Rafael Moneo: ¡°El agua bajo el Prado no me pilla por sorpresa¡±
El arquitecto de la ampliaci¨®n de la pinacoteca explica que cre¨® dos pozos para paliar el curso alterado por su construcci¨®n tras conocerse un estudio sobre las humedades
Cuando aparecieron las primeras grietas en la fachada y las humedades en los s¨®tanos en 2014, el Museo del Prado encarg¨® un informe a una empresa de ge¨®logos para que descubriera la raz¨®n y ofreciera soluciones a la emergencia. Los especialistas entregaron hace un a?o sus conclusiones, que adelant¨® este domingo EL PA?S, un informe sobre el comportamiento de las aguas subterr¨¢neas en el que se indica que la ampliaci¨®n de Rafael Moneo no ayud¨® al drenaje natural. La ampliaci¨®n fue inaugurada en 2007 y a?adi¨® un edificio de nueva planta en el claustro de los Jer¨®nimos (el conocido ¡°cubo de Moneo¡±).
¡°Estas humedades han ido aumentando en los ¨²ltimos tiempos, sin que coincida aparentemente con periodos lluviosos. Una posible explicaci¨®n es la construcci¨®n de pantallas profundas en la ampliaci¨®n del museo¡±, puede leerse en el informe de la empresa Geocisa, por el que recibi¨® 50.000 euros. Seg¨²n el relato de los t¨¦cnicos, dichas ¡°pantallas¡± -de m¨¢s de 30 metros de profundidad- han alterado el curso de las aguas subterr¨¢neas, que amenazan la estructura del edificio Villanueva y, sobre todo, del Cas¨®n del Buen Retiro.
¡°?ramos muy conscientes de las corrientes subterr¨¢neas del Prado¡±, explica Rafael Moneo a este peri¨®dico. ¡°El agua bajo el museo no me sorprende y dispusimos dos pozos en la zona de los Jer¨®nimos, porque cont¨¢bamos con las aguas que ven¨ªan desde el Retiro. Sab¨ªamos que con las pantallas ¨ªbamos a interrumpir el movimiento natural del flujo subterr¨¢neo. Por eso hicimos los dos pozos, porque hab¨ªa que canalizar las aguas convenientemente¡±, a?ade para aclarar que esto no es un hecho inesperado, que ¡°el control del agua ha sido estudiado¡±.
Sin embargo, este informe es el primer estudio sobre el terreno que la direcci¨®n del Prado tiene sobre su mesa para comprobar la incidencia de las corrientes subterr¨¢neas en el edificio. ¡°La relaci¨®n es directa¡±, concluyen. El acu¨ªfero podr¨ªa hundir el museo si se deja de achicar agua y si no se construyen nuevos pozos de drenaje para evitar la incidencia, tal y como recomiendan los expertos. El museo se levanta sobre el arroyo del Prado, que en el siglo XIX fue soterrado, pero el flujo fre¨¢tico no ha desaparecido y tiene una influencia directa sobre la salud de la pinacoteca.
El equipo de Moneo construy¨® varios pozos, dentro y fuera de la instituci¨®n, para la extracci¨®n de agua. Pero el informe recomienda la creaci¨®n de nuevos. De hecho, el pozo m¨¢s activo de todos es el situado en la calle Ruiz de Alarc¨®n, ¡°al verse influido por pantallas tanto al norte como al oeste del mismo¡±. Al parecer, las pantallas no son oblicuas al flujo subterr¨¢neo y cortan el paso del agua. Ese pozo recibe la mayor carga hidr¨¢ulica y necesita refuerzos para evitar la aparici¨®n de las humedades en los s¨®tanos, donde se encuentran los almacenes.
Las pantallas son elementos constructivos que Rafael Moneo emple¨® para contener los posibles movimientos del terreno, al levantar las nuevas estructuras sobre un desnivel muy pronunciado. ¡°Al arquitecto no se le puede hacer responsable: los s¨®tanos eran necesarios y estaban especificados en el concurso p¨²blico¡±, asegura Moneo, que no quiere generar alarma sobre este hecho. ¡°No fue una decisi¨®n est¨¦tica tomada por capricho, era una necesidad del museo. La construcci¨®n est¨¢ avalada por el propio museo, que en todo momento sab¨ªan lo que est¨¢bamos haciendo. Nadie puede discutir la necesidad de esas pantallas¡±.
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