El relato ap¨¢trida
La historia global pretende situarse m¨¢s all¨¢ de la naci¨®n, la religi¨®n o la raza. Nuevos ensayos apuestan por ella para explicar un presente y un pasado conectados
La globalizaci¨®n es un concepto que nace a finales del siglo XX y que, sobre todo, trata de expresar el beneficio universal que conlleva la libre circulaci¨®n de recursos, bienes y capitales a escala mundial. Ahora bien, aunque se publiciten las facilidades para la comunicaci¨®n y la informaci¨®n (a trav¨¦s de Internet en particular), las ventajas del dinamismo planetario de los flujos financieros o las oportunidades para consumir productos de todo el mundo, esta formulaci¨®n, como contrapartida, no explicita que ello quiere decir, ante todo, la divulgaci¨®n de modelos ideologizados concebidos como propaganda de los pa¨ªses m¨¢s poderosos, la ampliaci¨®n de los mercados para los pa¨ªses productores, la movilidad de los capitales superando las trabas del proteccionismo y de los intereses nacionales de los pa¨ªses menos favorecidos y la deslocalizaci¨®n de empresas para obtener una mano de obra m¨¢s barata y con menos tradici¨®n en la defensa de los derechos laborales. Y, finalmente, esconde la imposici¨®n de las mercanc¨ªas de los pa¨ªses productores, la imposici¨®n de las normas contractuales de las empresas multinacionales a los pa¨ªses receptores y la imposici¨®n de la inmovilidad a los trabajadores de los pa¨ªses desfavorecidos mediante la implantaci¨®n de toda clase de medidas contra los inmigrantes que tratan de cruzar la frontera que separa a los pa¨ªses pobres de los pa¨ªses ricos, de tal modo que la ¡°globalizaci¨®n humana¡± es la que conoce las mayores restricciones, a veces mediante la creaci¨®n de un limes de civiles armados con licencia para matar, la edificaci¨®n de ¡°muros de la verg¨¹enza¡± o el levantamiento de vallas erizadas de cuchillos.
Sea ello como sea, este hecho introdujo la necesidad de establecer la g¨¦nesis de un proceso que, seg¨²n sus promotores, se hab¨ªa iniciado tiempo atr¨¢s y ahora conoc¨ªa su punto m¨¢ximo de perfecci¨®n. Los historiadores nos apresuramos a indagar sobre esos or¨ªgenes, creando as¨ª una disciplina, o tal vez s¨®lo un nuevo modo de aproximaci¨®n, que pronto encontr¨® el nombre de historia global. Un m¨¦todo que se ha mostrado satisfactoriamente operativo, tanto para analizar el presente como el pasado, pero que hay que someter a cr¨ªtica porque entra?a algunos riesgos, como bien ha se?alado Sebastian Conrad: dar un sentido teleol¨®gico a la actual globalizaci¨®n, ocultar la existencia de proyectos interesados y esp¨²reos bajo la apariencia de un desarrollo natural, subrayar los beneficios y silenciar los costos (migraciones forzosas, esclavitud, guerras, imperialismo econ¨®mico y pol¨ªtico, fomento de la desigualdad, apropiaci¨®n de los recursos por los m¨¢s fuertes, explotaci¨®n de los m¨¢s desfavorecidos, inducci¨®n de los desastres econ¨®micos, financieros, ecol¨®gicos, clim¨¢ticos), enmascarar la acci¨®n de fuerzas impersonales y antidemocr¨¢ticas.
En una definici¨®n inicial, su funci¨®n era la de escribir un relato que abarcase todos los hechos pret¨¦ritos
En una definici¨®n inicial, un tanto primitiva, la funci¨®n de la historial global era la de escribir un relato que abarcase todos los hechos del pasado, insuflando nueva vida a la bien fundamentada historia total de la Escuela de los Annales y al concepto marxista de la totalidad social y, en el campo de la cronolog¨ªa, escribir un relato que empezase por el Big Bang y llegase hasta hoy, en una ampliaci¨®n del concepto braudeliano de la longue dur¨¦e, una resurrecci¨®n que ha sido defendida recientemente con convicci¨®n por historiadores como David Armitage. Una segunda opci¨®n, la que ha tenido m¨¢s ¨¦xito, hasta el punto de ser hoy la m¨¢s com¨²n y la m¨¢s cultivada, es la que toma en consideraci¨®n el mundo como un territorio perfectamente interconectado, por lo que se privilegian, adem¨¢s de las migraciones humanas, las transferencias, los intercambios, las apropiaciones de los bienes materiales y culturales que se entrecruzan a trav¨¦s del planeta. Finalmente, esta interconexi¨®n puede dar un paso m¨¢s y hallarnos con el punto de vista que completa los dem¨¢s, a trav¨¦s de la noci¨®n de integraci¨®n, es decir de la existencia de unos lazos profundos y duraderos entre los diversos continentes (o tambi¨¦n, las diversas civilizaciones) sobre los que han descansado las grandes transformaciones universales. En cualquier caso, los relatos escritos desde la historia global, siguiendo a Serge Gruzinski, permiten proseguir ¡°el progresivo desmantelamiento de los herm¨¦ticos universos, f¨ªsicos y mentales durante tanto tiempo arraigados en la tierra, la naci¨®n, la raza, la religi¨®n o la familia¡±. Lo que no es poco.
