Maurizio Cattelan: ¡°Soy artista porque no era bueno como falsificador¡±
El pol¨¦mico creador italiano regresa con el comisariado de una muestra en China
La ¨²ltima vez que supimos de Maurizio Cattelan estaba instalando un retrete de oro de 18 quilates en uno de los servicios del museo Guggenheim de Nueva York (Am¨¦rica, un a?o de exposici¨®n y necesidades: hasta 100.000 personas pudieron usarlo, antes de que la comisaria de la instituci¨®n, Nancy Spector, lo ofreciera a la Casa Blanca para disfrute de Trump). Era septiembre de 2016 y parec¨ªa que el artista italiano hubiera abandonado su temprano retiro para respirar el enrarecido aire de su tiempo y re¨ªrse, de nuevo, en la cara del poder. Curioso que ahora que vuelve a aparecer lo haga coqueteando con ¨¦l, convertido para la ocasi¨®n en comisario de la muestra que se inaugura el martes 10 en el Yuz Museum de Shang¨¢i, bajo los auspicios de una firma de moda de lujo.
¡°Despu¨¦s de tantos a?os, he llegado a la conclusi¨®n de puedo encajar en cualquier etiqueta, en tanto que cambio y me cuestiono cada d¨ªa. La esencia de las cosas est¨¢ en lo que haces con ellas y, en ese sentido, es una cuesti¨®n de roles¡±, concede a prop¨®sito de su papel en The Artist Is Present (El artista est¨¢ presente), la exposici¨®n/misi¨®n que le ha encomendado Alessandro Michele, director creativo de Gucci. ¡°Si consigo profundizar, si el espect¨¢culo tiene un impacto, te hace sentir inc¨®modo y te permite cambiar de perspectiva, entonces lo habr¨¦ interpretado con ¨¦xito¡±.
Cattelan se ha encargado tanto de poner en escena la muestra como de seleccionar las obras de la treintena de artistas internacionales que la conforman. Siendo su art¨ªfice, no se atreve a calificarla de otro modo que no sea ¡°una colectiva¡±, aunque tampoco cierra puertas a segundas lecturas. Por ejemplo, que en realidad se trata de otra de sus performances y, por eso mismo, su primer gran show en solitario en China. ¡°Cuando me propusieron la idea, solo me dijeron dos palabras: Shang¨¢i y copias. Por supuesto, hay muchas razones estrat¨¦gicas en esta elecci¨®n. Pero, al mismo tiempo, se han atrevido a asignarme semejante misi¨®n. Y se me ha dado total libertad¡±, explica.
En su empe?o por evidenciar la simulaci¨®n y la r¨¦plica como paradigma de la cultural global, The Artist Is Present osa poner sobre la mesa la patata caliente de la apropiaci¨®n, la copia y hasta la falsificaci¨®n. Y lo hace desde su propio t¨ªtulo, prestado del de aquella performance de Marina Abramovic en el MoMa neoyorquino, en 2010 (incluso el cartel de la muestra recrea el de la artista serbia). ¡°La elecci¨®n del t¨ªtulo siempre me resulta dif¨ªcil: es el toque final que le da la dosis justa de ambig¨¹edad al trabajo, asegurando que nadie pueda leerlo de forma literal. Claro que no es un juego que suela ganar...¡±, declara a EL PA?S.
El debate, por supuesto, no es nuevo: la copia como noble acto de creaci¨®n ¡ªcon id¨¦ntico valor al del original¡ª frente a la f¨®rmula art¨ªstica acomodaticia ¡ªy cuestionable en t¨¦rminos legales¡ª. ¡°Antes, la copia se ten¨ªa por una declaraci¨®n de amor puro. La cultura de la recreaci¨®n forma parte de un contexto que no tiene que ver con las formas de discontinuidad revolucionarias, como tampoco se identifica con un antes o un despu¨¦s, sino con un hoy que no es otra cosa que un ayer reprocesado, transformado. Hemos abdicado de esta visi¨®n en favor de una cultura en la que la propiedad y el copyrightson la esencia de una sociedad capitalista¡±, arguye el artista-comisario. ¡°Pero todo eso est¨¢ cambiando, puedes sentirlo bajo tu pulgar cada vez que haces clic en el icono de compartir¡±. He ah¨ª el punto de partida de la exposici¨®n.
Actitud esc¨¦ptica
Aclamado como el gran burlador del arte conceptual contempor¨¢neo, alumno aventajado que Duchamp nunca tuvo, autor cotizado de una obra que siempre ha cuestionado el estatu quo, el poder y la autor¨ªa ¡ªtambi¨¦n la suya¡ª, Cattelan (Padua, Italia, 1960) retoma su cometido de buf¨®n, exponiendo la cruda realidad a trav¨¦s de la s¨¢tira. ¡°Nos enga?amos otorgando significado a objetos e im¨¢genes, como si as¨ª pudi¨¦ramos controlarlos. La ¨²nica verdad es que siempre estaremos condicionados por la cultura en la que hemos nacido y crecido. Todos deber¨ªamos adoptar una actitud esc¨¦ptica ante nuestros impulsos creativos¡±, dice, antes de rematar a carcajadas: ¡°Yo, honestamente, si decid¨ª ser artista es porque no era lo suficientemente bueno como falsificador¡±.
La paradoja, sin embargo, surge aqu¨ª inevitable: un autoproclamado ¡°obrero del arte¡±, con una narrativa que abraza la apropiaci¨®n, uniendo fuerzas con una marca de moda que maneja los mismos c¨®digos, mientras los codiciosos mercados del arte y el lujo persiguen esas copias y falsificaciones que tantos millones les cuestan. ¡°S¨ª, el arte es s¨ªmbolo de estatus, pero eso no quiere decir que haya perdido su aura: las ideas que florecen en ¨¦l siguen siendo gratis y para todos¡±, zanja el autor de Southern Suppliers FC, aquella perfomance de 1991 que un¨ªa f¨²tbol e inmigraci¨®n, de repente convertida en la pieza que mejor explica la sociedad actual de todo su corpus creativo.
¡°Si reduces la expresi¨®n art¨ªstica a un mensaje pol¨ªtico, lo ¨²nico que consigues es empobrecerla. Para m¨ª, lo naturalmente pol¨ªtico es pensar y trabajar desde el arte. Muchas de las obras que se perciben como pol¨ªticas terminan siendo did¨¢cticas y obvias, como darle una patada a una puerta abierta¡±, concluye. ¡°Dicho esto, ojal¨¢ hubiera podido hacer de Southern Supplers FC una instalaci¨®n permanente en Italia. Claro que los participantes tendr¨ªan que ir cambiando cada vez que uno de ellos consiguiera el permiso de residencia, siendo reemplazados por nuevos inmigrantes. Y, por descontado, invitar¨ªa a Matteo Salvini a disputar un partido¡±.
Babelia
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