La nostalgia de la inocencia
'Sur', la novela m¨¢s ambiciosa de Antonio Soler, es un aquelarre de fragmentos bien organizados, con di¨¢logos muy depurados y mucha piedad por sus personajes
El texto de la contracubierta de Sur asocia esta novela con otras de rango universal que acontecen en un solo d¨ªa. La m¨¢s importante es Ulises, de James Joyce, y esa jornada, el 16 de junio (Bloomsday), la celebran muchos que ni siquiera la han le¨ªdo. Tal no es el caso de Antonio Soler, que participa desde hace bastantes a?os con otros escritores (Eduardo Lago, Enrique Vila-Matas, Jordi Soler y Malcolm Otero Barral) de la Orden del Finnegans. Tampoco es casual, por tanto, que todos ellos ¡ªy el autor de la novela¡ª figuren en la copiosa n¨®mina de personajes que aparecen en Sur, a t¨ªtulo de testigos de la compleja relaci¨®n que une la literatura con la vida, e imagino que tambi¨¦n porque Antonio Soler tiene el barrunto de haber dejado escrita en estas p¨¢ginas su mejor novela.
No le faltar¨ªa raz¨®n, si fuera as¨ª¡ Sur es la m¨¢s ambiciosa novela sobre su ciudad natal, M¨¢laga, de la que ya conocimos ¡ªde su mano¡ª la vida de los adolescentes de 1978 (El camino de los ingleses), los recuerdos familiares de la Guerra Civil (El nombre que ahora digo) o el mundo de un joven que busca la vida en Barcelona, visto y admirado por su hermano menor que vive en M¨¢laga (Las bailarinas muertas). Sur tiene mucho que ver con todas ellas porque hay ni?os y adolescentes al borde del abismo, hay fracasados sin remedio, hay vi?etas poderosas de la vida y hay un h¨¢lito de sexualidad que incendia todo como una maldici¨®n. Est¨¢ contada con una depurada t¨¦cnica dialogal (que recuerda la mejor escuela de la narrativa espa?ola de los a?os cincuenta) y con mucha piedad por sus personajes (que debe algo a Juan Mars¨¦, me parece). Y ha pretendido, y logrado, organizar la abundante materia narrativa en una suerte de aquelarre de fragmentos, a la vez paralelos y convergentes, que se perfilan sobre un fondo de objetos rotos, de descampados urbanos insomnes, de interiores inh¨®spitos y revueltos, de pedazos de la ciudad real (el nombre de una calle que celebra al poeta y amigo P¨¦rez Estrada, un r¨®tulo indescifrable y enigm¨¢tico, una alusi¨®n a la nueva estaci¨®n del AVE¡), a todo lo cual sirve una prosa ondulante pero rotunda y, m¨¢s a menudo, sint¨¦tica y abrupta.
Sur busca el contacto casi f¨ªsico con el lector. Y a esa inmediatez corresponde el puzle tipogr¨¢fico que utiliza, los fragmentos en cursiva (el ¡®Diario del Atleta¡¯, que tiene algo de la conciencia del autor) o la reproducci¨®n de los whatsapps intercambiados, tal como los vemos en la pantalla. Hace calor en M¨¢laga, en un d¨ªa agoste?o de viento terral, al que corresponde la respiraci¨®n ansiosa, el jadeo, el sudor, que aflige a todos. Un centenar largo de personajes habita estos parajes: la mayor¨ªa sin m¨¢s rumbo que la costumbre o el destino, mientras algunos ¡ªel Atleta, pero tambi¨¦n alg¨²n otro¡ªbuscan a tientas una conciencia de los hechos, o simplemente decirles que no¡ Hay una vieja historia de un vampiro pederasta (que nos lleva a los a?os cincuenta) y hay parias irremediables, n¨¢ufragos de s¨ª mismos que sobreviven como pueden y pobladores de un mundo m¨¢s afortunado en lo material pero desolador en lo moral.
Los une siempre el sexo, tan necesariamente expl¨ªcito en este relato. Y no deja de ser significativo que, en la mayor parte, la relaci¨®n er¨®tica sea una felaci¨®n donde se condensan la ambig¨¹edad y la dominaci¨®n, la insatisfacci¨®n y el ansia. En esos paroxismos hallamos personajes inolvidables: el adolescente Ismael, obsesionado con la vecina a la que llama La Giganta en sus fantas¨ªas; las frustraciones de su madre, Amel (por buen nombre, Amelia), siempre utilizada por unos y otros; la vida conyugal absurda y enferma de Pedroche y Belita; la tragedia incestuosa de la Penca, de su padre, Andr¨¦s, y del desdichado Yubri, su hermano y vengador; la mala conciencia del cura Sebasti¨¢n Grimaldos¡
Pero las dos historias que se imponen corresponden a gentes acomodadas cuya buena situaci¨®n proviene del sacrificio de quienes los criaron: la primera es la huida absurda ¡ªcon regreso¡ª de C¨¦spedes en compa?¨ªa de Carole, no se sabe si en busca de un amor fou o por la mera fuerza del alcohol que ingiere; la otra es la historia de Dioni, un abogado de ¨¦xito que oculta desde hace a?os su homosexualidad; de su mujer, Ana, m¨¦dica reconocida, y tambi¨¦n la de Guille, el hijo que atraviesa el pantano de su adolescencia. La figura de Dioni, medio muerto en un descampado, donde le cubren hormigas, es el emblema muy deliberado que abre la novela; la soledad reflexiva de Ana es la noble imagen que la cierra.
Y es que la din¨¢mica interna de esta obra est¨¢ muy calculada: el demorado fin de las dos historias principales ¡ªCarole y C¨¦spedes, Ana y Dioni¡ª ha ido precedido de un aceler¨®n vertiginoso ¡ªy, a la par, unificador¡ª de las otras historias; el final, sin embargo, se toma su tiempo y su lecci¨®n est¨¢ quiz¨¢ anticipada en unas frases del diario del Atleta: ¡°La distancia. ?Una defensa? (¡). Mejor perderme dentro de m¨ª mismo. Mejor andar todos esos caminos desconocidos que llevo dentro de m¨ª mismo (¡). No os necesito. Ninguno de los que me rode¨¢is me puede dar nada que no tenga (¡). Ni siquiera cuando era ni?o me sent¨ª inocente. En ning¨²n momento. Entonces, menos que nunca¡¡±. A fin de cuentas, este libro habla de la inocencia como para¨ªso perdido y de la culpa como motor de la vida.
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Autor: Antonio Soler.
Editorial:?Galaxia Gutenberg (2018).
Formato: tapa blanda y versi¨®n e-book?(512 p¨¢ginas).
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