China se ha puesto de pie
Un ensayo de Julio Aramberri concluye que la eventual democratizaci¨®n anunciada por muchos para el gigante asi¨¢tico parece improbable
De ser un continente remoto y desconocido para los m¨¢s de los espa?oles, China se ha convertido en las ¨²ltimas d¨¦cadas en algo familiar y consuetudinario para muchos de ellos. Aunque las estad¨ªsticas no son muy fiables, habida cuenta de la entrada de inmigrantes irregulares, podemos suponer que hay m¨¢s de 300.000 chinos viviendo en nuestro pa¨ªs, y que nos visitan muchos de los 100 millones de turistas de esa nacionalidad que salen al extranjero cada a?o. Un paseo por cualquiera de los establecimientos de moda en nuestras ciudades sirve para comprobar emp¨ªricamente la abrumadora presencia de clientes chinos en los comercios, sobre todo en los de lujo, atendidos por compatriotas suyos de segunda y aun tercera generaci¨®n, nacidos y nacionalizados espa?oles. Su biling¨¹ismo convive con una integraci¨®n absoluta en nuestras costumbres sociales sin desmerecer el respeto por las tradiciones del pa¨ªs de Confucio. Hay desde hace a?os ciudadanos de origen chino candidatos a las elecciones municipales, existen diversas publicaciones peri¨®dicas editadas en Espa?a destinadas a su comunidad y es cada vez m¨¢s abrumadora la presencia de sus estudiantes en muchas de nuestras universidades. Pese a estas circunstancias y al hecho de que China se ha convertido en el principal competidor tecnol¨®gico y econ¨®mico de Estados Unidos, no es muy abundante la producci¨®n ensay¨ªstica, y ni siquiera la informaci¨®n en los medios, sobre una sociedad en la que vive el 20% de la poblaci¨®n mundial y que aspira a constituirse en uno de los l¨ªderes, si no el principal de ellos, de la globalizaci¨®n.
Xi Jinping ha seguido el ejemplo de Putin en Rusia y ha logrado acumular tanto o m¨¢s poder que el propio Mao Zedong
Por eso es de agradecer la publicaci¨®n de La China de Xi Jinping, libro en el que Julio Aramberri trata de descubrirnos algunas de las claves de la evoluci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs. Aramberri fue un luchador temprano contra el r¨¦gimen franquista desde sus a?os de estudiante en la Complutense. Traductor de Mandel al castellano, profesor durante a?os en la Universidad norteamericana, acab¨® impartiendo clases durante dos lustros en la China contempor¨¢nea, gracias a una carambola existencial que ¨¦l mismo narra en el pr¨®logo de la obra. Eso le ha permitido asumir un conocimiento casi exhaustivo de los intr¨ªngulis y pormenores de la evoluci¨®n pol¨ªtica del pa¨ªs desde el incipiente mandato de Mao. Su descripci¨®n, repleta de datos y an¨¢lisis documentales, le lleva a elaborar una tesis, a su ver irreductible: la eventual democratizaci¨®n anunciada por muchos, fruto de la extensi¨®n de la econom¨ªa de mercado y de la apertura a Occidente que los chinos han llevado a cabo en las ¨²ltimas d¨¦cadas, parece improbable. Aunque en cierta medida el autor deja espacio para el debate al respecto y permite incluso intuir que no es imposible del todo, pero s¨ª harto dif¨ªcil.
