Los fantasmas de Ingmar Bergman se hacen baile
Un espect¨¢culo del prestigioso ballet de Montecarlo conmemora los 100 a?os desde el nacimiento del cineasta
En medio de su subyugante mon¨®logo, el bailar¨ªn y core¨®grafo Alexander Ekman (Estocolmo, 1984) dice que en Ingmar Bergman (Upsala, 1918 ¨C Far?, 2007) hab¨ªa un latente un core¨®grafo. No le falta raz¨®n; de hecho, tuvo a lo largo de su vida una relaci¨®n fluctuante y compleja con bailarinas, core¨®grafos, cuerpos de baile y teatros de ¨®pera y ballet. Bergman naci¨® a la profesi¨®n teatral rodeado de tules de tut¨²s y zapatillas destrozadas por el uso sobre las tablas. Era un modesto asistente de direcci¨®n en la ?pera de Estocolmo, donde hab¨ªa un buen y estructurado ballet de tradici¨®n. Despu¨¦s cuaj¨® una s¨®lida y trascendente amistad con Mary Skeaping (1902-1984), que fue directora art¨ªstica en Estocolmo entre 1953 y 1962.
En los valiosos fragmentos de filmaciones de producci¨®n (15 minutos fascinantes) que preceden a la danza, Skeaping aparece varias veces, y se ve, incluso, un trozo de su Lago de los cisnes. Skeaping fue quien despert¨® en Bergman el amor por la danza antigua y lo acerc¨® de nuevo al teatrito de Drottningholm. Y Bergman hizo un breve filme con bailarinas.
El espect¨¢culo Dancing with Bergman, producido entre otros por el M¨®naco Dance Forum y la ?pera Nacional de Noruega, ha dado un lustre muy especial al evento cultural del verano en Montecarlo, ha tenido una apertura de gran altura el pasado jueves con un complejo acto que combina danza de creaci¨®n con fragmentos de filmes del gran cineasta sueco, del que se cumplen hoy s¨¢bado 100 a?os desde su nacimiento. La noche se abri¨® sin embargo con una pieza fallida y que respiraba hasta cierto amateurismo: 4 Karin, coreografiada por Johan Inger, un producto poco terminado, imitativo de otros, tan pretencioso como confuso y que oblig¨® hasta empezar dos veces la pieza. Ese tropiezo fue superado y olvidado enseguida con la calidad y pulimento de lo que vino despu¨¦s.
Primero Alexander Ekman en solitario hizo Thoughts on Bergman, con textos propios y del cineasta. La m¨²sica, un fragmentado Nocturno de Chopin, aportaba el factor rom¨¢ntico, muy de tripas del teatro. Siempre pertinentes, las preguntas de Bergman rodearon de solemnidad a un Ekman din¨¢mico, todav¨ªa hermoso y dominador de la escena, con humor muy sueco, ilustrando las preguntas con un movimiento l¨ªquido y muy muscular, algunas preguntas cuya ¨²nica respuesta es seguir repitiendo la cuesti¨®n como un ¡®estro¡¯ obligado y consciente: la angustiosa eternidad del cuestionamiento del artista, otro argumento que persigui¨® a Bergman del albor al c¨¦nit. Ekman sigue siendo un seductor esc¨¦nico nato y su danza de soledad dej¨® una fuerte impresi¨®n.
Cerr¨® la noche Memory 2000-2018, de y con Mats Ek (Malm?, 1945) acompa?ado en escena por Ana Laguna (Zaragoza, 1955) sobre una m¨²sica de Nico R?lcke. Probablemente, y se puede afirmar, por parad¨®jico que parezca, que donde m¨¢s Bergman hay es en Memory, una pieza precedente a la concepci¨®n de este homenaje y recreada para la ocasi¨®n. Una concentraci¨®n del talento expresivo de dos artistas maduros, m¨¢s all¨¢ de toda consagraci¨®n, establecidos en la faceta de la danza moral y de ra¨ªz human¨ªstica. El componente tr¨¢gico (donde podemos transitar por otras almas desesperadas como Ibsen o Strindberg, con sus agobios y dudas inveteradas) lo dan Mats y Ana desde unas l¨ªneas sencillas pero firmes, claras pero oscuras. El dolor, f¨ªsico y del otro, se representan con una m¨ªmica cognoscible y directa, como un di¨¢logo memorial, dando al recuerdo una categor¨ªa paliativa. ?Sucede realmente lo que la remembranza nos brinda, o es solamente un di¨¢logo de estantiguas pasajeras? Al final Ek y Laguna desarman el retablo y huyen de la responsabilidad de darnos una salida.
El estreno cont¨® con la presencia de Carolina de Hannover y de un expectante y nutrido p¨²blico de danza venido de media Europa. Las funciones de Dancing with Bergman se extienden todav¨ªa hasta el s¨¢bado 14 en la Sala Garnier de la ?pera de Montecarlo.
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