujeres, los muestra con dignidad, no como algo ex¨®tico.
R. Es que quiero tomar a la gente con el respeto que merecen, no fotografiar la pobreza porque s¨ª. Eso nunca me ha interesado, lo odio. Me gusta tener complicidad con ellos y trato de que tengan dignidad. De ellos tenemos mucho que aprender, pertenecen a nuestra cultura. Sin embargo, la fotograf¨ªa es subjetiva, las im¨¢genes de las mujeres que tom¨¦ de Juchit¨¢n es m¨ª Juchit¨¢n [uno de sus trabajos m¨¢s famosos]. No es como cuando vienen de fuera a ver ¡®lo ex¨®tico¡¯.
P. ?Por qu¨¦ ese inter¨¦s por aves y ¨¢rboles, mostrados siempre en una atm¨®sfera enigm¨¢tica?
R. Los p¨¢jaros representan la libertad, la maravilla de volar¡ Con las plantas empec¨¦ en el Jard¨ªn Etnobot¨¢nico de Oaxaca, donde hab¨ªa ¨¢rboles en terapia, porque eran especies end¨¦micas tra¨ªdas de la sierra y hab¨ªa que cuidarlas. Ten¨ªan cuerdas, bolsas, velos¡ Desde entonces, en mis viajes siempre me fijo en los ¨¢rboles.
P. Entre sus trabajos m¨¢s conocidos est¨¢ el del ba?o del Museo Frida Kahlo.
R. Admir¨¦ a Frida pero no a santa Frida, como muchos en m¨ª pa¨ªs. Fui al museo [que estaba cerrado] porque su directora quer¨ªa que fotografiara los huipiles [blusa amplia con bordados t¨ªpicos] de Frida. Pero vi el ba?o y ped¨ª fotografiar sus objetos de dolor, como las pr¨®tesis, y los cors¨¦s, las fotos de Stalin¡
P. Le iba a preguntar si su fotograf¨ªa es surrealista.
R. Pues qu¨¦ bueno que no me lo preguntaste [r¨ªe]. Es un movimiento que respeto, existi¨® pero ya no. Ni tampoco hago realismo m¨¢gico. Todo eso lo dicen otros para ganar dinero. Lo que no respeto es cuando vienen de otros pa¨ªses y te dicen ¡®t¨² eres surrealista¡¯. Ah, porque lo dices t¨², pues a lo mejor no.
P. En la exposici¨®n hay varios autorretratos. Siempre con animales.
R. No s¨¦ qu¨¦ dir¨ªa Freud... [r¨ªe]. Es algo que he hecho de forma instintiva. Cuando estaba en crisis por mi separaci¨®n, ten¨ªa un pajarito muerto en casa y me dije: tengo que ir al mercado a comprar uno que vuele, e hice mi primer autorretrato, con los p¨¢jaros como saliendo de mis ojos. Luego hice otros, con un pescadito tap¨¢ndome la boca, con serpientes de pl¨¢stico¡
P. Quiso ser escritora, pudo ser cineasta pero acab¨® como fot¨®grafa.
R. Mi familia era muy conservadora, mi padre me dijo: ¡®Jam¨¢s vas a ir a la universidad¡¯. As¨ª que me cas¨¦ muy joven con el pretendiente m¨¢s liberal que ten¨ªa y tuve tres hijos, pero luego me separ¨¦. Hasta que me inscrib¨ª en la Escuela de cine [en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico] y all¨ª conoc¨ª a [Manuel] ?lvarez Bravo. Nadie iba a las clases de este gran fot¨®grafo. Un d¨ªa me dijo: '?Usted no querr¨ªa ser mi achichincle?' [ayudante], y le dije, c¨®mo no. Me ense?¨® m¨¢s de la vida que del oficio. ?l me dec¨ªa sobre la fotograf¨ªa: 'No se adelante, siempre hay tiempo'.
P. Qu¨¦ m¨¢s aprendi¨® de ¨¦l.
R. Un d¨ªa le coment¨¦: yo revelo, maestro, pero c¨®mo se revela bien, bien un rollo. Pens¨¦ que me iba a contar algo... no s¨¦, y me dice: 'Graciela, vaya a una tienda de Kodak, compre un rollito y haga exactamente lo que pone en la receta y le quedar¨¢ perfecto' [r¨ªe].
P. Usted ha podido vivir de la fotograf¨ªa.
R. S¨ª, pero he sido pobr¨ªsima. Cuando me divorci¨¦, en mi refrigerador solo hab¨ªa papas con jam¨®n y rollos de fotograf¨ªa, pero tuve becas, premios, te empiezan a hacer encargos y vendes fotos. No soy rica, pero ya no hay solo papas en mi refrigerador, tambi¨¦n alg¨²n vinito o un corderito para mis hijos.
P. Lo que no ha cambiado es que sigue en anal¨®gico y blanco y negro.
R. Es que es todo un ritual. Con lo anal¨®gico crees que has tomado una foto fant¨¢stica y es horrorosa, o al rev¨¦s. Yo sigo con mis c¨¢maras, la Leica y la Mamiya. Us¨¦ Hasselblad, pero me la robaron dos veces, as¨ª que estaba claro que no quer¨ªa venirse conmigo. Cuando he hecho cosas en color, me parece Disneylandia, todo mentira.
Babelia
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