Sobre terreno explosivo

Una historia cuyo protagonista descubre que su origen es un interrogante, y cuyas din¨¢micas dram¨¢ticas llegan a tantear los l¨ªmites de una transgresi¨®n tan radical como el incesto, podr¨ªa ser, por supuesto, una vocacional tragedia griega. Los mismos materiales podr¨ªan dar pie a una de esas farsas peque?oburguesas con las que el cine franc¨¦s parece haber encontrado un suced¨¢neo contempor¨¢neo, y de consumo r¨¢pido, de ese teatro de bulevar que tanto am¨® Resnais. En su tercer largometraje, Carien Tardieu propone un destino sorprendente y muy estimulante para materiales dramat¨²rgicos tan delicados. Si uno se apropia de un s¨ªmil que la propia pel¨ªcula sirve en bandeja, cabr¨ªa decir que S¨¢came de dudas es como los terrenos que recorre su protagonista en su cotidiana labor como rastreador y desactivador de explosivos: una comedia, humana y sabia, levantada sobre el territorio donde subyace la potencialidad de la tragedia.

Tardieu tiene claro que limitarse a entretener supone restringir las posibilidades de un g¨¦nero que, bien manejado, puede ser un instrumento sumamente eficaz para desentra?ar lo humano. Su pel¨ªcula no funciona como mecanismo de alta precisi¨®n al modo de las mejores comedias de esa Agn¨¨s Jaoui que encabez¨® el reparto de su anterior trabajo ¨CDu vent dans mes mollets (2012)-, pero en la historia de este tipo que, buscando la identidad de su padre biol¨®gico, corre el riesgo de enamorarse de quien quiz¨¢ sea su propia hermana y desvela, sin querer, la identidad del progenitor de su futuro nieto brilla una comprensiva y l¨²cida humanidad.