La editorial como patria del escritor
Cuatro escritores latinoamericanos afincados en Espa?a analizan las dificultades para crear un espacio literario com¨²n. El feminismo, los sellos independientes e Internet tienden nuevos puentes
La charla en la cafeter¨ªa de la Casa de Am¨¦rica de Madrid empieza por la literatura y termina por los problemas para lidiar con la Seguridad Social espa?ola. Cuatro autores latinoamericanos residentes en Espa?a con novedad en la Feria del Libro intercambian sus experiencias y sus n¨²meros de tel¨¦fono. Cada uno lleg¨® en un momento distinto y por razones diversas. Clara Obligado (Buenos Aires, 1950), que publica Salsa (Entre Ambos), lleg¨® exiliada tras el golpe militar de 1976. Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, 1964), reciente premio Unicaja por El asesinato de Laura Olivo (Alianza), recal¨® en Tenerife en 1991 huyendo de "la terrible situaci¨®n que se viv¨ªa en Per¨² con el Gobierno de Alan Garc¨ªa" y con el deseo de dedicarse a escribir. En 2002 se instal¨® en Madrid. Por su parte, la ecuatoriana M¨®nica Ojeda (Guayaquil, 1988) curs¨® un m¨¢ster en Barcelona en 2011, regres¨® a su pa¨ªs y ha vuelto para redactar su tesis doctoral en Madrid. Acaba de publicar Mand¨ªbula (Candaya). Pablo Simonetti (Santiago de Chile, 1961), autor de Madre que est¨¢s en los cielos (Alfaguara), ha sido el ¨²ltimo en llegar. Lleva cuatro meses en la capital de Espa?a y su idea es dividir su tiempo entre Europa y Am¨¦rica. Ninguno vive de sus derechos de autor sino de los alrededores de la literatura: clases de escritura, jurados, charlas y art¨ªculos.
Pregunta. ?Qu¨¦ le aporta a un autor latinoamericano vivir en Espa?a?
Pablo Simonetti. Distanciarte te libera de prejuicios, de expectativas, de presiones. Es importante irse, aunque sea al campo. Pero hay otra cosa. Adem¨¢s de la lengua, de que nuestros editores est¨¢n ac¨¢ y de que eres m¨¢s visible para otros pa¨ªses europeos, hay una gran efervescencia literaria.
Clara Obligado. Depende de los pa¨ªses. En Buenos Aires y M¨¦xico la efervescencia es brutal. No me parece que Madrid sea La Meca. Ya no vivimos de los libros, no hay una Carmen Balcells que nos lance al estrellato...
P. S. Pero el mundo literario es cosmopolita. Nos reunimos los escritores de ac¨¢ y los de toda Latinoam¨¦rica. No s¨¦ si eso se da en Argentina o en M¨¦xico.
M¨®nica Ojeda. Los medios m¨¢s importantes dan todav¨ªa mucha importancia a lo que pasa en Espa?a. El foco est¨¢ ac¨¢, pero hay un movimiento important¨ªsimo de editoriales independientes tratando de cambiar esa mirada. En enero sali¨® la lista de Bogot¨¢ 39 y los libros de la mayor¨ªa de los seleccionados no se pod¨ªan encontrar en Espa?a. Poner el foco en un lugar ciega la mirada global.
P. S. Esa atenci¨®n tampoco existe entre nuestros pa¨ªses.
Pregunta. ?Internet es una soluci¨®n?
C. O. Yo acabo de leer en Madrid a una boliviana (Liliana Colanzi) publicada por una editorial argentina (Eterna Cadencia). Le escrib¨ª y la invit¨¦ a Espa?a. Estamos m¨¢s comunicados. Nada que ver con los sesenta.
Jorge Eduardo Benavides. Donoso dec¨ªa en su Historia personal del boom que ellos se conoc¨ªan porque alguien llevaba los libros de un lugar a otro.
C. O. Era otro mundo. Y absolutamente masculino, muy sesgado.
M. O. Ahora hay una comunicaci¨®n muy potente entre escritoras latinoamericanas.
P. S. En los ¨²ltimos a?os la literatura se ha volcado a la diversidad. Mi generaci¨®n en Chile est¨¢ formada por muchos hombres heterosexuales, pero tambi¨¦n por muchas mujeres y personas de la diversidad sexual. Pedro Lemebel podr¨ªa ser el padre para esa generaci¨®n. Esa diversidad ha generado otras redes de conversaci¨®n y de circulaci¨®n. Yo, que soy gay, tengo una relaci¨®n con el mundo de la diversidad sexual en Espa?a anterior a cualquier esfuerzo editorial. Lo mismo pasa con las mujeres. Estos temas han contribuido a que se produzcan relaciones ¡ªtambi¨¦n intergeneracionales¡ª que antes no exist¨ªan.
