La huella del pirata Drake
Una investigaci¨®n consigue identificar al primer buque que el corsario ingl¨¦s hundi¨® en su ataque a C¨¢diz de 1587
Atardece y es primavera, en C¨¢diz apetece estar en la calle. En el puerto, unos 60 buques faenan con mercanc¨ªas. Llega m¨¢s de una veintena de barcos de bandera francesa y flamenca. En un giro malicioso e inesperado, cambian de pabell¨®n y muestran su verdadera filiaci¨®n: ingleses a las ¨®rdenes del corsario Francis Drake. Abren fuego sin previo aviso. Avanzan en la bah¨ªa. Un buque mercante genov¨¦s, sorprendido por el ataque, intenta defenderse. La historia le reservar¨¢ el triste honor de ser el primer buque hundido por Drake en el ataque a C¨¢diz, perpetrado del 29 de abril al 1 de mayo de 1587. El pecio sin nombre que se hundi¨® durante la expedici¨®n encargada por la reina inglesa Isabel I para sabotear los preparativos de la Armada Invencible del espa?ol Felipe II.
Esta historia tiene tres tiempos. El primero lo dej¨® Drake escrito esos tres d¨ªas de primavera en los que, tras hundir entre 20 y 30 barcos (fuentes espa?olas dicen que fueron 23 e inglesas hablan de 33), tiene que abandonar la bah¨ªa de C¨¢diz. El segundo lo regala una draga 425 a?os despu¨¦s, cuando en unas obras de ampliaci¨®n del puerto de C¨¢diz, en 2012, aparecen tres pecios hundidos: los Delta I, II y III. El tercero llega ahora, cuando en el transcurso de la investigaci¨®n de su tesis, la arque¨®loga Milagros Alzaga tiene ¡°un p¨¢lpito¡±. Compra una obra de cinco vol¨²menes en una librer¨ªa de segunda mano y en una p¨¢gina encuentra justo lo que llevaba dos a?os buscando: ese primer pecio hundido por Drake pertenec¨ªa a la familia genovesa Vasallo, era el San Jorge y San Telmo, tambi¨¦n conocido como la Piccola Vassalla, y es justo el Delta II que apareci¨® en 2012.
La proeza investigadora ¡ªdesarrollada por esta arque¨®loga del Centro de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica (CAS) junto a los investigadores Jos¨¦ Manuel Higueras-Milena, director de la intervenci¨®n arqueol¨®gica, y Mercedes Gallardo, ambos de la empresa Tanit, Genoveva Enr¨ªquez y los italianos Renato Gianni Ridella y Fabrizio Ciacchella¡ª no es habitual ni sencilla. ¡°Solo se conoce el nombre de barcos hundidos singulares o muy conocidos. Si encima son mercantes, se hace a¨²n m¨¢s complicado¡±, confirma Carmen Garc¨ªa Rivera, directora del CAS, un centro dependiente del Instituto Andaluz del Patrimonio Hist¨®rico. Y es que el equipo ha conseguido reconstruir el puzle que, en la primavera de 2012, las obras en el puerto sacaron a la luz.
Bajo m¨¢s de siete metros de fango y a 14 de profundidad, la draga localiz¨® el tercio inferior de un pecio hundido en un extraordinario estado de conservaci¨®n. Las primeras indagaciones apuntaron a que se trataba de una nave ligera, preparada para una navegaci¨®n comercial de cabotaje de puerto a puerto. Los investigadores la denominaron como Delta II ya que un mes antes hab¨ªa aparecido un buque militar espa?ol del siglo XVII,el Delta I. Tiempo despu¨¦s, tambi¨¦n aparecer¨ªa el Delta III, restos de una nave de finales del XVII o principios del XVIII de procedencia holandesa.
Pero la carga del Delta II result¨® ser m¨¢s valiosa que cualquier metal precioso, gracias a su estado de conservaci¨®n. Aparecieron vasijas a¨²n selladas con el tap¨®n de corcho y rellenas de aceitunas en salmuera, de las variedades gordales y picuales. Tambi¨¦n, restos de barriles rellenos de cochinilla de carm¨ªn, procedentes de Am¨¦rica y usadas para tintes en rojo, que a¨²n manchan de bermell¨®n. O cajas de madera en perfecto estado, restos de una especie sin determinar, suelas de zapatos de cuero y siete ca?ones, dos para defenderse y cinco estibados en bodega. La mercanc¨ªa, entre local e internacional, confirm¨® que se trataba de un barco de redistribuci¨®n de un comerciante.
Los cinco ca?ones almacenados resultaron pertenecer a la Armada espa?ola. El buque los transportaba como contratista del rey Felipe II, por lo que autom¨¢ticamente, fuese cual fuese su pabell¨®n, ten¨ªa protecci¨®n y consideraci¨®n de barco espa?ol. Las piezas deb¨ªan acabar en Lisboa, a bordo de la Armada Invencible que tiempo despu¨¦s intentar¨ªa derrocar sin ¨¦xito a Isabel I de Inglaterra. Los otros dos ca?ones localizados dieron m¨¢s informaci¨®n. Estaban en uso, preparados para un posible ataque y uno no ten¨ªa munici¨®n por lo que, antes de hundirse se hab¨ªa defendido de alguna agresi¨®n. Todo ello pese a que, la posici¨®n del pecio hac¨ªa indicar que ni siquiera le hab¨ªa dado tiempo de guarecerse o prepararse ante una contienda. Eso encajaba con el croquis que realiz¨® el segundo de Drake en el que se?al¨® la posici¨®n de un conjunto de naves que estaban cargando y descargando en el momento del enfrentamiento.