Aramberri describe de forma detallada la evoluci¨®n del r¨¦gimen desde la muerte del Gran Timonel hasta nuestros d¨ªas y realiza una cr¨ªtica severa y provocadora de los entusiasmos que las perspectivas futuras del pa¨ªs despiertan entre empresarios e intelectuales occidentales. Todo, claro est¨¢, a partir de las reformas emprendidas por Deng Xiaoping a finales de la d¨¦cada de los setenta. Yo acompa?¨¦, junto con otros periodistas espa?oles, al rey Juan Carlos en su viaje a Pek¨ªn en 1978, y pudimos compartir muchas horas de confidencias y comentarios sobre el contenido de sus conversaciones con aquel hombrecillo de escaso metro cincuenta de altura que cambi¨® el devenir hist¨®rico de su pa¨ªs. En aquella ¨¦poca, ¨¦l y su equipo parec¨ªan convencidos de que se acercaba el estallido de una nueva guerra mundial, y acusaban de instigarla a las pol¨ªticas imperialistas del Kremlin. Rusia ha sido una obsesi¨®n permanente para los chinos, al menos desde la fundaci¨®n de su Partido Comunista en 1921. En el libro que comentamos se pone de relieve la preocupaci¨®n que en los ¨²ltimos a?os han padecido porque pudiera producirse entre ellos un fen¨®meno parecido al de la era Gorbachov, cuando la perestroika y la gl¨¢snost, experimentos aperturistas desde el poder, acabaron en la fragmentaci¨®n del antiguo imperio sovi¨¦tico. Para evitarlo, piensan que el mejor ant¨ªdoto es el mantenimiento de un Partido Comunista s¨®lido y disciplinado, dictador de todas las decisiones fundamentales que ata?en a la convivencia. Frente a los optimistas, entre los que me encuentro, que contemplaron la era de Deng Xiaoping como la aurora de una liberaci¨®n, Aramberri pone de relieve la continuidad de las pol¨ªticas de dureza del r¨¦gimen, la responsabilidad del m¨ªtico l¨ªder en la brutal represi¨®n tras las manifestaciones en la plaza de Tiananmen y la incontrovertible decisi¨®n del propio Deng de fortalecer al partido como ¨¢rbitro superior de todas las decisiones pol¨ªticas y econ¨®micas.
Este poder casi total del Partido Comunista, que conocen bien los inversores y comerciantes extranjeros que operan en el pa¨ªs, es apenas bien entendido por muchos analistas pol¨ªticos. Pero se encuentra en el eje de la discusi¨®n. Para numerosos acad¨¦micos y polit¨®logos occidentales, la apertura al sistema capitalista, que Aramberri define con acierto como un capitalismo de Estado, o un capitalismo de rojos, acabar¨¢ fragmentando la sociedad y desembocando en un r¨¦gimen de corte liberal. Esta es una amenaza para la oligarqu¨ªa integrada por los gerentes de las principales empresas p¨²blicas, muchas veces deficitarias, pero controladoras de todos los sectores estrat¨¦gicos del pa¨ªs, hasta el punto de que son capaces de orientar la actividad de las compa?¨ªas privadas y mixtas sin violentar en exceso las leyes del mercado. Si llegara la democracia, las prebendas de sus ejecutivos junto a las de los funcionarios del partido, que cuenta con 90 millones de afiliados, estar¨ªan condenadas a desaparecer. El prestigio que figuras como Putin adquieren a los ojos del propio Xi Jinping se basa en su ejemplo de c¨®mo acumular el mayor n¨²mero de puestos de poder posible, a fin de que nada escape a su vigilancia y decisi¨®n. De modo que ha logrado acumular tanto o m¨¢s poder que el propio Mao Zedong. Probablemente m¨¢s, habida cuenta de la apertura al mundo del pa¨ªs y de los sue?os de liderazgo mundial que Aramberri llega a comparar con el famoso sue?o americano.
He tenido la fortuna de ser testigo directo de los profundos cambios generados en China en los ¨²ltimos 40 a?os. Entre todos los del mundo, probablemente este es el pa¨ªs que m¨¢s y mejor se ha transformado. Fui por lo mismo admirador temprano de dos libros que me parecen de los mejores ensayos que sobre ¨¦l se han publicado nunca: China. Despu¨¦s de la Revoluci¨®n Cultural, de Maria Antonietta Macciocchi, y China, de Henry Kissinger. El de Julio Aramberri no desmerece en nada de la calidad de ambos y resulta lectura imprescindible para quienes se interesen por c¨®mo es la naci¨®n llamada a convertirse en primera potencia mundial en el plazo de pocos a?os. No necesariamente a fin de estar de acuerdo en todo lo que dice y predice, sino para participar en el debate y tratar de despejar las inc¨®gnitas que sugiere.
COMPRA ONLINE 'LA CHINA DE XI JINPING'
Autor: Julio Aramberri.
Editorial: Deliberar (2018).
Formato: tapa blanda (336 p¨¢ginas).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.