Contra la pesadilla de ¡®Fahrenheit 451¡¯
La Biblioteca Nacional guarda todos los libros y aspira a acoger ¡°todos los manuscritos¡± y archivos, como los recientes de Jos¨¦ Hierro y Beatriz de Moura
La Biblioteca Nacional (BNE) es la residencia oficial de todos los libros que se editan en Espa?a desde hace 300 a?os. Grandes naves situadas en Alcal¨¢ de Henares (Madrid) hacen que ese sue?o que contradice la pesadilla de Fahrenheit 451, la novela de Bradbury en la que los libros est¨¢n prohibidos, sea realidad.
El espacio es finito; pero ¡°ah¨ª hay seis torres, y en marcha una s¨¦ptima¡±, dice Ana Santos, la directora de la entidad, que tiene su sede solemne en el Paseo de Recoletos de Madrid. Ahora se estrena aqu¨ª el legado que ha donado Beatriz de Moura (1939), fundadora y directora de la editorial Tusquets hace medio siglo, en proceso de catalogaci¨®n. El m¨¢s reciente, que lleg¨® esta semana, es el bagaje escrito, dibujado, pintado o dicho por el poeta Jos¨¦ Hierro (1922-2002), premio Cervantes en 1998.
Tanto la donaci¨®n de De Moura como este legado de Hierro ir¨¢n a la s¨¦ptima torre, que ya desaf¨ªa a Fahrenheit en la tierra donde naci¨® Cervantes. ¡°All¨ª estar¨¢n accesibles los cat¨¢logos, disponibles en un d¨ªa para quienes los pidan en papel. Y siempre en la web, mientras lo permitan las reglas del copyright¡±, dice Santos. La consulta presencial es cada vez menor. ¡°El a?o pasado hubo diez millones de descargas frente a los 200.000 pr¨¦stamos en salas¡±.
Hay seis torres de almac¨¦n y en marcha una s¨¦ptima en Alcal¨¢ de Henares
Ah¨ª est¨¢n compras o donaciones como la del m¨²sico Francisco Barbieri, en 1895 (un a?o despu¨¦s de su fallecimiento), o el legado que Margarita Hern¨¢ndez, viuda de Claudio Guill¨¦n, deposit¨® este mismo a?o. Claudio fue el hijo acad¨¦mico de quien fuera primer Cervantes, Jorge Guill¨¦n. El legado de su padre est¨¢ tambi¨¦n aqu¨ª.
La BNE paga, cuando as¨ª se acuerda, los tr¨¢mites, pero es un regalo. Y hay compras, como las recientes del legado del novelista Luis Goytisolo, el dramaturgo Miguel Romero Esteo o el historiador Claudio S¨¢nchez Albornoz. En el listado de manuscritos hist¨®ricos comprados destacan los de Leandro Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, Santiago Ram¨®n y Cajal, Manuel Aza?a, Rafael Alberti o Azor¨ªn.
El impulso para donar es tan diverso como los autores. Antonio Mu?oz Molina, el autor de Sefarad, que don¨® sus papeles en 2012, sinti¨® ese impulso cuando contempl¨® en EL PA?S una fotograf¨ªa en la que se ve¨ªa a Benito P¨¦rez Gald¨®s rodeado de sus papeles dispersos en su casa de Santander. ¡°Me doli¨® ese descuido y la evidencia de que los manuscritos que dieron origen a Fortunata y Jacinta est¨¦n en Harvard¡±.
Los manuscritos sirven para recrear el proceso de la escritura, dice el acad¨¦mico. A mano, ese pulso es m¨¢s evidente. ¡°Cuando te pones a escribir t¨², no sabes nada. Escribes en ordenador y todo parece hecho. A mano voy explorando, buscando, te produce la libertad de leer¡±. Y ¨¦l, al dejarlo todo a la Biblioteca Nacional, sinti¨® ¡°como que hac¨ªa limpieza, como quien se desprende de algo que tampoco es suyo¡±.