Una familia poderosa
Fueron pistas que al equipo hispano-italiano le dieron un hilo del que tirar. Para ese entonces, Milagros Alzaga ya ten¨ªa claro que quer¨ªa enfocar su tesis sobre la huella de los comerciantes genoveses en el C¨¢diz del siglo XVI, una tarea especialmente complicada teniendo en cuenta que un asalto angloholand¨¦s producido nueve a?os despu¨¦s del Drake, en 1596, destruy¨® la ciudad y, con ella, los archivos. El segundo pecio aparecido en las obras del puerto encajaba en la procedencia italiana. La cer¨¢mica y algunos de los ca?ones eran genoveses. Los 24 metros de eslora y 8 de manga del buque segu¨ªan el patr¨®n constructivo de las naves del Mediterr¨¢neo en el siglo XVI. Adem¨¢s, su estructura era ¡°muy parecida¡±, seg¨²n Alzaga, a otro barco de origen genov¨¦s tambi¨¦n hundido y ya estudiado anteriormente.
En los archivos italianos aparecieron referencias a que la familia genovesa Vassallo ten¨ªa dos naves, con el apelativo de Grossa Vasalla y Piccola Vassalla. El c¨ªrculo se estrechaba, pero no se cerr¨® hasta que a la investigadora no le llam¨® la atenci¨®n la obra ¡®La batalla del mar Oc¨¦ano¡¯, cinco vol¨²menes de recopilaci¨®n hist¨®rica sobre la Armada Invencible que se vend¨ªan en una librer¨ªa de ocasi¨®n. ¡°Tuve un p¨¢lpito al verlo¡±, a?ade. Y la impresi¨®n fue certera, en una de sus p¨¢ginas localiz¨® lo que corrobor¨® posteriormente en el Archivo de Simancas, el barco aparecido en 2012 era el genov¨¦s San Jorge y San Telmo¡¯. El Delta II por fin ten¨ªa nombre.
¡°La documentaci¨®n recoge que el barco estaba cargando y descargando en el momento del ataque de Drake¡±, explica la investigadora. El nombre del barco aparece justo en documentos que hacen alusi¨®n a un impago, como a?ade Alzaga: ¡°Hab¨ªa que armar la Invencible como fuese y no se pod¨ªan perder los ca?ones hundidos. Hubo una orden para sacarlos del mar. En el documento localizado, el capit¨¢n del barco, Clemente Vassallo, escribe a Felipe II para decirle que hab¨ªa extra¨ªdo ocho del San Jorge y San Telmo y nadie le hab¨ªa pagado¡±.
En otra huella documental, el due?o de la embarcaci¨®n escribe de nuevo al Rey indic¨¢ndole que ¡°siempre hab¨ªa servido muy bien a su majestad, como cuando le orden¨® que llevara desde Cartagena los ca?ones a C¨¢diz y Drake le hundi¨® el barco¡±. Esa demanda, quiz¨¢s nunca satisfecha, permiti¨® a la arque¨®loga completar la historia del buque y su propietario, Pietro Paolo Vassallo. ¡°Pertenec¨ªa a una influyente familia de comerciantes genoveses. El barco se bot¨® en el a?o 1573 y el capit¨¢n era familia suya¡±, apunta la investigadora.
El hallazgo del buque de los Vassallo arroja otra lectura m¨¢s para Garc¨ªa Rivera: ¡°El buque se encontraba en una de las zonas de servidumbre arqueol¨®gica -espacios donde se supone que hay restos de pecios, aunque no se sepa cu¨¢les-, protegidas por la Consejer¨ªa de Cultura. Demuestra que la existencia de esta figura jur¨ªdica est¨¢ m¨¢s que justificada para la protecci¨®n del patrimonio subacu¨¢tico, ya que permite establecer cautelas ante cualquier obra que se realice en esos espacios y que pueda afectar de manera negativa al patrimonio arqueol¨®gico subacu¨¢tico¡±. Gracias a eso, el cargamento que el genov¨¦s nunca consigui¨® recuperar del fondo del mar est¨¢ ahora en recipientes con agua, inmersos en un proceso de eliminaci¨®n de sales y consolidaci¨®n para su exposici¨®n. M¨¢s de 430 a?os despu¨¦s, la mercanc¨ªa de ca?ones, aceitunas, especias y tintes de Pietro Paolo al fin ha vuelto a tierra.
El misterioso cr¨¢neo de mujer
Entre los restos del 'San Jorge y San Telmo' apareci¨® un hallazgo singular: un cr¨¢neo femenino. "Correspond¨ªa a una mujer de unos 25 a 30 a?os", reconoce la investigadora Milagros Alzaga. Se desconoce qu¨¦ hac¨ªa una mujer a bordo del barco, algo poco habitual. Sin embargo, s¨ª se ha podido concluir, gracias al estudio llevado a cabo por el paleoantrop¨®logo Juan Manuel Guijo, que presentaba una craneosinostosis prematura con deformidad secundaria que le provocar¨ªa "dolores de cabeza", como a?ade la arque¨®loga. Tambi¨¦n que sufri¨® as¨ª una lesi¨®n perimorten en el frontal derecho con un arma de forma triangular que le provoc¨® un derrame y la muerte.
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