Folclore monstruoso
Es el cuarto t¨ªtulo de una serie, y su llegada a las salas espa?olas parece condenada a sembrar cierto desconcierto entre sus espectadores
LA LEYENDA DEL CHUPACABRAS
Direcci¨®n: Alberto Rodr¨ªguez.
Animaci¨®n.
G¨¦nero: terror. M¨¦xico, 2016.
Duraci¨®n: 81 minutos.
Cuando el animador Ricardo Arnaiz estren¨® La leyenda de la Nahuala (2007), mencionaba entre sus referentes una comedia popular mexicana como Dos fantasmas y una muchacha (1959), de Rogelio A. Gonz¨¢lez, protagonizada por el gran Tin Tan, un c¨®mico tan sobrecargado de carisma y de inflexiones personales que la cinefilia internacional agradecer¨ªa descubrir. La leyenda de la Nahuala era tan solo el sexto largometraje animado producido en M¨¦xico: el a?o anterior, Una pel¨ªcula de huevos (2006) de los hermanos Gabriel y Rodolfo Riva Palacio Alatriste se hab¨ªa convertido en un aut¨¦ntico fen¨®meno popular planteando un modesto modelo de animaci¨®n tradicional, con puntuales recursos a la imagen de s¨ªntesis, que pod¨ªa enorgullecerse de no caer en ning¨²n tipo de mimetismo con respecto a las formas dominantes de la animaci¨®n norteamericana. Tambi¨¦n la pel¨ªcula de Ricardo Arnaiz toc¨® una fibra colectiva, al recurrir a la mitolog¨ªa sobrenatural aut¨®ctona y crear un nutrido elenco de personajes ¨Clos ni?os calaca, los alebrijes, la pija Teodora- seg¨²n una f¨®rmula que se acabar¨ªa rentabilizando en otras cuatro pel¨ªculas.
La leyenda del Chupacabras, de Alberto Rodr¨ªguez, es, as¨ª, el cuarto t¨ªtulo de una serie que se ha prolongado con La leyenda del Charro Negro (2018) y su llegada a las salas espa?olas parece condenada a sembrar cierto desconcierto entre sus potenciales espectadores: la pel¨ªcula presupone una familiaridad con los personajes que convierte en indescifrable a buena parte de la trama. Cuando la pel¨ªcula se centra en el enfrentamiento de un grupo de insurgentes y soldados realistas con el Chupacabras del t¨ªtulo, el cineasta logra que su animaci¨®n artesanal y posibilista dialogue con eficacia con los estilemas y el tratamiento de los espacios propios del cine de terror. L¨¢stima que parezca todo el cap¨ªtulo perdido de un serial del que uno se ha perdido m¨¢s de la mitad.
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