Cuando una gran voz no es suficiente
La interpretaci¨®n de Gregory Porter son¨® algo m¨¢s ordinaria de lo normal
La locuci¨®n que son¨® en el Kursaal antes del concierto de Gregory Porter dijo que este era el cantante m¨¢s importante del jazz en la actualidad, una afirmaci¨®n m¨¢s que discutible que su concierto en San Sebasti¨¢n no pudo sostener. El vocalista regresaba al Jazzaldia justo un a?o despu¨¦s de clausurar su anterior edici¨®n, pero esta vez lo hac¨ªa con un nuevo formato y un presunto nuevo concepto. Lo segundo no fue tal, ya que Porter, aunque es un cantante asombroso, por el momento parece no tener un universo musical tan amplio como para ofrecer giros remarcables. Por otro lado, el formato, m¨¢s que diferente, fue expandido: al grupo regular de Porter se uni¨® una orquesta sinf¨®nica de m¨²sicos locales dirigida por Arkaitz Mendoza, con la que el cantante presentaba su ¨²ltimo disco, un sentido tributo al genial pianista y cantante Nat King Cole que ha titulado precisamente Nat King Cole & Me.
Tal y como mencion¨® Porter en diferentes ocasiones durante el concierto, desde que era solo un ni?o Cole ejerci¨® una enorme influencia sobre ¨¦l, por lo que su homenaje no se queda solo en un pu?ado de versiones del maestro, sino que incluye algunas composiciones del propio Porter. Con un planteamiento como este, y con la m¨¢s que probada calidad del cantante en directo, era l¨®gico prever un recital memorable, pero desgraciadamente hubo varios detalles que lastraron el curso de un concierto que acab¨® resultando aburrido y poco sugerente. Nadie pone en duda que Porter es un prodigio, y que su preciosa voz sonar¨ªa bien incluso leyendo las instrucciones de un medicamento, pero el grupo que le acompa?a cada vez da m¨¢s la sensaci¨®n de no estar a la altura y de, m¨¢s que hacer destacar al vocalista gracias a lo plano de su interpretaci¨®n, acabar empa?ando la labor del l¨ªder. Salvo por algunos solos redondos y efectivos del saxofonista Tivon Pennicott, el resto del grupo es competente, en el mejor de los casos, y anodino y pedestre, en el peor. Si a esto unimos el hecho de que ten¨ªan que alinearse con una orquesta que hab¨ªa tenido muy poco tiempo para ensayar con ellos, y que algunos de los arreglos estaban lejos de ser atractivos, nos queda un escenario poco prometedor.
Tal vez por esa sensaci¨®n constante de que algo no funcionaba en la base instrumental, la interpretaci¨®n de Porter son¨® tambi¨¦n algo m¨¢s ordinaria de lo normal. Hubo momentos disfrutables, como no pod¨ªa ser de otro modo con un talento como ¨¦l, pero en general el concierto fue decepcionante y dej¨® cierto poso de saturaci¨®n. A veces, la val¨ªa de un l¨ªder no es suficiente, porque la m¨²sica es mucho m¨¢s que una voz sensacional.
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