Pop y peruan¨ªsimo
Gustavo Rodr¨ªguez ha escrito una comedia musical en la que vemos bailar a los personajes sobre la pista de un Per¨² violento y pr¨®digo
Un libro que habla de hijas que encuentran a sus padres y padres que no son hijos del suyo, envenenamientos, donaciones de ¨®rganos, infidelidades, celos, crimen pasional, homosexuales reprimidos y mujeres emprendedoras que atraviesan la selva y montan negocios de confecci¨®n de uniformes escolares, bien pudiese haber optado por el molde del melodrama a lo Tennessee Williams, Douglas Sirk o Almod¨®var. Sin embargo, Gustavo Rodr¨ªguez ha escrito una comedia musical en la que vemos bailar a los personajes sobre la pista de un Per¨² violento y pr¨®digo: los anticuchos adquieren protagonismo en esta Madrugada no solo por sus connotaciones gastron¨®micas, sino por la b¨²squeda de un lugar literario para abordar lo sentimental que no se desborde por el lado de lo s¨®rdido ni lo cursi. La banda sonora la ponen los Bee Gees. El texto se llena tambi¨¦n de la sonoridad del di¨¢logo y de la utilizaci¨®n de m¨²ltiples registros de lengua en el extremo opuesto del est¨¢ndar. Esa actitud hacia la lengua literaria tiene un alt¨ªsimo valor. No solo es que Gustavo Rodr¨ªguez posea un o¨ªdo fin¨ªsimo para captar las variedades peruanas, sino que adem¨¢s refleja los usos ling¨¹¨ªsticos de las distintas clases sociales y grupos de edad. Las voces se entrelazan gracias a un punto de vista omnisciente y culturalista que se materializa al anticipar lo que se contar¨¢ m¨¢s adelante o volver la vista atr¨¢s para reconstruir los or¨ªgenes de los bailarines de esta comedia, peruan¨ªsima y pop, cuajada de escenas entra?ables.
La novela no por ser entretenida, es amable: narra c¨®mo la violencia de la organizaci¨®n social, pol¨ªtica y econ¨®mica se cuela en los v¨ªnculos sentimentales. La posesi¨®n, las represiones
La novela, no por ser entretenida, es amable: narra c¨®mo la violencia de la organizaci¨®n social, pol¨ªtica y econ¨®mica se cuela en los v¨ªnculos sentimentales. La posesi¨®n, las represiones. El maltrato define las relaciones de poder entre los fuertes y los d¨¦biles. Trinidad R¨ªos, mestiza y luchadora, hero¨ªna casi al estilo rom¨¢ntico, escupe en el caf¨¦ de un viejo autoritario que grita a una asustada camarera. El instinto de supervivencia y la rebeld¨ªa, el resentimiento de Trinidad, subrayan el tono optimista y esperanzado de la narraci¨®n. Solo tengo un peque?o reproche que hacerle a esta Madrugada: no me preocupa tanto que la cr¨ªtica a la violencia machista se encarne en la agresividad de una mujer como que Trinidad adopte un comportamiento sexual que, considerando sus or¨ªgenes, la profesi¨®n de su madre o su edad, resulta un tanto inveros¨ªmil: contrata putos. La perspectiva cr¨ªtica de Madrugada ¡ªimpecable en su retrato del clasismo y el racismo¡ª flaquea en el intento normalizador de determinadas conductas sexuales. Tan espl¨¦ndido como el lenguaje de la narraci¨®n y los di¨¢logos es la galer¨ªa de protagonistas: el pap¨¢ cantante de Trinidad, imitador de Barry Gibb; Nieves, amiga desparpajada; Cecilia, la pituca que hace negocios explotando la pena que da la chola Trinidad; Tiffany, la chinita, que no soporta ver c¨®mo su madre se convierte en una mujer sometida a los caprichos de su novio. Y sobre todos ellos, do?a Blanca, la mam¨¢ calva de Danito, Germancito y Ronito, que fulge como estrella de este firmamento cuando prepara una paella para sus muchachos, mata moscas en la cocina o se marca un antol¨®gico y gerontol¨®gico baile final.
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Autor:?Gustavo Rodr¨ªguez.
Editorial:?Alfaguara (2018).
Formato: tapa blanda (240 p¨¢ginas).
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