Mu?oz Molina don¨® sus papeles tras ver una foto de Gald¨®s rodeado de los suyos
?l estudi¨® con becas, como Alan Bennett, el autor brit¨¢nico que dej¨® lo suyo al dominio p¨²blico ¡°porque estudi¨® en Oxford gracias a las becas¡±. Es, dice Mu?oz Molina, ¡°un homenaje a lo p¨²blico¡±. Su colega Joan Margarit, que don¨® todos sus papeles a la BNE entre 2011 y 2014, se decidi¨®, dicen en la instituci¨®n, cuando le dijeron que aqu¨ª su legado iba a coincidir con el de Beato de Li¨¦bana. Y ¨¦l narra as¨ª su impulso: ¡°Desde el a?o 2008, que fue especial para m¨ª, gan¨¦ en Espa?a el Premio Nacional de Poes¨ªa y el Premi Nacional de Catalunya. Recib¨ª dos ofertas a la vez por mi legado: de la Boston University y de la BNE. Las acog¨ª con gran emoci¨®n y desde entonces fueron para la Biblioteca Nacional. Han sido tratados mis papeles y yo mismo con cuidado exquisito. Y estoy feliz de que est¨¦n ah¨ª, puesto que yo me siento apegado a mis poemas, pero no a los papeles en los que los he escrito. Estos est¨¢n muy bien donde est¨¢n¡±. Ellos se sumaron a donantes como Antonio S¨¢nchez Barbudo o Edgar Neville.
Entre los papeles de Mu?oz Molina y de Margarit hay documentos escolares, redacciones primitivas que adelantan lo que luego fue el estilo por el que se les reconoce. En el caso del poeta catal¨¢n, hay cuadernos de la infancia, cuando estudiaba en Rub¨ª (Barcelona) en el curso 1944-45. ¡°Mi maestro era el se?or Grimalt, un maestro al que le debo el o¨ªdo para la m¨¦trica. ?Le hubiera venido bien a Unamuno! Escrib¨ªa en la pizarra la palabra ¡®m¨¢quina¡¯, que deb¨ªamos cantar siempre con un acento en cada una de las vocales. Yo ten¨ªa siete a?os y ¨¦l me hizo el favor de mi vida¡±.
Hay muchos cuadernos, papeles, obra en progreso... disponibles para la curiosidad o el estudio. Como los muy cuidados (por ella y por la BNE) de Rosa Montero, que los entreg¨® en 2014. ¡°Solo he dado una parte de mi archivo, pero pienso entregarlo todo a la Biblioteca, ya que no tengo hijos. Es una idea que me produce emoci¨®n y orgullo. Me siento tremendamente agradecida a la Biblioteca por su inter¨¦s en conservar mis papeles. Es una idea reconfortante y conmovedora saber que esas libretas que tanto han significado en mi vida tendr¨¢n un espacio, un peque?o nido en una instituci¨®n tan maravillosa¡±.
Javier Docampo, el director del Departamento de Manuscritos e Incunables, y Mar¨ªa Jos¨¦ Rucio, jefa de este mismo servicio, son los responsables de esta delicada materia. Ana Santos cree que gracias a estos equipos se da el mejor amparo posible para que los papeles que preceden a los libros sean ¡°estudiados a la luz que arroja la BNE¡±. Fuera de los fogonazos sucesivos y tremendos de Fahrenheit.
¡°No presionamos a donantes ni vendedores¡±
?C¨®mo vienen a parar aqu¨ª los manuscritos? ¡°Por iniciativa privada, nosotros no presionamos ni a donantes ni a vendedores¡±, dice Ana Santos, directora de la Biblioteca Nacional (BNE). Con respecto a la posibilidad de que la BNE vaya a comprar, si es que se pone a la venta, el legado de la editorial Anagrama, que como Tusquets cumple medio siglo, ¡°no ha habido conversaci¨®n formal alguna; en todo caso, una conversaci¨®n telef¨®nica con Jordi Herralde por otro tema. ?l ha sido patrono de la BNE, tenemos una excelente relaci¨®n personal y no ha habido m¨¢s¡ ?l o cualquier posible donante deben sentir la libertad absoluta de elegir, con toda la tranquilidad del mundo, la instituci¨®n donde quieren que esa parte de su vida permanezca para generar nuevo conocimiento y nueva cultura. En la era de Internet, la posesi¨®n o la territorializaci¨®n es irrelevante. Lo importante es que est¨¦ a disposici¨®n de los investigadores¡±.
En los ¨²ltimos cinco a?os, la BNE ha comprado 11 archivos personales, por valor de 437.056 euros. Un total de 29 archivos personales han sido donados. Su valoraci¨®n es de 1.386.500 euros. ¡°El valor patrimonial y cultural es incalculable¡±, apunta Santos, que subraya tambi¨¦n nuevas aportaciones, como la de humoristas: Chumy Ch¨²mez, Peridis, Julio Cebri¨¢n, Forges¡ ahora, adem¨¢s, los autores entregan sus archivos de Internet. M¨¢s de 300 a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n, la BNE se sigue ofreciendo como la casa natural de los papeles escritos.
Babelia
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