De la caricatura al retrato

Como recogi¨® Andy Warhol en Mi filosof¨ªa de A a B y de B a A, una habitaci¨®n de hotel en Montecarlo, peri¨®dicamente sacudida por el estruendo de los b¨®lidos del Gran Premio, puede ser un espacio tan bueno como cualquier otro para reflexionar sobre el arte y su posible ¨¦pica: ¡°Si dices que los artistas corren riesgos, est¨¢s insultando a los hombres que desembarcaron en Normand¨ªa el d¨ªa D, a los acr¨®batas, a las baby-sitters, a Evel Knievel, a las hijastras, a los mineros de las minas de carb¨®n y a los que hacen autostop, porque ellos son los que realmente saben lo que son los riesgos¡±. Artista en decreciente cotizaci¨®n interpretado por Luis Brandoni, Renzo, coprotagonista de Mi obra maestra, no tiene una opini¨®n mucho m¨¢s benigna sobre la nobleza de su oficio, tal y como se lo conf¨ªa al joven e ingenuo aprendiz al que da vida Ra¨²l Ar¨¦valo: ¡°Para ser un artista de ¨¦xito es necesario ser ambicioso y ego¨ªsta. El que hace arte porque no sabe hacer otra cosa tiene una especie de discapacidad [...]. Yo soy el ejemplo perfecto de lo que acabo de decir: hago algo perfectamente in¨²til y que adem¨¢s no le interesa a nadie¡±.

Desde los tiempos de El artista (2008), la creaci¨®n y sus claroscuros (narcisismos y patolog¨ªas del comportamiento incluidos) ha sido uno de los recurrentes temas de fondo en las obras del t¨¢ndem formado por Gast¨®n Duprat y Mariano Cohn, dos directores que, en cierto sentido, le han aplicado un barniz de instalaci¨®n de arte conceptual a la comedia argentina. En Mi obra maestra, Duprat ¨Cesta vez asumiendo la direcci¨®n en solitario con Cohn como productor- entra de manera expl¨ªcita en el microcosmos de los galeristas y sus representados, pero para jugar, como en El ciudadano ilustre (2016), a la estimulante traici¨®n de expectativas: lo que hay aqu¨ª no es una afilada s¨¢tira del mundo del arte modelo The Square (2017), sino una comedia de personajes que prefiere construir que barrenar.

El t¨ªtulo de la pel¨ªcula, su voz narrativa ¨Cque es la del galerista encarnado por Guillermo Francella- y su cartel publicitario aportan las pistas esenciales para descifrar el juego aqu¨ª propuesto: esta es, en el fondo, una heterodoxa historia sobre la reconstrucci¨®n de una amistad escondida bajo una comedia de contrarios, obra de un supuesto autor sat¨ªrico que se ha revelado un gran retratista de personajes complejos.