Ismael Serrano: el hombre maduro o el super¨¢vit de lucidez
El madrile?o celebra su vig¨¦simo aniversario en los escenarios con una avalancha de c¨®mplices para un discurso menos solemne y de vigencia renovada
Hace bien Ismael Serrano en sacar pecho, qu¨¦ demonios. Porque puede y porque, despu¨¦s de 21 a?itos en la brecha, le asiste todo el derecho al orgullo, a la reivindicaci¨®n. En un momento en el que algunos a¨²n insisten en caricaturizar la canci¨®n de autor como un g¨¦nero suministrador de monsergas, el vallecano coloc¨® anoche encima de la mesa un argumento dif¨ªcil de refutar, su segundo llenazo de 2018 en el WiZink madrile?o. Habr¨¢ quien considere anacr¨®nico cantarle a las angustias del coraz¨®n y las tribulaciones de la conciencia, pero sentar a 6.000 personas por noche frente a un repertorio tan extenso (e intenso) tiene m¨¦rito grande. El de un hombre que con los a?os quiz¨¢ haya perdido popularidad, pero ganado en perspectiva. Y que se observa a s¨ª mismo con menos solemnidad y, por eso mismo, con super¨¢vit de lucidez.
Serrano se sigue tomando en serio, lo primero que hemos de exigirle a un artista, pero ahora deja asomar tambi¨¦n la sonrisa, la sorna, incluso la autoparodia. Por eso explicit¨® su agradecimiento a las parejas que, ¡°en un momento de inconsciencia¡±, pronunciaron en casa la frase m¨¢gica: ¡°Yo te acompa?o, amor m¨ªo¡±. Y, a modo de paliativo, se comprometi¨® a ¡°hacer m¨¢s llevadero el suplicio¡± con un generoso e irreprochable plantel de invitados. Llevadero, que no liviano: las tres horas cumplidas de espect¨¢culo aportar¨ªan munici¨®n al autor de aquel chiste malicioso seg¨²n el cual ¡°si te metes un disco de Ismael Serrano en el bolsillo se te duerme la pierna¡±.
Un men¨² contra los detractores
Los detractores son, por naturaleza, irreductibles, pero Serrano agasaja a sus partidarios con un men¨² copioso, el discurso prolijo y un encomiable empe?o de teatralidad. Ismael ha aprendido a sacralizar el escenario, a concebir la exposici¨®n p¨²blica como un acontecimiento de relevancia alta. Luce chaleco y corbata de las grandes ocasiones, despliega una escenograf¨ªa de sal¨®n acogedor, dispone a los seis m¨²sicos sobre una plataforma a tres metros de altura, no transige con la ley del m¨ªnimo esfuerzo. Te gustar¨¢ mucho o solo regular, porque los ara?azos siempre corren suerte dispar a la hora de expandirse, pero a aquel muchacho que se estrenara, imberbe, con Atrapados en azul no se le pueden negar ni el discurso sensato ni la coherencia irrenunciable.
Serrano se sigue tomando en serio, lo primero que hemos de exigirle a un artista, pero ahora deja asomar tambi¨¦n la sonrisa
?Los mejores discos son siempre los primeros?, se preguntaba Serrano con toda la carga de profundidad, acaso escocido porque Pap¨¢, cu¨¦ntame otra vez o ?ltimamente (esta, con transfusi¨®n brasile?a) sigan siendo sus piezas m¨¢s coreadas. ¡°A lo mejor echamos de menos a quienes ¨¦ramos nosotros entonces¡±, argument¨®. Es probable que le asista la raz¨®n y sus p¨¢ginas m¨¢s recientes hayan ganado en matiz y riqueza, pero el mero hecho de que suscite tantas evocaciones particulares implica que se ha erigido en banda sonora para muchas vidas. No es m¨¦rito peque?o; como poco, es orgullo de largo alcance.
Puede seguir faltando una mayor diversidad mel¨®dica y, sobre todo, r¨ªtmica, porque el Ismael de l¨¢piz en ristre tiende a enrocarse en el tiempo medio, en el ritmo amortiguado. Y anoche fall¨® en buena medida la ecualizaci¨®n de la bater¨ªa, que sonaba cruda, emborronada, inc¨®moda. Pero hab¨ªa en la torrencial sucesi¨®n de invitados un amplio argumentario para las fascinaciones. Desde los c¨®mplices m¨¢s pr¨®ximos e involucrados (Pedro Guerra, V¨ªctor Manuel, Javier Bergia, las notas agudas de Andr¨¦s Su¨¢rez) a las sorpresas ineludibles (Miguel R¨ªos, generosidad septuagenaria) o el oficio transversal de Pasi¨®n Vega.
Te gustar¨¢ mucho o solo regular pero a aquel muchacho que se estrenara, imberbe, con Atrapados en azul no se le pueden negar ni el discurso sensato ni la coherencia irrenunciable
S¨ªlvia P¨¦rez Cruz, siempre en el filo entre la emoci¨®n y la desmesura, colore¨® la ranchera Mi problema, pero la mayor inyecci¨®n de adrenalina la aportaron quiz¨¢s los burgaleses tradicionales Fet¨¦n Fet¨¦n y el televisivo ?lvaro Morte con su alborotada lectura de Bella Ciao, el mismo himno que tambi¨¦n acaba de revitalizar Tom Waits. Una subversi¨®n necesaria, por los nubarrones que puedan avecinarse.
Lo mejor es que se multiplican los motivos para seguir cantando, luchando, plantando cara. ¡°No sucumban al desaliento. No pasar¨¢n¡±, resumi¨® Ismael, a modo de soflama, antes de emplazarnos a compartir camino durante los pr¨®ximos veinte a?os. Ojal¨¢, que dir¨ªa su adorado Silvio. 2038 es el reto. Produce v¨¦rtigo, como la canci¨®n, pero ser¨¢ cosa de afrontarlo.
Babelia
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