Lucia Berlin, contra lo normal
En los relatos de ¡®Una noche en el para¨ªso¡¯, la autora estadounidense fractura el canon opresor de las mujeres, los fetiches del h¨¦roe, amor rom¨¢ntico, conyugalidad ejemplar
Mi madre escrib¨ªa historias verdaderas; no necesariamente autobiogr¨¢ficas, pero por poco. (¡) Lucia dec¨ªa que eso no importaba: la historia es lo que cuenta¡±. As¨ª acaba Mark Berlin, el hijo de la escritora, el pr¨®logo de este volumen. Tiene raz¨®n: si leemos los cuentos de Una noche en el para¨ªso y los cotejamos con el apunte biogr¨¢fico sobre Lucia Berlin, nos damos cuenta de que estas historias se cosen en una extensa narraci¨®n autobiogr¨¢fica. Madres alcoh¨®licas mantienen impecable la cocina; los maridos abandonan a sus esposas y otros maridos, m¨²sicos de jazz, se pinchan hero¨ªna; mujeres sin pareja estable limpian casas, ejercen de profesoras y se rehacen para sacar adelante a unos hijos que las conocen y no las culpan: Berlin forja una mirada, escondi¨¦ndose y mostr¨¢ndose simult¨¢neamente, y fundiendo los hitos de su experiencia con m¨¢scaras, heter¨®nimos, personajes-Frankenstein, voces en primera y tercera persona.
Habla de gente fuera de sitio, de la apisonadora disfuncionalidad de lo normal y de la normalidad de los v¨ªnculos socialmente calificados de disfuncionales. En la b¨²squeda de su mirada femenina, Berlin rompe, con suavidad y m¨¦todo, cada uno de los discursos que configuran un canon de normalidad especialmente opresivo para las mujeres solas. Fractura los fetiches del h¨¦roe, el amor rom¨¢ntico, infancia, patria, religi¨®n y conyugalidad ejemplar¡ Frente al modelo electrodom¨¦stico de una intimidad femenina encantadora, pintada con los colores de la publicidad de los a?os cincuenta, Berlin desvela lo que Doris Day ocultaba bajo su rosado pijama: mujeres que beben porque las han mentido desde que eran ni?as, no saben estar solas y, como tercas Bovarys, se creen los folletines que poco a poco las matan; algunas se ausentan de la vida, otras se suben a un tejado, se hacen amigas de las exesposas de sus exmaridos, resoplan y se rehacen. Los retratos psicol¨®gicos se producen en contextos hist¨®ricos significativos: en ¡®Andado¡¯, una oligarqu¨ªa aut¨®ctona conspira con hombres de negocios, camuflados agentes de la CIA, para cambiar el rumbo de Chile. Estas cosas no se le escapan a Lucia Berlin en la sucesi¨®n de diapositivas familiares que se manipulan h¨¢bilmente en Una noche en el para¨ªso.
Sobresalen algunos relatos: en ¡®Los joyeros musicales¡¯, dos ni?as, ¡°vestidas con las blusas de gasa de sus madres¡±, se creen list¨ªsimas y son enga?adas. Lo encantador se va oscureciendo y las ni?as traspasan la frontera de su inocencia deambulando por muchas fronteras m¨¢s: la que separa los barrios ricos de los pobres, El Paso de Ju¨¢rez, el ingl¨¦s del espa?ol. Berlin trabaja con el concepto de frontera porque en el cruce y la transgresi¨®n del l¨ªmite surge el conflicto, el crecimiento, la destrucci¨®n y los aprendizajes. En ¡®Luna nueva¡¯, la escritora utiliza un estilo literario preciosista que solapa las im¨¢genes del agua, la muerte, la memoria borrada, el miedo y la necesidad del tacto ajeno para acercarse a la liberaci¨®n que se experimenta con la muerte de los seres queridos. O con la mentira. La naturaleza es conciencia vital, aunque se retrate de noche.
¡®La casa de adobe con tejado de chapa¡¯ presenta a una familia: el padre toca jazz, los ni?os crecen y la madre se atosiga lentamente; me pregunto si en alg¨²n momento, como suele suceder con las narraciones de Berlin, se encender¨¢ la luz, pero solo descubro fabulosas p¨¢ginas plagadas de ratones, cachorros atropellados, un tono elegiaco en el que se echa de menos todo lo que antes se echaba de m¨¢s. El lenguaje s¨®rdido de este cuento completa la pluralidad de estilos y registros, los disfraces, con los que Berlin se arropa y se desnuda: el di¨¢logo teatral y humor¨ªstico de ¡®Las exesposas¡¯ o las fascinantes transparencias de ¡®Una noche en el para¨ªso¡¯, un cuento en el que se producen acontecimientos simult¨¢neos en distintos niveles del texto ¡ªa profundidades distintas¡ª y, a partir de las an¨¦cdotas faranduleras del rodaje de La noche de la iguana, se aborda el asunto del rasero para medir la libertad sexual de hombres y mujeres. Las mujeres que viajan solas merecen que las roben y maltraten.
Con la ant¨ªtesis entre vividor y hembra mancillada, Berlin se anticipa a esa cultura de la violaci¨®n enraizada incluso en el ojo de los hombres buenos. Como el barman sobre el que esta historia se focaliza entre el tumulto de los amores de Ava Gardner y las risas de Richard Burton y Liz Taylor, que ¡°simplemente estaban en lo que estaban: juntos, en el lugar, en la vida¡±. Hay algo fundacional en esa frase que ata?e a la escritura de Lucia Berlin. A la vez Liz Taylor se convierte en personaje de una autora cuya fisonom¨ªa podr¨ªa fundirse con la de Liz Taylor. Espejos. Mujeres bellas prejuzgadas como fr¨ªvolas. O tontas. Bebedoras con problemas de salud que resisten para no ser juguetes rotos. Realidades y representaciones berlinianas en las que Berlin se mira.
¡°No hay una sola cortina en las ventanas¡± se lee en ¡®Mi vida es un libro abierto¡¯. Quiz¨¢ esta observaci¨®n sea una met¨¢fora de c¨®mo la literatura no puede camuflar la propia vida, aunque la historia es lo que cuenta, en ¨²ltimo t¨¦rmino. En el tino, m¨¢s all¨¢ de gestos naturales o espont¨¢neos, con que se representan las realidades radica la posibilidad de que las ficciones sean verdaderas. Ese ejercicio, ni m¨¢gico ni religioso, de transustanciaci¨®n ¡ªde la carne a la palabra y de la palabra a la carne de quienes leemos¡ª hace de Lucia Berlin una escritora generosa, consciente e inteligent¨ªsima.
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Autor: Luc¨ªa Berlin.
Editorial: Alfaguara (2018).
Formato: tapa blanda y versi¨®n e-book (288 p¨¢ginas).
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