M. O. Y no es que antes no hubiera escritoras grandes; las hab¨ªa, pero las han borrado. Ahora hay visibilidad.
Pregunta. ?Pero circulan los libros?
M. O. En Espa?a tambi¨¦n proliferan las editoriales independientes, pero no llegan all¨¢.
C. O. Empiezan a llegar. El ¨²ltimo premio de la FIL al mejor editor fue a P¨¢ginas de espuma, ?un editor espa?ol de cuento!
P. S. Ya no dependemos de la estructura tradicional multinacional.
C. O. B¨¢sicamente, porque no nos da de comer.
Pregunta. ?A los lectores espa?oles les interesa la literatura latinoamericana?
C. O. Los 3.000 famosos lectores "literarios" que hay en Espa?a son abiertos. Los dem¨¢s ni se enteran o ven la literatura latinoamericana si es t¨®pica. Antes quer¨ªan palmeras y ahora quieren violencia. Apertura no creo que haya ni en Espa?a ni en Am¨¦rica Latina.
Pregunta. Era peor cuando usted lleg¨®, en 1976.
C. O. Yo vi c¨®mo una editorial que no voy a nombrar correg¨ªa el castellano de Pedro P¨¢ramo.
J. E. B. Cuando yo llegu¨¦, en los 90, se dio otro punto de inflexi¨®n. Espa?a entr¨® en la UE y empez¨® a mirar a Europa. Pero tambi¨¦n se miraba a Latinoam¨¦rica con otro inter¨¦s. Lengua de trapo public¨® la antolog¨ªa L¨ªneas a¨¦reas, hecha sin prejuicios respecto a lo real maravilloso y a la literatura de compromiso.
P. S. Lo mismo pas¨® con Bola?o. El inter¨¦s por ¨¦l despert¨® inter¨¦s por una escritura que no es la del realismo m¨¢gico. Se orient¨® m¨¢s hacia temas urbanos.
C. O. Bola?o representa esa generaci¨®n que fue expulsada de su pa¨ªs, que se busc¨® la vida...
J. E. B. M¨¢s que algo nuevo, yo creo que representa la clausura del ciclo del boom: el escritor latinoamericano que vive aqu¨ª y al que se va reconociendo.
C. O. Disiento. Representa al escritor que tuvo que vivir en Espa?a sin dinero.
J. E. B. Yo no noto diferencias con mis pares espa?oles.
C. O. ?Cu¨¢ntos escritores latinoamericanos han tenido el premio de la Cr¨ªtica? Para que ve¨¢is lo integrados que est¨¢is.
Preguntas. Vargas Llosa, Donoso, Onetti, Piglia...
C. O. Y Andr¨¦s Neuman... Ese premio es interesante porque muestra aquello que est¨¢n leyendo los cr¨ªticos: espa?oles de cierta generaci¨®n y latinoamericanos de moda. La cr¨ªtica tambi¨¦n genera t¨®picos.
Pregunta. ?Sigue siendo importante publicar en Espa?a para ser conocido en Am¨¦rica Latina?
C. O. Para m¨ª publicar en Espa?a es un problema para hacerlo en Argentina. A medida que el desarraigo va cuajando te vas convirtiendo en un h¨ªbrido, ni de aqu¨ª ni de all¨¢. Es una virtud para la escritura pero un defecto para la publicaci¨®n. La ¨²ltima vez que fui a Buenos Aires quien me invit¨® a la universidad fue la c¨¢tedra de literatura espa?ola.
J. E. B. Vivimos en un limbo. Aqu¨ª somos latinoamericanos y all¨¢, medio espa?oles.
M. O. Ecuador es distinto. Como el pa¨ªs ha estado invisibilizado desde siempre, hay hambre de que se lea fuera a sus autores. Mi primera novela gan¨® un premio muy bueno en Cuba y a nadie le import¨® en Ecuador. La segunda se public¨® aqu¨ª y me descubrieron all¨¢.
