Sitges homenajea a Pam Grier, el icono afroamericano incombustible
Reina del 'blaxploitation' y musa de Tarantino, la actriz habla de sus "orgasmos de siete horas", de los abusos sexuales que ha sufrido en su vida y de su larga carrera
Tan volc¨¢nica como verborreica, Pam Grier (Winston-Salem, Carolina del Norte, 1949) pasea feliz por Sitges para recibir la M¨¤quina de Temps, uno de los galardones de honor ¨Ceste a?o hay once¨C del certamen. La vida de Grier nunca fue f¨¢cil. Violada a los 6 y a los 18 a?os, logr¨® escabullirse de un tercer asalto a los 20. Estrella femenina del?blaxploitation -el cine violento y disfrut¨®n de los setenta destinado al p¨²blico afroamericano-, su nombre encabezaba los repartos de Coffy (1973), Foxy Brown (1974) o Sheba Shane (1975). Un par de d¨¦cadas m¨¢s tarde, en las que se dedic¨® a la televisi¨®n, varios cineastas que a su vez eran admiradores decidieron recuperarla. Entre ellos, Quentin Tarantino, que le regal¨® Jackie Brown (1997). Grier vive ahora en un rancho de caballos en Colorado, de ah¨ª su vestuario vaquero, y le gusta hablar de los viejos tiempos, tanto los malos como los buenos: en media hora de entrevista solo habr¨¢ lugar para cuatro preguntas.
Desde la primera cuesit¨®n, Grier ya habla de racismo y discriminaci¨®n sexual. "Siempre fue peor ser mujer que negra. En la Universidad quise estudiar Veterinaria y tuve que poner en los formularios de inscripci¨®n que era un hombre, porque si no, no me aceptaban. Al final me gradu¨¦ a los 65 a?os, y tengo 69. Mi t¨ªa quiso estudiar Arquitectura en los a?os veinte y la rechazaron. Por cierto, mi personaje de Foxy Brown est¨¢ inspirado en ella", cuenta.
"Ahora puedo tener orgasmos de siete horas, y cuando era joven lograba cinco en 20 minutos. La vida cambia"
En 2010 la actriz public¨® su autobiograf¨ªa Foxy: My Life in Three Acts, un libro a coraz¨®n abierto, en el que habla de sus trabajos, los abusos sexuales, sus amores y algunas situaciones vitales de las que hoy se r¨ªe, pero que en su momento fueron dolorosas. Cuando luchaba por abrirse camino en el cine, Grier sali¨® varios a?os con un jugador de baloncesto llamado Lew Alcindor, que promet¨ªa ser uno de los grandes. Alcindor abraz¨® el Islam, se cambi¨® de nombre por el de Kareem Abdul-Jabbar. Y el d¨ªa del cumplea?os de la actriz ¨¦l le hizo una proposici¨®n: o se convert¨ªa al Islam o a las dos de la tarde se casar¨ªa con otra mujer que si aceptaba este ultim¨¢tum. "?Me ves a m¨ª como una esclava, caminando detr¨¢s de ¨¦l? Mira, mi abuelo fue el primer feminista. Nos ense?¨® a todas las chicas a cazar y a pescar. ?De verdad que yo iba a ser la primera esposa de alguien con un har¨¦n? Me rompi¨® el coraz¨®n. Respeto otras creencias, pero yo creo en un compa?ero que me considere una igual. Y Kareem me dec¨ªa que ser¨ªa la primera esposa, como un honor, nunca la quinta. ?Qu¨¦ detalle!". Imposible parar a Grier. "Fui un icono, y pienso que no logras ese estatus menospreciando a las mujeres y a los ni?os". Por cierto, la autobiograf¨ªa est¨¢ en proceso de convertirse en pel¨ªcula. "En ello ando ahora".
Esa educaci¨®n igualitaria, considera, le empuj¨® a no denunciar la primera violaci¨®n que sufri¨®. "Mis t¨ªas y mi madre hubieran cazado a esos chicos, lo que habr¨ªa destruido mi familia. Decid¨ª callarme, salvar a los m¨ªos y convert¨ª aquella rabia en energ¨ªa. Con los papeles fuertes que interpret¨¦ exorcic¨¦ mi dolor interior. Aunque siempre queda algo". Rodando un episodio de Corrupci¨®n en Miami, un actor la inmoviliz¨® ¨Cexigencias del guion¨C y de repente su mente viaj¨® al pasado. "Tuve un ataque de p¨¢nico. Y no he vuelto a hacer una secuencia igual. En fin, durante a?os me sent¨ª sola. Y cuando empez¨® el movimiento #MeToo pens¨¦: '?D¨®nde estabais?'. Con todo, me alegro de que haya ocurrido. Y al p¨²blico le agradezco que me apoyara".
"Siempre fue peor ser mujer que negra. En la Universidad tuve que poner en los formularios que era un hombre, porque si no, no me aceptaban"
Tampoco tiene tapujos para valorar el Estados Unidos negro: "La cultura afroamericana no es monol¨ªtica. Hay conservadores, progresistas, jazz, rap... Y depende de tus gustos y de cu¨¢nto te involucres que te acepten o no. Hay mujeres afroamericanas m¨¢s c¨®modas en un club de golf blanco que en un concierto de hip-hop". Se enorgullece de su sangre "nigeriana, escocesa, irlandesa, portuguesa, espa?ola, india, todas con sus historias en mi interior". Y ahora lucha contra otra discriminaci¨®n: la edad. "En Estados Unidos ni te respetan ni te consideran sexi en cuanto te salen canas. ?Bromeas? ?No es sexi Helen Mirren? Ahora puedo tener orgasmos de siete horas, y cuando era joven lograba cinco en 20 minutos. La vida cambia. Y por eso estoy feliz con el legado que dejo".
Todav¨ªa le queda tiempo para que Grier disfrute contando historias de su carrera: desde el estrellato en el blaxploitation,?a su falta de complejos al aparecer desnuda en un escenario delante de 350 espectadores o c¨®mo John Carpenter, al que aprecia, le pidi¨® que encarnara a un criminal transexual en 2013: Rescate en L. A. "Ten¨ªa que interpretar a un hombre que quiere ser mujer. Me encant¨® la propuesta. Me dej¨¦ crecer el bigote, me maquillaron estilo Ru Paul... Pero me preguntaba: ?c¨®mo me voy a sentir como un hombre si me visto de mujer? Me met¨ª un calcet¨ªn en la entrepierna, y aquello no cuadraba, como si no tuviese test¨ªculos. Cog¨ª un calabac¨ªn de mi cocina, lo introduje en el calcet¨ªn, me lo puse bajo los pantalones... Y funcion¨®, vaya si funcion¨®. A Carpenter casi le da un ataque al coraz¨®n por la risa que le entr¨®, y un t¨ªo me dijo que era un machote que se parec¨ªa a Pam Grier". ?Qu¨¦ le ha motivado en su carrera? "La humanidad de los guiones que eleg¨ªa. Y siempre estuve atenta a ver si llegaba un proyecto maravilloso. Tienes que estar preparada porque solo ocurre cuatro o cinco veces en la vida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.