El Twanguero, el guitarrista n¨®mada
El m¨²sico mezcla la cumbia y el rockabilly en su nuevo disco, 'Electric Sunset', y se atreve a salir de los sonidos solo instrumentales
Diego Garc¨ªa, El Twanguero, lleva su m¨²sica tatuada en la piel. Literalmente. En la parte posterior del antebrazo izquierdo luce un dibujo con la palabra "Twang", el caracter¨ªstico sonido nasal de la guitarra que le da nombre art¨ªstico, y un poco m¨¢s arriba ha empezado a grabarse el Guernica de Picasso, el t¨ªtulo de una canci¨®n de su nuevo disco y s¨ªmbolo de ese pa¨ªs que le resulta tan esquivo.
Hay dos cosas que le producen desasosiego a este guitarrista n¨®mada instalado ahora con ¨¦xito en Los ?ngeles: no estancarse en la m¨²sica y ser capaz de trascender en su tierra. En una hora de charla, una frase se repite como una muletilla: "Aqu¨ª todo es m¨¢s dif¨ªcil".
"Me encanta Espa?a, es mi pa¨ªs, pero me cuesta. Siento un poco de frustraci¨®n porque estoy en zona de nadie", confiesa. La cr¨ªtica celebra cada trabajo y su p¨²blico no le pierde la pista, sin embargo, le duele, y no termina de entender, que su techo solo sea llenar la sala El Sol de Madrid, con capacidad para unos centenares de personas. "La escena ha sido engullida por lo indie. Me sorprende que no hayamos podido entrar en ciertos formatos de festivales, aunque no pasa nada, s¨¦ c¨®mo buscarme la vida y todo esto me ha obligado a irme fuera", reconoce.
Tras pasar por M¨¦xico, Argentina, Austin y Nashville, Los ?ngeles es su lugar de residencia desde hace un a?o. Y fiel a su tradici¨®n de emparentar cada disco con el punto del planeta donde se encuentra en cada momento, de la ciudad californiana ha salido Electric Sunset, una mezcla de cumbia, rockabilly, referencias a Ennio Morricone y tambi¨¦n gui?os al pasodoble espa?ol en el tema Gernika. "Me atrae el rollo multicultural y fronterizo de Los ?ngeles. Tiene dos ra¨ªces: la m¨²sica latina y el rock americano. Eso aqu¨ª [Espa?a] es dif¨ªcil de encontrar". Otra vez su pa¨ªs en la distancia.
"No me quiero repetir. Si lo hago, me retiro de la carretera y me dedico a hacer canciones para la tele, que se me da muy bien"
El primer single, una versi¨®n del cl¨¢sico Raska Y¨² con la colaboraci¨®n del violinista Ara Malikian, lo anuncia como toda una declaraci¨®n de intenciones. Presentes y futuras. "Salir de la m¨²sica solo instrumental es una pista para lo que tiene que venir. Yo no me quiero repetir. Si lo hago, me retiro de la carretera y me dedico a hacer canciones para la tele, que se me da muy bien", se?ala. "Siempre estoy investigando y grabando cosas muy diferentes, pero tampoco me puedo cargar lo que he construido. Los frikis de la guitarra esperan de m¨ª determinadas cosas. La evoluci¨®n debe ser lenta y coherente. A m¨ª estos retos son los que me hacen feliz".
Con una guitarra en las manos desde los siete a?os -"el instrumento que me tiene esclavizado, y al que amo y odio", afirma- y en la carretera desde los 18, Diego Garc¨ªa se coloc¨® de verdad en la m¨²sica como acompa?ante durante mucho tiempo de Calamaro, Juan Perro o El Cigala, con el que gan¨® dos Grammy Latinos. Luego se independiz¨® y la marca El Twanguero siempre ha gozado de prestigio y respeto, aunque no cierra la puerta a ejercer de nuevo de guitarrista para otros. "La posibilidad de tocar con uno de mis ¨ªdolos es factible. En Estados Unidos, estoy al lado de ellos, mucho m¨¢s cerca de lo que pienso. Ya estuve con Ryan Adams y conozco a todos los de su banda".
En cualquier caso, ¨¦l tampoco se imagina a los 50, dentro de diez a?os, haciendo cien bolos. Ahora ha puesto sus ojos en la m¨²sica para televisi¨®n y cine. "Un complemento que me va a venir bien y que me sacar¨¢ de la carretera, que ya est¨¢ bien". La ilusi¨®n rockera de morir encima del escenario no va con El Twanguero.
Babelia
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