P. S. Yo publico con Alfaguara y detecto que te llevan all¨¢ donde haya inter¨¦s por tu obra. Todav¨ªa existe esta idea del escritor internacionalizable. Eso est¨¢ cambiando con las independientes.
C. O. La patria es la editorial en la que publicas. Alfaguara y Anagrama son como El Dorado para los autores latinoamericanos.
M. O. Hasta eso est¨¢ cambiando con las editoriales independientes, como dice Pablo. Apuestan por ti y siguen peleando por tu libro una vez publicado.
P. S. Las grandes tambi¨¦n se esfuerzan. Penguin Random House abri¨® el programa El Mapa de las lenguas para difundir en Espa?a autores de all¨¢ y Anagrama tiene una muy buena distribuci¨®n.
J. E. B. Y el Premio Alfaguara es m¨¢s latinoamericano que espa?ol. Yo acabo de estar en Per¨² para presentar mi novela y Alianza ha hecho un gran esfuerzo. Pero es raro que una editorial te pague un viaje transoce¨¢nico. Como mucho, te pagan un cursillo de nataci¨®n.
Bola?o, mito o modelo
El autor latinoamericano m¨¢s influyente de los ¨²ltimos tiempos, el chileno Roberto Bola?o (1953-2003), se instal¨® en Espa?a en 1977 y sobrevivi¨® en Blanes (Girona) probando suerte en decenas de concursos literarios hasta que le lleg¨® el reconocimiento transatl¨¢ntico. Para Clara Obligado, Bola?o es Dios y para Pablo Simonetti, el autor que sacudi¨® Latinoam¨¦rica de exotismos. Para M¨®nica Ojeda marc¨® un antes y un despu¨¦s al tiempo que revolucion¨® el tratamiento literario de la violencia. Solo Jorge Eduardo Benavides discrepa. Cuando la autora argentina propone ¡°recrear las fisuras¡± del canon literario para no volver a ¡°los mitos de siempre¡± ¡ªl¨¦ase, el boom¡ª, su colega peruano apostilla: ¡°Santiguarse ante Bola?o es no dejar atr¨¢s los mitos¡±. Y a?ade: ¡°Bola?o es interesante, pero Chile tiene mejores escritores. Carlos Franz, por ejemplo¡±.
Autores como H¨¦ctor Tiz¨®n, Daniel Moyano o Antonio Di Benedetto ¡ªtan celebrado ahora por J. M. Coetzee¡ª se exiliaron en Espa?a durante la dictadura argentina pero fueron ¡°borrados¡±. Obligado a?ade el caso de un autor vivo, Marcelo Cohen: ¡°Pas¨® 20 a?os en Espa?a, es el traductor de Quim Monz¨® y aqu¨ª est¨¢ olvidado¡±. Cuando se le pide que se?ale a un autor pasado o actual que merezca colarse por las fisuras de las que habla, la autora de La muerte juega a los dados propone a Silvina Ocampo, ¡°que fue injustamente borrada por quienes la rodeaban¡±. Entre los vivos, a Liliana Colanzi y Florencia del Campo. Benavides, por su parte, rescata al mexicano Jorge Ibarg¨¹engoitia y llama la atenci¨®n sobre los peruanos Ra¨²l Tola y Katya Adaui.
Simonetti, mientras, reivindica a Mauricio Wacquez, ¡°olvidado en Chile y en Espa?a¡±. Wacquez muri¨® en Alca?iz (Teruel) en 2000 despu¨¦s de 28 a?os en la pen¨ªnsula. ¡°Es exigente pero maravilloso¡±. De entre los autores en activo destaca a otro compatriota: ?scar Contardo, autor de obras de no ficci¨®n como Si¨²tico, sobre el problema del clasismo en su pa¨ªs, y Raro, ¡°una historia gay de Chile¡±. ¡°Hoy es el mejor escritor chileno, sin duda. Te vuela la cabeza con las cinco primeras frases de cualquier cosa que escriba¡±. M¨®nica Ojeda, finalmente, recomienda a Armon¨ªa Somers, uruguaya contempor¨¢nea del boom y autora de cuentos desasosegantes y de novelas inclasificables como Los elefantes comen mandr¨¢gora y La mujer desnuda. Entre los libros escritos por sus coet¨¢neas tiene un favorito indiscutible: La d¨¦bil mental, de Ariana Harwicz. Lo publica la editorial argentina Mardulce, que ¡ªa veces la justicia existe¡ª cuenta con distribuci¨®n en Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.