La inteligencia artificial le planta cara al arte

El colectivo Obvious no tiene ning¨²n recorrido en el arte. Hasta hace pocas horas, nadie conoc¨ªa los nombres de sus integrantes, Hugo Caselles-Dupr¨¦, Pierre Fautrel y Gauthier Vernier, tres j¨®venes franceses de 25 a?os que se conocieron en un instituto de Rueil-Malmaison, suburbio residencial al oeste de Par¨ªs. Pero los tres forman, desde el jueves, parte de la historia del arte, como autores de la primera obra realizada a partir de la inteligencia artificial que es adjudicada en una subasta. La sede neoyorquina de Christie¡¯s vendi¨® uno de sus cuadros, Portrait d¡¯?douard Belamy (2018), por 432.500 d¨®lares (380.000 euros), entre 40 y 60 veces por encima de su estimaci¨®n inicial, situada entre 7.000 y 10.000 d¨®lares (entre 6.000 y 8.800 euros). El nombre del comprador no ha trascendido, pero fue la segunda mejor venta de una subasta donde hab¨ªa obras de Banksy o Jeff Koons. Solo super¨® su plusmarca una serie de serigraf¨ªas de la etapa tard¨ªa de Warhol, que fue vendida por 780.500 d¨®lares (685.000 euros).

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¡°Empezamos a trabajar en el cuadro hace nueve meses, cuando encontramos una serie de algoritmos que nos sorprendieron por sus posibilidades. Nos pareci¨® que crear una obra de arte era la mejor manera de demostrar de qu¨¦ es capaz un algoritmo¡±, relataba Vernier a pocas horas de la subasta. Pese a no tener formaci¨®n art¨ªstica, los integrantes de Obvious se interesaron por la cuesti¨®n mientras trabajaban en la programaci¨®n de una aplicaci¨®n para coleccionistas, que recomendaba obras a partir de las preferencias anteriores del usuario. El cuadro subastado requiri¨® entre cuatro y seis meses de programaci¨®n. ¡°Pero, una vez tuvimos un c¨®digo operacional, el cuadro qued¨® pintado en solo 24 horas¡±, a?ade Vernier. La obra fue creada a partir de los llamados GANs ¨Co generative adversarial networks, redes generativas antag¨®nicas¨C, a trav¨¦s de un sistema de dos algoritmos alimentados con 15.000 retratos cl¨¢sicos, pintados entre el siglo XIV y el XX.

El colectivo decidi¨® crear una serie de once retratos de una familia ficticia de un tiempo pasado, los Belamy, traducci¨®n libre al franc¨¦s del apellido del creador del algoritmo en 2014, Ian Goodfellow. Una de ellas fue vendida en abril al coleccionista franc¨¦s Nicolas Laugero Lasserre, poseedor de una gran colecci¨®n de street art, por 10.000 euros. Pero, igual que los artistas inscritos en una pr¨¢ctica m¨¢s tradicional, Obvious no han escapado a las acusaciones de plagio. Otro artista, Robbie Barrat, ya utiliz¨® el mismo c¨®digo para crear obras de arte. El colectivo admite haber usado ese c¨®digo, aunque modific¨¢ndolo. Pese a todo, en un comunicado difundido despu¨¦s de la subasta, sus tres integrantes admitieron que Barrat hab¨ªa sido ¡°una gran influencia¡±.

Con el algoritmo entrenado, la tentaci¨®n m¨¢s lucrativa consiste en hacer copias en cadena. ¡°Pero no queremos hacerlo, porque perder¨ªa su valor. Queremos hacer obras ¨²nicas y de gran valor, susceptibles de interesar al mundo del arte, que no sean simples copias¡±, afirma Vernier. El programador compara la pol¨¦mica suscitada por la inteligencia artificial con la aparici¨®n de las primeras fotograf¨ªas a mediados del siglo XIX. Entonces tambi¨¦n se denunci¨® que el resultado era borroso, que sus autores no eran artistas de verdad y que el invento iba a destruir la creaci¨®n en may¨²sculas. ¡°Interesamos a compradores que se hacen una pregunta filos¨®fica: ?es capaz una m¨¢quina de crear igual que lo har¨ªa un hombre?¡±, dice Vernier. La respuesta qued¨® en el aire.