Los tesoros de la Hispanic Society llegan a M¨¦xico
El Museo del Palacio de Bellas Artes inaugura una exposici¨®n con m¨¢s de 200 piezas de la mayor colecci¨®n extranjera de arte hisp¨¢nico
Primero fue un libro sobre los gitanos que le regal¨® su madre cuando apenas ten¨ªa 12 a?os. Luego, el contacto con los trabajadores hispanos del rancho de su t¨ªa en Texas. Pero lo que definitivamente desat¨® su insaciable fervor por lo espa?ol fue su primera visita a M¨¦xico, cuando su familia fue invitada en 1889 por el dictador Porfirio D¨ªaz a una cena de gala en el Castillo de Chapultepec. Aquel episodio, ¡°un extra?o despertar¡± como dej¨® escrito en sus cartas, propuls¨® la carrera de Archer Milton Huntington, hijo de un magnate industrial estadounidense, hasta convertir su criatura, la Hispanic Society of Am¨¦rica (HSA), en la mayor colecci¨®n de arte espa?ol fuera de las fronteras ib¨¦ricas.
Espa?ol o, m¨¢s bien, ¡°todo lo relacionado al mundo que habla espa?ol¡±, puntualiza Mitchell A. Codding, presidente de la HSA y embajador de la muestra Tesoros de la Hispanic Society of Am¨¦rica que se inaugura este jueves en el Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de M¨¦xico con la participaci¨®n de BBVA BANCOMER y la Fundaci¨®n Kaluz. M¨¢s de 200 piezas ¨Cpintura, escultura, manuscritos, artes decorativas¨C que, tras pasar en abril por el Museo del Prado de Madrid, aterrizan por primera vez en el pa¨ªs donde empez¨® la aventura del fil¨¢ntropo.
Un vasto recorrido desde las cer¨¢micas campaniformes de 2.400 antes del Cristo, hasta los Sorolla o Zuluaga de primera mitad del siglo XX, con especial intenci¨®n al arte novohispano. ¡°Hay algunas variaciones con respeto al montaje de El Prado. Durante la selecci¨®n de las obras, hicimos m¨¢s hincapi¨¦ en la etapa virreinal para provocar un di¨¢logo con los artistas espa?oles del resto de la colecci¨®n¡±, apunta el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fern¨¢ndez.
Los Zurbar¨¢n, Murillo, las miniaturas del El Greco, o el retrato del Conde Duque de Olivares de Vel¨¢zquez ¨Cpor la que la madre del coleccionista pag¨® a un marchante franc¨¦s 650.000 d¨®lares en 1906, la obra m¨¢s cara hasta pasado el trauma de la Primer Guerra Mundial¨C conviven con los Luis Ju¨¢rez, Nicol¨¢s Correa, Alonso V¨¢zquez o La ca¨ªda de los ¨¢ngeles rebeldes de L¨®pez de Arteaga, influido por la voluptuosidad de Rubens y los rasgos protot¨ªpicamente novohispanos: un arc¨¢ngel San Miguel carnoso y ros¨¢cea, con la cara dulce y tocado con un yelmo emplumado.
Pese a su querencia por Latinoam¨¦rica, Huntington se dedic¨® en vida a acumular sobre todo arte antiguo, medieval, barroco y moderno espa?ol. Fue tras la muerte del fundador en 1955 cuando los nuevos gestores extendieron las redes. ¡°Ahora mismo, alrededor del 15% del acervo [son m¨¢s de 750.000 objetos] es arte latinoamericano, y en su mayor¨ªa mexicano¡±, apunta el presidente de la HSA. Talavera poblana, rebozos del siglo XVIII bordados de oro y plata, o una batea michoacana de madera lacada con pigmentos aut¨®ctonos: el insecto axe y aceite de ch¨ªa.
En uno de sus viajes a Europa en busca de m¨¢s tesoros, Huntington descubri¨® el impresionismo de Sorolla en una galer¨ªa de Londres. En 1909, su exposici¨®n en la sede neoyorkina de la Hispanic Society fue una sensaci¨®n, preludio del encargo de la serie de oleos costumbristas de gran formato y el boom del pintor valenciano en la escena internacional. Idilio en el mar, Despu¨¦s del ba?o o el retrato de Louis Comfort Tiffany son algunas de las obras seleccionadas para la exposici¨®n mexicana de entre las m¨¢s de 20 piezas del espa?ol que nutren la colecci¨®n.
Sorolla, que como Zuloaga o Juan Ram¨®n Jim¨¦nez acabaron siendo amigos personales de Huntington, le recomendaron en varias ocasiones ampliar sus compras de arte antiguo en Francia, Inglaterra o Nueva York y concentrarse en el mercado espa?ol, una l¨ªnea que el fil¨¢ntropo hispanista fascinado por el Cid y que recorri¨® a lomos de una mula el camino de Plasencia al monasterio del Yuste, nunca traspas¨® en honor a una especie de viejo pacto de caballeros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.