El alquimista de ficciones
El rescate de la obra narrativa de John Fowles supone la recuperaci¨®n de un universo que juega con los g¨¦neros
La torre de ¨¦bano y otros cuentos memorables, o la torre de marfil en la que perge?a el gran John Fowles (1926-2005) su alquimia narrativa, o la torre de Babel en la que re¨²ne a sus personajes cosmopolitas, o la torre de Pisa como met¨¢fora de la inclinaci¨®n que siempre se observa en su narrativa, jam¨¢s conforme con ninguna predictibilidad, o la torre maestra desde la que defiende con gallard¨ªa las claves del artificio de armar ficciones, algunas de las cuales revel¨® en ese libro m¨¢gico que es El ¨¢rbol (1979), a medio camino entre el ensayo y las memorias, que Impedimenta felizmente recuper¨® tambi¨¦n en 2015 ¡ªSexto Piso acaba de hacer lo propio con El coleccionista con traducci¨®n de Andr¨¦s Barba¡ª. Otras las revel¨® en su obra maestra, La mujer del teniente franc¨¦s (1969), prodigio metaficcional y seguramente una de las novelas t¨¦cnicamente m¨¢s ambiciosas y seductoras de la segunda mitad del XX.
La torre de ¨¦bano (1974), que Plaza & Jan¨¦s public¨® en 1976, merece esta segunda vida porque alberga todas las virtudes del narrador brit¨¢nico como una suerte de ep¨ªtome, pero sobre todo porque su primera vida fue injustamente discreta. El volumen re¨²ne cuatro nouvelles y Eliduc, la caprichosa traducci¨®n que Fowles quiso hacer de uno de los lais de Mar¨ªa de Francia, el breve poema narrativo medieval del caballero bret¨®n Eliduc y sus lances en el tornadizo terreno filogr¨¢fico. ¡°Una nota personal¡± hace las veces de preliminar que, lejos de constituir un paratexto al uso, refleja la personalidad poli¨¦drica del autor, capaz de entusiasmarse con un texto tan aparentemente remoto y de quejarse, enzarzado en cuestiones exeg¨¦ticas, porque ¡°la cr¨ªtica acad¨¦mica moderna est¨¢ ciega ante las relaciones [textuales] que son m¨¢s emocionales que estructurales¡±.
Los relatos que acompa?an Eliduc realmente compendian la narrativa de ficci¨®n de Fowles, siempre cosmopolita y con frecuencia franc¨®fila (esa misma francofilia brit¨¢nica que ya tuvieron Graham Greene o Lawrence Durrell y que han continuado otros narradores como McEwan o Barnes), exhibiendo sin excepci¨®n una deliciosa impostura, dispuesta a una constante intriga encubierta, encubriendo lecturas m¨ªticas y record¨¢ndonos que la savia del ¨¢rbol literario es el lenguaje, siempre pose¨ªda por una precisi¨®n que no es metaf¨ªsica como la de Bern?hard ni sentimental como la de Modiano, sino pict¨®rica.
Buen ejemplo de ello es el caso de ¡®La torre de ¨¦bano¡¯, que cuenta las ins¨®litas circunstancias que le depara a un joven pintor y cr¨ªtico de arte su visita al viejo maestro Henry Breasley, un texto en el que, con enorme tensi¨®n narrativa, la erudici¨®n art¨ªstica (de Uccello a Ensor) se trenza, por decirlo de alg¨²n modo, con la fruici¨®n carnal (del m¨¦nage a una idea sumamente nabokoviana de la perversi¨®n). En ¡®El pobre Koko¡¯ Fowles juega con las convenciones del relato de suspense (y con el arquetipo del escritor) de la mano de un autor que es v¨ªctima de un vandalismo cuya arcana naturaleza el lector no es capaz de imaginar. ¡®La nube¡¯, posiblemente el mejor relato del volumen, nos introduce en el largo y enmara?ado d¨ªa de verano de una id¨ªlica Francia meridional por el que deambula la amarga soledad de una joven inglesa. La de Fowles es verdadera literatura de altos vuelos, l¨²dica hasta la saciedad, que la fina iron¨ªa y las traviesas estrategias del autor parecen haber convertido en la ilusi¨®n de una literatura en vuelo rasante.
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Autor:?John Fowles.
Editorial:?Impedimenta (2018).
Formato: tapa blanda, tapa dura y versi¨®n Kindle (400 p¨¢ginas).
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