La tendencia m¨¢s exitosa es la que ve el mundo como un territorio perfectamente interconectado
Estos enfoques permiten aplicar el concepto de fen¨®menos globales a numerosos hechos hist¨®ricos, como la perduraci¨®n de la ruta de la seda o de la ruta del oro transahariano, la expansi¨®n de Gengis Kan (Chingis Jan) desde el Extremo Oriente al coraz¨®n de la Europa oriental, la difusi¨®n del budismo desde India a Extremo Oriente, las experiencias de los grandes viajeros medievales (de Ibn Battuta a Marco Polo), la aventura de los argonautas del Pac¨ªfico Occidental¡ Sin embargo, estos fen¨®menos transfronterizos, abarcando inmensos territorios, propiciando intercambios comerciales o culturales a gran escala no presuponen todav¨ªa la existencia de una primera mundializaci¨®n. Todos ellos se desarrollan en la vieja Eurasia y tocan algunas regiones de ?frica, pero falta todav¨ªa el eslab¨®n que permitir¨¢ la plena globalizaci¨®n: el descubrimiento de Am¨¦rica, la conexi¨®n de ese nuevo mundo transatl¨¢ntico con los mundos asi¨¢ticos tras la traves¨ªa del oc¨¦ano Pac¨ªfico y, finalmente, la uni¨®n de las navegaciones europeas hacia el este y hacia el oeste mediante la primera vuelta al mundo.
A partir de ah¨ª se desarrolla el concepto de primera globalizaci¨®n o primera mundializaci¨®n (o para algunos autores, como Bernd Hausberger, globalizaci¨®n temprana), que tiene su acta de nacimiento en un instante concreto. Se trata del momento en que se establece un sistema de intercambios de toda ¨ªndole (humanos, biol¨®gicos, econ¨®micos, culturales) entre todos los continentes. Las fechas clave de esta coyuntura hist¨®rica (conocida gen¨¦ricamente como la de la culminaci¨®n de la ¡°era de los descubrimientos¡±) se extienden, seg¨²n nuestra opini¨®n, a lo largo de 30 a?os (aunque una f¨®rmula tan precisa pueda encontrar reticencias entre algunos): el descubrimiento de Am¨¦rica por Crist¨®bal Col¨®n (1492), la llegada a India de Vasco de Gama (1498), el descubrimiento del mar del Sur u oc¨¦ano Pac¨ªfico por Vasco N¨²?ez de Balboa (1513) y la vuelta al mundo iniciada por una flota mandada por Fernando de Magallanes y completada por Juan Sebasti¨¢n Elcano (1522). El cierre de ese primer anillo en torno al globo (de ah¨ª, la palabra globalizaci¨®n) tiene adem¨¢s un significado especial, pues fue protagonizado por las dos entidades pol¨ªticas que a partir de 1492-1512 (tras la ocupaci¨®n de Granada y la ocupaci¨®n de Navarra) compart¨ªan en exclusiva la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. De ah¨ª que muchos historiadores acepten (con renuencias o sin ellas) considerar ese periodo como el de la ¡°globalizaci¨®n ib¨¦rica¡±.
Para Sebastian Conrad, esta narrativa oculta efectos como las migraciones forzosas o la desigualdad
La consecuencia m¨¢s inmediata de estas exploraciones fue la inauguraci¨®n de una red de intercambios intercontinentales, que fueron humanos (transferencia de personas entre los distintos continentes), biol¨®gicos (negativos por la acci¨®n de los g¨¦rmenes pat¨®genos, positivos por los remedios terap¨¦uticos), agropecuarios (cultivos y ganados trasplantados de unas tierras a otras, bienes naturales de consumo transferidos a trav¨¦s del comercio mar¨ªtimo), culturales (ampliaci¨®n del conocimiento de mundos y civilizaciones que se ignoraban entre s¨ª) y econ¨®micos, que incluyeron la creaci¨®n de redes comerciales entre los diversos continentes y la integraci¨®n de estos en un sistema econ¨®mico mundial por encima de la existencia de otros subsistemas (en los mares europeos, en el Atl¨¢ntico, en el ?ndico o en el Pac¨ªfico) y gracias a la existencia de un agente esencial para garantizar esas redes y esos intercambios, la plata americana, convertida, seg¨²n hemos defendido en muchas ocasiones, en el verdadero ¡°catalizador¡± de la primera globalizaci¨®n. En definitiva, este proceso, que implic¨® a todos los mundos, gener¨®, parad¨®jicamente, la aparici¨®n de un solo mundo y, por ende, la posibilidad de concebir por primera vez una historia global y, m¨¢s a¨²n, una aut¨¦ntica historia universal.
Lecturas
Historia Global. Una nueva visi¨®n para el mundo actual. Sebastian Conrad. Barcelona, Cr¨ªtica, 2017
?Para qu¨¦ sirve la historia? Serge Gruzinski. Madrid. Alianza Editorial, 201
Historia m¨ªnima de la globalizaci¨®n temprana. Bernd Hausberger. M¨¦xico. El Colegio de M¨¦xico, 2018
Las guerras civiles. Una historia en ideas. David Armitage. Madrid. Alianza Editorial, 2018
Global Perspectives on Global History. Theories and Approaches in a Connected World. Dominic Sachsenmaier. Cambridge University Press
Globalization and Global History. Barry K. Gills & William R. Thompson (eds.). Londres, Routledge, 2006
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