Santander expone ocho pinturas de maestros del siglo XX cedidas por Jaime Bot¨ªn
El banquero cede al Centro Bot¨ªn el n¨²cleo de su colecci¨®n: retratos de Bacon, Matisse, V¨¢zquez D¨ªaz, Gris¡
El centro Bot¨ªn de Santander ha presentado esta ma?ana ocho cuadros cedidos por Jaime Bot¨ªn, ocho joyas del siglo XX, retratos todos que el banquero ten¨ªa en su casa de Madrid, en su entorno m¨¢s cercano y que ahora celebran el primer aniversario de la enorme nave que sirve de centro de arte y que el arquitecto Renzo Piano asent¨® en la bah¨ªa de la capital c¨¢ntabra. Los ha cedido por cinco a?os con vocaci¨®n de quedarse para siempre y se acompa?an de un mill¨®n de euros anuales para su mantenimiento, que tambi¨¦n dona el banquero. Bacon, Matisse, Solana, V¨¢zquez D¨ªaz, Sorolla, Nonell, Gris y Coss¨ªo. Todos singulares.
Por el lado pict¨®rico faltaba Cabeza de mujer joven, un ¨®leo de Picasso, tambi¨¦n propiedad de Bot¨ªn, pero que permanece guardado en el Reina Sof¨ªa hasta que los juzgados sentencien. Fue requisado del barco privado del banquero porque no pod¨ªa sacarlo de Espa?a y el caso est¨¢ en los tribunales. Su ausencia hoy en la presentaci¨®n de la nueva sala con los retratos se ha hecho notar. ¡°?l siempre es un ausente, no le conocemos casi, es su personalidad¡±, ha disculpado la conservadora de Reina Sof¨ªa Mar¨ªa Jos¨¦ Salazar, encargada de estos cuadros desde el domicilio familiar donde estaban hasta colgarlos en el Centro Bot¨ªn. Salazar explic¨® que Bot¨ªn es un ¡°gran humanista que ha estado muy pendiente de cada detalle del proceso¡±. ¡°Me ha asombrado su sensibilidad por el arte, su gusto exquisito. Compr¨® estos cuadros porque todos ellos tienen expresi¨®n, cercan¨ªa con el espectador¡±, dice Salazar. Es en ese entorno en el que Jaime Bot¨ªn le¨ªa sus libros y admiraba la paleta de sus favoritos. Y lo que se podr¨¢ ver ahora, a partir de este s¨¢bado, con ventanas al mar.
Efectivamente, todos los lienzos tienen en com¨²n cierta melancol¨ªa en la expresi¨®n, intimismo en la mirada. Comparten tambi¨¦n los artistas su paso por Par¨ªs y varios experimentaron el rechazo de su obra, una caracter¨ªstica que tambi¨¦n es com¨²n al arte cuando es pionero. El m¨¢s antiguo es un Isidre Nonell de 1907, con brochazos vanguardistas, que presenta a una mujer de medio cuerpo y mirada ca¨ªda, que recuerda a sus maestros Degas y Toulouse Lautrec. Al pobre pintor ¡°le pusieron verde¡±, demasiado moderno para su tiempo.
El cuadro m¨¢s valioso de la peque?a sala de planta desigual es un bacon de 35,8 por 30,8 cent¨ªmetros y tiene una triste historia. Lo pint¨® el brit¨¢nico en 1972, unos meses despu¨¦s de exponer su obra en el Grand Palais de Par¨ªs. Aquel d¨ªa, el pintor tuvo ¨¦xito y se rode¨® de gente, pero cuando lleg¨® a su casa, su amante de entonces, George Dyer, se hab¨ªa suicidado. Se conocieron porque Dyer hab¨ªa entrado a robar en el domicilio del pintor tiempo atr¨¢s. El golpe fue terrible para Bacon. La peque?a pintura es un autorretrato con la cara deformada como si hubiera acabado un combate de boxeo: el ojo herido, la mand¨ªbula desplazada, la carne hinchada y rojiza. Bacon en todo su dolor.
Mar¨ªa Jos¨¦ Salazar no ahorra an¨¦cdotas. El matisse, Mujer espa?ola, es fruto de un viaje de dos meses por Andaluc¨ªa que devolvi¨® color y luz a la paleta del franc¨¦s y muestra una mujer con mantilla. Bot¨ªn no quiso prestarlo al MoMA para una exposici¨®n porque jam¨¢s se desprend¨ªa de sus cuadros. Por esa raz¨®n, la nieta de V¨¢zquez D¨ªaz se ha llevado una sorpresa may¨²scula al enterarse de que uno de los cuadros favoritos de su abuelo, Mujer de rojo, lo ten¨ªa el banquero en su colecci¨®n. El onubense V¨¢zquez D¨ªaz tambi¨¦n pensaba que se comer¨ªa el mundo cuando lleg¨® de Par¨ªs con un arte nuevo, pero m¨¢s bien fue el mundo el que se le comi¨® a ¨¦l, dice Salazar. Lo mismo le pas¨® a Juan Gris, ¡°que se muri¨® de hambre¡±. En esta exposici¨®n el pintor madrile?o figura con un arlequ¨ªn cubista, interesante porque es su ¨²ltimo cuadro de este estilo, por tanto revela ya la inflexi¨®n hacia otra modalidad. Tambi¨¦n el cuadro de Solana, El constructor de caretas, es una obra de madurez, con toda la riqueza de sus colores empastados. Y el sorolla, de gran formato, son tres figuras, quiz¨¢ sus hijos, caminando por la playa, todos con la mirada en la arena.
Merece, quiz¨¢, una dedicaci¨®n especial el retrato de la madre de Pancho Coss¨ªo, porque los coqueteos del pintor con la Falange, sugiere Salazar, apartaron al olvido a un hombre de gran talento. Este ¨®leo oscuro, de formas curvas y gran expresi¨®n signific¨® su vuelta a la pintura en 1942 despu¨¦s de una d¨¦cada dedicado a la pol¨ªtica. Fue fundador del Racing de Santander, porque aunque naci¨® en Cuba en 1894 siempre estuvo muy vinculado a esta ciudad.
Presentando estas joyas del sal¨®n de Jaime Bot¨ªn han estado tambi¨¦n Paloma Bot¨ªn, ??igo S¨¢enz de Miera (presidente de la Fundaci¨®n Bot¨ªn, que ha organizado el viaje), Bejamin Weil; director art¨ªstico del Centro Bot¨ªn, que acaba de reformular su colecci¨®n de arte contempor¨¢neo. Faltaba el banquero, de quien S¨¢enz de Miera alab¨® su ¡°enorme generosidad para desprenderse de estas obras a las que tienen tanto cari?o¡± y dijo que ha sido un hombre que ha ¡°generado una enorme riqueza para este pa¨ªs¡±. ¡°Esta de coleccionista es quiz¨¢ su faceta menos conocida¡±, dijo. En efecto, se le conoce m¨¢s estos d¨ªas por lo que cuentan los medios de comunicaci¨®n: que est¨¢ en problemas con la justicia por su presunto intento de sacar de Espa?a el picasso en su barco. El fiscal pide cuatro a?os de c¨¢rcel y una multa de 100 millones de euros. Y por la supuesta elusi¨®n de impuestos tras la compra de un avi¨®n privado. Nadie sabe a¨²n d¨®nde acabar¨¢ la Cabeza de mujer joven, de Picasso, pero mientras tanto, los visitantes pueden encontrar disfrute en estas ocho joyas que al banquero le pueden proporcionar alguna redenci¨®n.
Babelia
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