Steve McQueen: ¡°Ojal¨¢ el cine sea siempre feminista¡±
El ganador del Oscar por 'Doce a?os de esclavitud' y del premio Turner recupera una serie de su adolescencia para dirigir su primer 'thriller': 'Viudas'
Steve McQueen no es complaciente. Ni como artista, ni como persona. El ¨²nico ganador del Oscar -a la mejor pel¨ªcula por Doce a?os de esclavitud- y del Premio Turner -en 1999, ya que almacena d¨¦cadas de fecundo trabajo como videoartista, que le llev¨® tambi¨¦n a ser nombrado Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico por sus servicios a las artes visuales- pasa por Madrid en una promoci¨®n rauda de su nuevo trabajo, Viudas, su versi¨®n de una serie de la BBC que le impresion¨® en su adolescencia. Esta vez, a McQueen (Londres, 1969) no le da tiempo a visitar el Museo del Prado para pasear por las salas dedicadas a Francisco de Goya. "Ya, a¨²n me sacude. Pero no me ha dado tiempo a repetir mi ritual madrile?o".
En Viudas, McQueen abandona la creaci¨®n de atm¨®sferas que marcaban sus anteriores filmes: Hunger (2008), Shame (2001) y Doce a?os de esclavitud (2013). "No, ?de qu¨¦ me est¨¢s hablando?". De una opresi¨®n que sent¨ªa el espectador. "No, no lo creo". Pero, ?no siente que ha dejado atr¨¢s unas referencias m¨¢s pict¨®ricas? "No, nunca las he tenido. El cine es solo una cosa: historia, narraci¨®n. Mejor a¨²n, es vida. Nunca he usado como referencia el arte". Si en Doce a?os de esclavitud la secuencia del ahorcamiento del personaje de Chiwetel Ejiofor serv¨ªa como radiograf¨ªa de todo lo que se contaba (mor¨ªa mientras a su alrededor prosegu¨ªa la vida), en Viudas otro momento plasma la corrupci¨®n que retrata de fondo la pel¨ªcula: un coche traslada al personaje de Colin Farrell desde un acto electoral en una zona depauperada a su mansi¨®n. El p¨²blico ve el autom¨®vil y escucha lo que se habla dentro. "No creo que se parezcan. Vamos, a m¨ª ni me lo recuerdan". Ni complacencias ni dudas.
McQueen disfruta m¨¢s ahondando en la serie original de la BBC: "Me acuerdo mucho de ella. La vi de adolescente, y disfrut¨¦ de ella porque estaba protagonizada por gente que era juzgada por sus apariencias. Sus protagonistas eran juzgadas por sus apariencias igual que un joven negro en la Inglaterra de los 80. Al decidir hacerla pel¨ªcula entend¨ª que la serie cargaba con un lastre. Ninguna de sus protagonistas ten¨ªan hijos, pod¨ªan parecer personajes masculinos encarnados por actrices. Desde el inicio, en mis Viudas, mis mujeres son mujeres, con o sin hijos. Nunca podr¨¢n ser interpretados por hombres". Y eso llega al a?o de estallar el movimiento #MeToo. "Los tiempos en el cine son distintos de los de la vida. Yo ya estaba con esta pel¨ªcula antes de que surgiera. Y me gusta que haya estallado. Porque hay cosas que mejorar. Por mi esposa, por mi hija, incluso lo digo por m¨ª". As¨ª que no le molesta una posible etiqueta de thriller feminista. "No, ojal¨¢ el cine sea siempre feminista. Porque eso querr¨¢ decir que es humano. Y ah¨ª deber¨ªa estar el coraz¨®n del cine".
En Viudas tambi¨¦n ha variado la localizaci¨®n: de Londres a Chicago. "Conozco bien Chicago, he vivido alg¨²n tiempo en esa ciudad, antes de conocer a mi esposa y despu¨¦s. Me parece el culmen de ciudad Gotham, un c¨®ctel abigarrado de etnias, corrupci¨®n, religiones... Probablemente tambi¨¦n podr¨ªa haber llevado Viudas a Madrid, Mil¨¢n, Mosc¨², Sao Paulo... Hoy hay bastantes ejemplos similares". Porque McQueen insiste en ilustrar distintas visiones de la falta de libertad del ser humano. "Cierto, y de rebeld¨ªa ante el destino. Nunca hemos sido tan libres, y nunca hemos sido tan conscientes de lo presos que somos por las redes sociales, ciertos yugos capitalistas, el poder, religiones. Somos individuos y navegamos en un mar de desesperaci¨®n buscando nuestra salvaci¨®n. Intentamos no ahogarnos en esa situaci¨®n y a la vez encontrar una salida espiritual y material a esta asfixia. Ni podemos ni debemos rendirnos".
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