Arquitectura invisible de hoy
Helsinki inaugura Amos Rex, un museo de arte local en la era de las franquicias
Hace d¨¦cadas que el arte no se cuelga de las paredes. La exposici¨®n -?podr¨¢n seguir llam¨¢ndose as¨ª?- del colectivo japon¨¦s de arte digital TeamLab se escurre por las del nuevo Amos Rex de Helsinki, un centro de arte contempor¨¢neo que nace arriesgando no desde la forma sino desde el mensaje. Lo m¨¢s osado del nuevo edificio, que firman los finlandeses JKMM, no se ve. No solo porque la galer¨ªa es subterr¨¢nea, sobre todo porque combina muchos objetivos urbanos: conectar, respetar, relacionar, actualizar o reinventar. Tambi¨¦n porque cuesta asociar ese abanico de valores conciliadores con la vanguardia. Pero, una vez m¨¢s, ser¨ªa un error guiarse por prejuicios y apriorismos. Veamos por qu¨¦.
El museo Amos Rex (el antiguo museo Amos Anderson unido al antiguo cine Rex) est¨¢ m¨¢s cerca de ser un paisaje urbano que un edificio. Es a la vez un espacio p¨²blico, la plaza Lasipalatsi (Palacio de cristal), y un centro de arte contempor¨¢neo. Pero, por encima de todo eso, es un conector, una topograf¨ªa de ca?ones de luz que rescata uno de los m¨¢s hermosos edificios modernos de Helsinki, el Lasipalatsi levantado como intervenci¨®n temporal en 1935 por el entonces estudiante, Viljo Revell.
El nuevo museo se inclina ante el pabell¨®n modernista. Como la pir¨¢mide que I. M. Pei levant¨® para el Louvre, tambi¨¦n este centro se anuncia solo con los tragaluces forrados de cer¨¢mica que siembran el suelo de una topograf¨ªa para juegos infantiles. El Lasipalatsi y el propio cine Rex forman ahora parte del museo: levantan, en realidad, su fachada sur. Y la gran sala de 2.200 metros cuadrados -en la que pueden verse, y sentirse, hasta mayo las cascadas del colectivo TeamLab- es un espacio subterr¨¢neo que, sin embargo, cuenta con luz natural. Son los tragaluces los que soportan la estructura de esa cubierta y permiten que la enorme sala est¨¦ libre de columnas. As¨ª, el nuevo centro se resiste a inscribirse en una ¨²nica categor¨ªa arquitect¨®nica al tiempo que busca conectar la modernidad de los a?os treinta con la vanguardia actual. A la vez, trata de reinventar las conexiones urbanas del centro de Helsinki: est¨¢ a un paso del Kiasma dise?ado por Steven Hall y de la inminente Biblioteca Central de Helsinki del estudio Ala -que los ciudadanos votaron para que se quedara en el centro de la ciudad-. El nuevo Amos Rex tiene adem¨¢s un contenido -la citada intervenci¨®n de TeamLab convivir¨¢ con la primera muestra antol¨®gica de Magritte en Finlandia- que evidencia tambi¨¦n una apuesta por educar y exponer desde la conciliaci¨®n. Desde la suma. Sin necesidad de oponerse a nada.
Eso es este edificio: un lazo de uni¨®n, ic¨®nico y flexible, una especie de vecino perfecto capaz de atender a todos los que le rodean sin que la cortes¨ªa le haga perder su propia voz. Seguramente por eso -y por la c¨¦ntrica ubicaci¨®n, que multiplica la experiencia cultural y arquitect¨®nica- este museo est¨¢ llamado a hacer pensar a otras ciudades. De un lado deja claro que el arte contempor¨¢neo no exige un contenedor neutro y anodino -como podr¨ªan sugerir algunas de las ¨²ltimas propuestas en este ¨¢mbito, empezando por el Garage de Koolhaas en Mosc¨²- Por otro, establece que los iconos no tienen porque ocupar un espacio demasiado visible y, sobre todo, no deben oponerse al contexto sino respetarlo y hasta destacarlo. Lo hace con su magn¨ªfica relaci¨®n con el Lasipalatsi, cuyas instalaciones el equipo de arquitectos ha sabido restaurar con mano fina y firme. Finalmente, el museo alza la voz a favor de una cultura global construida a partir de edificios arraigados, locales, dialogantes con el entorno y la cultura de la ciudad. Por eso, en una era en la que sobresalientes y tambi¨¦n mediocres edificios acogen franquicias del Louvre o del Pompidou, Finlandia inaugura su nuevo centro de arte contempor¨¢neo tras haber dicho no al Guggenheim y con el apoyo de la sociedad civil (el museo es privado). Amos Rex ofrece una intervenci¨®n rotunda pero no agresiva, una arquitectura ic¨®nica que adem¨¢s de hablar, sabe escuchar.
Babelia
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