En el coraz¨®n maternal
Celia Rico Clavellino ha debutado en el largometraje con una de las grandes pel¨ªculas espa?olas del a?o, 'Viaje al cuarto de una madre'
Celia Rico Clavellino (Sevilla, 1982) ha husmeado, primero, y ahondado, despu¨¦s, en sus or¨ªgenes, en su familia y en su pueblo -Constantina (Sevilla)- para levantar su primera pel¨ªcula, Viaje al cuarto de una madre, que prolonga algunos de los temas que ya aparec¨ªan su corto Luisa no est¨¢ en casa (2012). Ha encerrado en una casa a una madre (Lola Due?as) y a una hija (Anna Castillo), que se necesitan tanto como se repelen, que deben de encarar el final de un cap¨ªtulo de su vida para entrar en el siguiente -cada una por razones distintas. "He rodado una pel¨ªcula en mi zona de confort", asegura, aunque a la vez se ha puesto en el disparadero. "Cuando decid¨ª que iba a rodar en mi pueblo solo me motivaba un impulso: que mi madre, que es costurera, ense?ara a coser a Lola. Y eso nos obligaba a ir a la habitaci¨®n de mi madre y por tanto a instalarnos todos all¨ª. Y por eso acab¨¦ viviendo en casa de mis padres -y por tanto conviviendo con ellos- en el proceso de realizaci¨®n de la pel¨ªcula. En el fondo, me he dado cuenta m¨¢s tarde, yo quer¨ªa fusionar mi vida con el cine", y sonr¨ªe.
Puede que la cineasta quisiera hacer "una pel¨ªcula m¨¢s artesanal", como asegura, pero se complic¨® la vida: "Ahora lo veo claro, aunque en el rodaje no me di cuenta de la carga emocional que me pon¨ªa. Y de falta de tranquilidad, porque todo el pueblo ansiaba con que llevara el rodaje hasta all¨ª y yo en cambio perd¨ª cierto espacio para encerrarme y pensar. En fin, ha merecido la pena, porque la pel¨ªcula est¨¢ escrita desde un lugar tan ¨ªntimo que era obligatorio que invitara al equipo a sentarse en la mesa de mis padres y supieran desde donde yo escribo la pel¨ªcula. La conexi¨®n entre ambos grupos hizo que fluyera m¨¢s la comprensi¨®n de lo que quer¨ªamos contar", recuerda. Para al final, que aparezca muy poco Constantina, y encima en invierno, rehuyendo cualquier t¨®pico de calor andaluz o de bonitas casas blancas.
Celia Rico Clavellino marca claramente en dos partes la narraci¨®n. Primero coger¨¢ vuelo la hija, despu¨¦s, la madre: "Eso estaba en la escritura, porque para m¨ª fue lo m¨¢s complicado. Si en la primera parte el punto de vista es m¨¢s de la hija, y el segundo es el de la madre, el espectador tiene que mantenerse en un fr¨¢gil equilibrio entre las dos, incluso a la vez con ambas. Si se desconecta de una, perdemos la pel¨ªcula. Por eso, cada secuencia contada desde el punto de vista de una tiene que ver con algo que le est¨¢ pasando a la otra, y viceversa". Ese acertado truco redaccional obliga a un tour de force amistoso entre Due?as y Castillo: la trama la construyen entre ambas y ni siquiera cuando se quedan solas ante la c¨¢mara pueden olvidarse de la otra. "Fue muy calculado, y por eso emocionalmente en ninguna secuencia est¨¢n solas. Si la hija est¨¢ planchando en la f¨¢brica, eso tiene relaci¨®n con la madre; si la madre est¨¢ haciendo su cama, mira a trav¨¦s de la puerta la cama de la hija".
Viaje al cuarto de una madre, que ya est¨¢ en salas, no es un drama social. Sin embargo, su directora cada vez que saca la c¨¢mara a la calle, retrata la realidad actual espa?ola. "Cierto, porque aunque convivan en este confinamiento en el que han construido su universo, est¨¢ el otro universo, y es el exterior. M¨¢s que retratarlo ah¨ª afuera, quer¨ªa que entrara en la casa y agarrarlo ah¨ª", comenta. "Por ejemplo, esa pincelada de los j¨®venes que emigran para ganarse la vida; otra est¨¢ en el retrato de una generaci¨®n que se ha dedicado a una profesi¨®n mal pagada, y este detalle yo he luchado porque no fuera la semilla de otro drama social m¨¢s; es decir, que son cosas que pasan. Cuando hablo del mundo de la costura, lo hago desde dentro porque he visto a mi madre coser desde que yo era peque?a, he vivido a?os con el ruido de su m¨¢quina de fondo. Me gusta dignificar estas profesionales artesanales e incluso creativas. Mi pasi¨®n por imaginar viene de observar la vocaci¨®n de mi madre por la costura. No me imagino nada m¨¢s creativo que coger una tela y convertirla en un vestido".
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