Las mafias
Nadie como los italianos podr¨ªan realizar una historia en la que los pol¨ªticos corruptos, la Mafia y el Vaticano entremezclan sus intereses terrenales. 'Suburra' es su nombre
En 2015, fue un largometraje. En 2017, una excelente serie. Nadie como los italianos pod¨ªan realizar una historia en la que pol¨ªticos corruptos, la mafia y el Vaticano entremezclan sus intereses terrenales. Suburra es su nombre y se puede ver en Netflix.
Ocho cap¨ªtulos demoledores conforman su primera temporada. Unos terrenos costeros pr¨®ximos a Roma, en Ostia, desencadenan la voracidad especulativa de los tiburones financieros, Santa Madre Iglesia incluida. El puerto de la antigua Roma es el nuevo proyecto de los especuladores. La mafia pretende crear un gran complejo urban¨ªstico y un nuevo puerto por el que se introducir¨ªa la muy rentable coca¨ªna y para ello necesita corromper a cuanto pol¨ªtico municipal se interponga y a los miembros de una comisi¨®n vaticana, titular de algunos de los terrenos. Enfrente est¨¢n los v¨¢stagos de los mafiosos locales, que no dudar¨¢n en chantajear al cardenal esencial de la mencionada comisi¨®n, un prelado a quien los vicios privados condicionar¨¢n las virtudes p¨²blicas.
Entre unos y otros, los gitanos de Roma. Los mismos que el actual Gobierno italiano ha demonizado con similar virulencia que a los inmigrantes sin papeles, por m¨¢s que a las mafias, laicas o eclesi¨¢sticas, parece respetar cuando no obedecer. Es el pragmatismo reaccionario de los populistas: le?a al mono si el mono es el d¨¦bil y respeto a los poderosos por si acaso surgen las puertas giratorias.
Producida por el mismo sello que Gomorra y dirigida, entre otros, por Michele Placido, que ya hab¨ªa realizado la tambi¨¦n excelente Roma criminal, cuenta con un reparto que no desmerece la calidad de la serie, entre los que destacan el passoliniano Francesco Acquaroli y Giacomo Ferrara, y con unos decoradores y figurinistas cuya imaginaci¨®n deber¨ªa estar en la cima del oficio. Adem¨¢s de las impresionantes estancias vaticanas y las casas de la nobleza italiana venida a menos, la mansi¨®n del capo de los gitanos deja a los Trump y a los Gil y Gil en el territorio est¨¦tico del minimalismo m¨¢s exigente.
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